Christian Reynoso: “Me interesa tener una visión crítica de la realidad”

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Si Santa María es a Onetti, Lago Grande es a Christian Reynoso. Este joven escritor puneño en El rumor de las aguas mansas (Peisa, 2013) vuelve a remitirnos a una historia que concierne al mundo altiplánico, una región compleja, de la cual ha sabido sacar provecho en el campo de la ficción. La brutal matanza del alcalde de Ilave de 2004 sirve como punto de partida para explorar la conciencia de unos personajes movidos por la pasión.

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Por Jaime Cabrera Junco ([email protected])
Fotos: Marco Ramírez Colombier

En abril de 2004 una turba descontrolada asesinó brutalmente al alcalde del distrito de Ilave, en la provincia de El Collao. El hecho hizo reflexionar sobre cómo, sin ningún escrúpulo, la violencia disfrazada de justicia popular despojó la vida de una persona acusada de supuestos actos de corrupción. La noticia causó impacto en los habitantes del departamento de Puno y particularmente conmocionó a un joven practicante de la Defensoría del Pueblo que hizo seguimiento de este repudiable suceso. Christian Reynoso (Puno, 1978) era ese estudiante que fue recolectando información lo cual lo llevó a escribir sobre este asesinato. El rumor de las aguas mansas (Peisa, 2013) es su segunda novela y tiene como eje este caso, aunque con las licencias que permite la ficción nos ofrece, además, una exploración sobre cómo las pasiones pueden ser el combustible de las más nobles acciones o de actos condenables como este.

Quiero comenzar refiriéndome al mundo literario que has creado y recreado en tus dos novelas, es decir, el Altiplano, puesto que no estamos habituados en la literatura peruana a encontrar una exploración sobre esta región de nuestro país. ¿Este ha sido un planteamiento consciente? ¿Qué tan determinante es para ti?
En principio a mí me interesaba recrear este espacio en el que he crecido, he vivido, pero tampoco quería hacerlo directamente sino que necesitaba crear una ciudad que la he llamado Lago Grande y que algunos han identificado con Puno, pero que no necesariamente lo es, o en su defecto es una ciudad que va creciendo, que puede abarcar al Altiplano y por qué no al Perú, porque uno se hace una ruta de un proyecto literario narrativo que no solo contempla una novela sino toda una carrera, por eso me interesa que esta ciudad ficticia de Lago Grande vaya creciendo y pueda expresar de alguna manera esta realidad del Altiplano y que también, pretendo, que esta ciudad exprese al Perú.

¿Y por qué crear una ciudad y no referirse directamente al Altiplano?
Porque en términos de ficción me resulta más cómodo poder generar ciertas acciones y ciertos escenarios. Además el Altiplano es una realidad muy compleja que a mí literariamente me resulta muy atractiva.

Esta ciudad, Lago Grande, es como la Santa María de Onetti
Sí, y la siento más cercana a Santa María que, por ejemplo, a Macondo de García Márquez. Es para mí una ciudad en movimiento, en la que vivo, puedo sentarme en un parque y ver cómo transcurre la vida y cómo caminan los personajes de este lugar en el que estoy inmerso.

Y la referencia a Onetti no es gratuita porque tú afirmas que el escenario de tus futuras obras seguirá siendo Lago Grande
Sí. Estoy por redondear un libro de cuentos, donde aparece Lago Grande porque quiero redondear a esta ciudad, hacerla verosímil a los lectores. Siempre repito esto: cuando salí del colegio estudié Ingeniería Civil, me pasé cuatro años y dejé esa carrera porque me di cuenta de que no era lo que quería. Y siempre queda cierta frustración de no haber terminado algo, pero ahora, con la literatura, con las palabras, con la ficción, estoy construyendo una ciudad; es como la venganza contra lo que no pude hacer como ingeniero: construir una ciudad con fierro y cemento.

ChristianPost2En cuanto al estilo, en la construcción de tus historias, veo que tú como periodista evidencias una intención de reflejar una realidad, de mostrar incluso algunas problemáticas del Altiplano. No sé si acaso es una visión sociológica…
No diría que es una visión sociológica ni antropológica, porque he tenido muy claro que lo que he escrito son novelas, de ficción…pero sí entiendo que mi visión como periodista y ciudadano influye en lo que planteo en mis novelas, de manera que sí me interesa tener una visión crítica de la realidad, del espacio en que estás desarrollando la historia y no ser complaciente. Por eso en Febrero lujuria (nota: su primera novela) se muestra el otro lado de la fiesta (de la Candelaria), el desenfreno, del movimiento, de la pasión carnal…lo cual me parece bien porque por eso es una festividad. Mientras que en mi novela El rumor de las aguas mansas me interesaba poner en evidencia todo este escenario tan complejo que tiene el Altiplano. Tú vas a Puno y ves el lago Titicaca muy bonito, ves la danza, pero por abajo está La Culebra (contrabando), el narcotráfico, la minería informal, la lucha por el poder  político…estas son cosas que están debajo de la superficie, pero que todos saben que existe pero no las quieren ver. Eso me interesa a mí también.

