Escritores en el Festival de Cannes

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A propósito de la edición 76 del Festival de Cannes, Jorge Cuba-Luque hace un recuento de la participación de escritores en este prestigioso evento.

 

 

Por Jorge Cuba-Luque

Como cada año, durante la segunda quincena del mes de mayo, se desarrolla actualmente el Festival de Cannes, en el elegante balneario del sudeste francés del mismo nombre, en la Costa Azul. Sin duda, se trata del más prestigioso festival dedicado al llamado séptimo arte, que llega hoy a su septuagésima sexta edición. Su nombradía es el resultado de la gran cantidad de filmes premiados, ganadores de la máxima recompensa, la Palma de Oro, vueltos luego clásicos del cine; su fama es también debida a la presencia de los más reconocidos íconos de la cinematografía mundial, tanto directores como actores; el festival es igualmente célebre gracias al notable despliegue de glamour, esa peculiar mezcla elegancia y sensualidad que la cultura francesa sabe potenciar.  La Palma de Oro es atribuida por un jurado (designado por la dirección del festival) tras deliberar en forma independiente; sus integrantes son personalidades de amplia trayectoria en la industria del cine, pero también del ámbito literario, como el escritor afgano (de expresión francesa) Atiq Rahimis, cuyo libro, La piedra de la paciencia, fue galardonado con el Premio Goncourt en 2008.

La presencia de escritores como miembros del jurado del Festival de Cannes es casi tan antigua como el festival mismo. Así, en 1949 Paul Colin, autor cuya novela Los juegos salvajes obtendría el año siguiente el Premio Concourt, forma parte de los deliberantes que otorgan el Gran Premio, aún no llamado Palma de oro, a El tercer hombre, película dirigida por el inglés Carol Reed, basada en la novela del mismo nombre  de su compatriota Grahan Greene.

La primera figura notable del mundo literario en formar parte del jurado de Cannes es Maurice Genevoix, cuyo libro de recuerdos de su experiencia como oficial del ejército francés durante la Primera Guerra Mundial, Los del 14,  había reafirmado su calidad de escritor, obtenida con un Goncourt décadas atrás; Genevoix presidirá el jurado que hará compartir el Gran Premio entre Dos centavos de esperanza, dirigida por Renato Castellani y Otelo, de Orson Welles, ya nombre mayor del cine. A Jean Cocteau, escritor y artista multifacético, además de cineasta, importantísima figura de la cultura francesa de los años 1920-1950, le tocó presidir el jurado canés de 1953, el que dio por triunfador a la sobrecogedora cinta El salario del miedo, de Henri-Georges Clouzot.

La presencia de escritores en el jurado se volvió algo usual, así que no fue una sorpresa que en 1960 estuviesen Henry Miller y Georges Simenon (como presidente), el prolífico autor belga de novelas policiales,  muchas de las que han sido adaptadas a la pantalla gigante; la Palma de Oro (llamada así desde 1955) fue para una de las películas más asociadas al Festival de Cannes, casi su símbolo: La dolce vita de Fellini.

Salvo excepciones, en cada edición habrá cuando menos un escritor, francés o extranjero.  Nación de gran tradición literaria, Francia también ha jugado un rol pionero en la difusión del cine, gracias a las proyecciones de los hermanos Lumière a fines del siglo XIX, y, por ello, el Festival de Cannes ha sabido acoger escritores. Marcel Pagnol, Romain Gary, Jean Giono, Françoise Sagan, Patrick Modiano, Emmanuel Carrère entre los franceses, o los estadounidenses Norman Mailer, Paul Auster, Toni Morrison, los italianos Antonio Tabucchi, Erri Di Luca, el turco Orhan Pamuk, el austriaco Peter Handeke, la sudafricana Nadine Gordimer, el japonés Kazuo Ishiguro, etc, muestran el pluralismo de la mirada del jurado de Cannes.

En esa mirada plural han participado también escritores latinoamericanos, el primero de ellos fue el Premio Nobel de 1967 Miguel Ángel Asturias, que presidió el jurado del festival en 1970, edición en la que la Palma de Oro fue para la comedia MASH, ambientada en un campamento médico-militar durante la guerra de Corea, película de Robert Altman.

En 1976 Mario Vargas Llosa integra el jurado festivalero junto al célebre dramaturgo estadounidense Tennesee Williams, figura altamente admirada en el mundo del séptimo arte pues varias de sus piezas han sido adaptadas al celuloide: Un tranvía llamado Deseo, De repente el último verano, La gata sobre el tejado de zinc, etc.  ¿Habrá el autor de La ciudad y los perros votado a favor de Taxi Driver, de Martin Scorsese, la cinta que obtuvo la Palma de Oro? En 1977 le toca al mexicano Carlos Fuentes, y el jurado premiará como el mejor film Padre padrone, los hermanos Paolo y Vittorio Taviani.

En mayo de 1982, cinco meses antes de ser galardonado con el Premio Nobel, Gabriel García Márquez integró el jurado que acordó la Palma de Oro tanto al filme turco El camino, de Yimaz Güney, y a Desaparecido, del griego Costa Garvas. Es muy probable que el brasileño Jorge Amado haya estado satisfecho como miembro del jurado de Cannes cuando la mayor recompensa del festival se le otorgó a Papá está en viaje de negocios, de Emir Kusturica por las dosis de locura y el desenfado que suelen apreciarse tanto en las novelas del autor de Doña Flor y sus dos maridos como en el filme del cineasta serbio.

Dos escritores cubanos viajarán en la década de 1990 a Cannes para integrar el jurado: Guillermo Cabrera Infante, reconocido crítico de cine, y Zoé Valdés, por entonces figura visible del exilio cubano. Cabrera Infante siempre que pudo expresó su admiración por Quentin Tarantino, por lo que es fácil suponer que su voto contribuyó a que la Palma de Oro de 1994 fuera para Pulp Fiction. En 1998 Zoé Valdés forma parte del jurado que premiará a La eternidad y un día, del griego Theodoros Angelopoulos. El último latinoamericano en el jurado del Festival de Cannes ha sido el chileno Raúl Ruiz, que ha realizado una gran parte de su carrera como director en Francia; en 2002, año en participó en el festival, la película galardonada fue El pianista, de Roman Polanski.

Arte-industria, máquina de sonar, séptimo arte, la presencia de escritores en el Festival de Cannes, contribuye a garantizar y enriquecer sus contenidos.



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