Rescatan poemario inédito de Roger Santiváñez

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Entre el paraíso y el infierno data de 1973 cuando Santiváñez ganó los IV Juegos Florales en la Universidad de Piura. Además, el sello Personaje Secundario reedita El chico que se declaraba con la mirada.

 

El poeta peruano Roger Santivañez presentará dos novedades literarias: la quinta reedición de su poemario El chico que se declaraba con la mirada y una edición de rescate de su libro Entre el paraíso y el infierno, con el cual ganó los IV Juegos Flores de la Universidad de Piura (UDEP) en 1973 cuando era estudiante de esa casa de estudios y que hasta ahora ha permanecido inédito.

El chico que se declaraba con la mirada, considerado un libro de culto de la poesía peruana, se presentará el miércoles 26 de julio, a las 7:30 p.m., en la librería Sur (Av. Pardo y Aliaga 683, San Isidro),  donde se ha programado un conversatorio con el poeta y lingüista Mario Montalbetti, quien presenta su libro Quasar / El misterio del sueño cóncavo. Moderará el poeta Cayre Alfaro.

Santivañez comentó que esta reedición estará a cargo de la editorial Personaje Secundario. El libro fue publicado originalmente en 1988 por el sello Asalto al Cielo.

 

Entre el paraíso y el infierno

Sin duda, una de las sorpresas es el poemario Entre el paraíso y el infierno (Ed. Cepo para Nutria), un rescate sobre sus inicios en la poesía. La presentación será el viernes 4 de agosto en la librería Escena Libre (Av. Camino Real 1075, San Isidro).

Este libro obtuvo el primer puesto en la categoría poesía en los IV Juegos Florales de la UDEP en 1973. En ese año, recién egresado del colegio jesuita San Ignacio de Loyola, Santiváñez era estudiante en la Facultad de Ciencias de la Información, en un campus construido en el desierto en medio de un bosque de algarrobos.

Sobre este período, Santiváñez brinda algunas luces: “Yo ingresé a la UDEP en abril de 1973. Acababa de salir del colegio de los jesuitas. Ya escribía, desde junio de 1971, estando en cuarto de media. Mi vocación se afianzó en quinto de secundaria. Cuando entré a la UDEP, ya me había definido como un poeta. Era alumno de José de Dolarea y Calvar, profesor de literatura española, quien era poeta y de algún modo representaba a la poesía en la universidad. El padre Javier Cheesman también me apoyó mucho en mi vocación poética, él era mi profesor de lengua”.

Recuerda que cuando escribió Entre el paraíso y el infierno ya era un lector voraz de poesía. “En las vacaciones de julio de 1973 me fui a Lima, allí  conseguí la antología de la generación del 60 ´Los Nuevos´ hecha por Leonidas Cevallos en 1967. También leí la antología del 70 Estos 13 hecha por José Miguel Oviedo y seguí el curso que dictó en la UDEP Augusto Tamayo Vargas, quien llegó invitado para dar el discurso de orden en la inauguración del año académico de 1973,  con quien trabé amistad. Su curso me abrió un mundo: era sobre la poesía peruana contemporánea, desde  la vanguardia de los 1920 hasta la gen del 70. Todo eso leía yo con ahínco. Y a Heraud, que lo hallé en la biblioteca de mi papá en mi casa de Santa Isabel.  También leí con mucho gusto ´En los extramuros del mundo´ de Enrique Verástegui. Todo esto fue mi bagaje poético cuando emprendo la escritura de ´Entre el paraíso y el infierno´ durante 1973, y a fin de año en noviembre lo presenté a los IV Juegos Florales de la UDEP. Y gané el premio de poesía, lo cual fue una muy grata sorpresa para mí y afianzó tremendamente mi opción de entregar mi vida a la poesía”.

Cabe señalar que el año pasado Santiváñez presentó “El sentido de la soledad. Memorias (1961 – 2001)” con el sello editorial Random House, libro que también revela aspectos importantes de su vida y su literatura.



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