Ahora, es curioso cómo a través de la literatura puede explicarse la realidad acaso de manera más cercana que un ensayo o tratado sociológico
Por supuesto, porque la novela te permite escudriñar las cositas que de repente tú la puedes leer en un periódico o verla en un reportaje, pero no puedes ver esa dimensión de los personajes, que pueden ser estereotipos de ciertas realidades, de aquellos que mueven la vida del Altiplano. Creo que eso es interesante, meterte en la vida de estos personajes y saber qué es lo que piensan y saber cuáles son sus motivaciones. Eso resulta interesante para el lector, como a mí me pasa al leer la historia de Francia a través de Los Miserables, es otra mirada porque uno se involucra y participa de la historia que plantea el autor.

 

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Bruno Giraldo es un periodista cuarentón que está a punto de casarse con una joven veinteañera llamada Almudena. Cuando están a punto de celebrar el matrimonio en una isla puneña un suceso altera los planes: Núñez, un amigo y colega de este, le entrega unos documentos con pruebas que delata a los asesinos del alcalde de Ilave. Tras el secuestro de  Núñez, Giraldo y Almudena huyen al enterarse de que están buscándolos con la finalidad de poner a buen recaudo estas pruebas. Así comienza El rumor de las aguas mansas, la novela de Christian Reynoso, que aunque al inicio parece una historia de amor intersectada por un hecho policial, es además una exploración por la conciencia de los personajes y sus motivaciones. El giro que tiene sobre el final la historia permite entender el juego metaliterario que está detrás de la novela y también sobre quién es en realidad el narrador de la misma. La alusión a Onetti también está presente allí.

Has sacado provecho de esta realidad compleja del Altiplano de la que hablabas hace un momento: el contrabando, el narcotráfico, la festividad de la Candelaria. Y ahora si hablamos de tu segunda novela, hay allí un hecho histórico del que te ocupas: el asesinato del alcalde de Ilave, quien fue linchado por una turba
Claro, estuve muy cerca de esto, pues en esa época estuve haciendo mis prácticas en la Defensoría del Pueblo. He sido testigo de muchas cosas y esto fue tan chocante que me dije que algún día escribiría algo sobre este acontecimiento. Como dices, he aprovechado esta cercanía para tener acceso a la información, pero que tras un proceso literario lo he convertido en ficción. Tenía muy claro hacer un libro sobre el asesinato del alcalde, pero si no había el componente de la ficción y una historia de amor que cruza al hecho de violencia, hubiera terminado siendo una crónica periodística. Lo que me interesaba era crear otra historia paralela que confluya y esto me ha permitido explorar otros temas: la lucha por el poder, pero también el amor y la búsqueda de la verdad.

ElRumorportadaPrecisamente, quería contrastar esta lectura con el momento en que tú como autor construiste la novela. Si bien es cierto esta historia parte de un hecho concreto, esta novela me parece tiene como eje la pasión en distintos ámbitos: tanto en el amor, como en las ambiciones políticas de algunos de estos personajes, que se une con el cambio de tuerca con el que nos encontramos al final de la historia.
Ahora que tú mencionas esto pienso en cómo mientras más se lee y habla de la novela, se van descubriendo cosas que uno no se plantea al inicio. Hay razón en esto que mencionas sobre la pasión. Creo que sí, son personajes movidos por la pasión, porque esta es importante para todo orden de vida y además guarda una relación cercana con la convicción. Estos personajes -Bruno Giraldo y Almudena- actúan motivados en la pasión de lo que creen y sienten. Y este personaje que hace del ‘malo’, Toro Sandoval, también actúa con pasión en el objetivo de alcanzar un cargo político. Creo que la pasión es un tema que cruza esta novela como también fue el caso de Febrero lujuria.

Que también está presente en este otro aspecto que es el de la pretensión de formar una nación aymara, en una facción de los que buscan defenestrar al alcalde de Ilave
Eso sucede actualmente y el asesinato del alcalde marca un hito es este deseo de consolidar la nación aymara. Y claro, sientes ese rechazo que es una respuesta a la opresión que esta comunidad ha sentido por años. Creo que todavía falta mucho para que esta idea se consolide aunque tampoco sería positivo que ocurra desde una arista de confrontación hacia el poblador urbano. Esos son procesos políticos y sociales que están presentes.

Hablemos de la estructura de la novela. Está dividida en tres partes. El ritmo de la primera es muy ágil, en la segunda, el narrador omnisciente se interna en la mente de los personajes que están detrás de la acción, la historia se enriquece. Y la última parte es de la resolución, se presenta una entrevista con uno de los asesinos, algo así como en A sangre fría, de Truman Capote. ¿Cómo fue el proceso de escritura de esta novela?
He tenido tres influencias al escribir este libro. Primero A sangre fría, donde justamente como sabemos Capote tuvo que entrevistar a uno de los asesinos e investigar sobre el asesinato. Luego también me sirvió Soldados de Salamina, de Javier Cercas. Y también el mundo onettiano. Digamos que han sido los tres referentes que he tomado para escribir esta novela. En la vida real yo también entrevisté al asesino porque me interesaba verle los ojos y porque en un momento de la escritura de la novela necesitas algo más para seguir escribiendo. Entonces tenía que verle a los ojos porque imaginaba que al hacerlo todavía podría encontrar el reflejo de la mirada de su víctima: el alcalde. Claro, hablas de la primera y la tercera parte que está narrada por Bruno Giraldo y la segunda por un narrador omnisciente, pero lo que he pretendido hacer es algo que Onetti hace muy bien, que es la metaficción. Lo que he querido hacer es un juego en el que Bruno Giraldo es el que probablemente escribe la segunda parte del libro, de manera que hablamos de una novela dentro de la novela. Esa segunda parte cambia en el ritmo narrativo, y la crítica destaca que es la mejor porque es más intensa.

Sobre esta segunda parte supongo que debe ser la que más te costó escribir
Sí, tuve que imaginarme qué es lo que pudo pasar ese día, esas horas. Tratar de imaginar qué pudo sentir este hombre al que han maltratado tanto y también los otros que eran sus verdugos. Ha sido un trabajo muy intenso, me rodeé de los recortes periodísticos, de los videos, en la sala de mi casa todo era eso porque tenía que estar allí. También he ido a Ilave y recorrido la ruta por donde llevaron al alcalde desde su casa hasta el puente, que fue todo un vía crucis, y también he conversado con personas que estuvieron presentes ese día. Se trataba de reconstruir desde una perspectiva literaria.

¿Cómo han recibido los lectores de Puno este libro? Porque a pesar de que tenga el rótulo de novela suele contrastarse esta con la realidad
Ahora justamente que he estado en Puno, algunos amigos abogados me decían que los jueces están leyendo la novela porque piensan que allí van a resolver el asunto del asesinato…y yo me rio porque esta es una novela, pero entiendo que así lo tomen. En Puno es un poco sensible este tema, pero no he querido hacer una denuncia periodística, esta es una novela.

Entonces, Christian, ahora lo que vendrá será la continuación de este universo de Lago Grande, del proyecto onettiano
Es un microcosmos que pretendo hacer más grande y que mis lectores  terminen viviendo  en Lago Grande, eso es lo que me interesa. Y esto no es tan sencillo, hay que vivir más, escribir más, pensar más e imaginar con el fin de redondear esta ciudad. Veré hasta dónde nos lleva Lago Grande.

Qué valla te pones ahora, qué te interesa explorar literariamente
Bueno, no me cierro a nada, ni a experimentar, pero creo que siempre voy a desarrollar una literatura realista que es en lo que me siento cómodo, siempre planteando de forma crítica ciertas realidades y escenarios que llevados a la novela puedan ser más interesantes. Por lo pronto estoy redondeando un libro de cuentos para ampliar este escenario de Lago Grande y también hay otras ideas, por ejemplo, El rumor de las aguas mansas me da pie para continuar la historia de amor de Giraldo y Almudena que es algo que está pendiente allí.

 

 

CINCO LIBROS RECOMENDADOS POR CHRISTIAN REYNOSO

[youtube width=»480″ height=»360″]http://www.youtube.com/watch?v=iZhnygeeYh4[/youtube]

 

1. Cinco metros de poemas, de Carlos Oquendo de Amat.

2. Herederos del dragón. Historia de la comunidad china en el Perú, de Humberto Rodríguez Pastor.

3. Soldados de Salamina, de Javier Cercas.

4. La fiesta del Chivo, de Mario Vargas Llosa.

5. La casa de las bellas durmientes, de Yasunari Kawabata.

 

 



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