Clara Rojas presenta «Filtros tenebrosos» y «El sino burlado»

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La escritora Clara Rojas  presenta la novela «Filtros tenebrosos» y el libro de cuentos «El sino burlado». Además, la autora nos ofrece un testimonio sobre su proceso creativo y comparte su cuento «El hermano ausente».

 

Por Clara Rojas         

Filtros tenebrosos es una novela corta que relata la decepción de una generación involucrada en ideales socialistas en plena efervescencia política. Plasma algunos personajes reales, (perennizando su presencia), con hechos de ficción en los que se advierte el germen de la desilusión que los empuja a claudicar.

Esta novela la escribí en la década de 1980. En el momento en que la decepción marcaba los pasos de militantes de izquierda cuando la efervescencia política llegaba a su cima. La metáfora de la corrupción  la uso para mostrar hechos cotidianos que  pervierten el seno de la izquierda  configurada como un grupo social intachable, constructor del hombre nuevo. En ese punto de alza social, cuando los ideales de cambio gobernaban nuestra juventud, sucede la decepción. Con la carga negativa del momento, se escribe la historia.

El sino burlado es una selección de 11 cuentos relatados en diferentes dimensiones en  los que se mezclan voces narrativas desde la felicidad, los límites de la razón, la adversidad, la resiliencia. El efecto bomba narra la incursión en el periodismo de espías convertidos en celebridades. El deslinde cuenta la historia de un amor que ni la muerte pudo borrar.

Esta selección recoge lo que he considerado las mejores historias que escribí en diferentes épocas. Cada una es la muestra de un gran bloque de historias. únicas sobrevivientes de cada tiempo vivido en medio de grandes crisis.

 

Presentamos a continuación uno de los cuentos incluidos en El sino burlado (mayo 2022)

 

El hermano ausente

La radio lanza a Rafael, su canción se hace himno en mi alma.

 

“Mi hermano es diferente a mí

Mi hermano sé que es mejor que yo…

Es todo bondad, es todo dulzura

sus ojos se nublan si me ve llorar

Mi hermano es diferente a mí

El quisiera seguir jugando como ayer

con aquel caballo de cartón

con aquel castillo de papel…

pero yo, yo no sé ya jugar

porque empecé a querer

y el amor me roba su amistad

este amor me apartará de él

Mi hermano da todo por mi bien

mi hermano va siempre junto a mí

y cuando la paz termina en mi vida

él hace que ría y olvide mi mal

mi hermano, mi hermano

mi hermano sé, sé que es mejor que yo…”

 

La canción te reclama, impone tu presencia, llegas a mí con ella, tus pasos suenan a música, tú eres mejor que yo, hermano. Son los sueños de mamá complacidos contigo, aunque finjo creerla pues dice que te pareces a mí, te veo correr sin mesura, romper los silencios, quebrantar el tiempo, mientras yo camino tímido, respetando reglas, temiendo disgustar con mis haceres.

Hermano, tú eres la voz que me sale, la risa que se escapa, la impaciencia permanente. ¿Escuchabas cuando acariciaba el vientre de mamá y le preguntaba por ti…?

¿Cuándo tendré un hermano mamá?

Aún no había cumplido los tres años, a mamá se le ocurrió amamantar a Fido Dido, el pequinés recién nacido, me enfadó tanto que grité

¡No, mamá, esa teta es para mi hermano!

Algún día vendrías, mamá debería esperarte, no quería que regale nada, tú llegarías en algún momento ¿verdad Mamá?

Ella siempre comentaba de la tristeza en algunos seres abandonados, nacidos en medio de muchos hermanos, se sentían muy solos, casi nunca se llamaban, tan distantes, no parecían ser del mismo vientre, es verdad que en la historia bíblica existió Caín…

Es verdad también mami, que hijos únicos forjaron familia con sus amigos, más hermanos que algunos de la misma sangre, mas eso no me consuela, porque un abrazo de hermano… con aquel que creciste, con el que compartiste el mismo cuarto, la misma almohada, con el que peleabas por el mismo juguete, un abrazo de aquel… es irrenunciable.

Cómo sería nuestro hogar sin ti, hermano, sin tus pasos retumbando la casa, tu risa jocosa, esas bromas al paso, has aprendido de mí más de lo que yo mismo sé, caminas mis pasos… ¡fiel ejemplo¡, rezonga mamá, ¿solo me imitas o te ríes de mí, hermano?

Nuestros gritos los arrullan, aquietan sus sobresaltos, nos escuchan cerca a ellos, rompiendo la armonía, llenando vacíos… papá y mamá alzan sus voces como el tañer de campanas en busca de las nuestras.

¿Cómo sería mi vida sin ti? El silencio me hablaría por ti reclamándote, tu voz sin sonido invadiría ese espacio tuyo por siempre hermano, me veo en un mar de juguetes sin vida, sin interés, arrumados uno sobre otro sin entusiasmarme, las horas serían inmensamente largas, no me daría sueño de tantas energías contenidas, por más amigos que me visiten, por más primos que tenga, no sería igual, ellos se irían en algún momento, el hermano nunca se va.

Acaso juegue ocasionalmente con el hermano menor de algún amigo diciéndole a mamá:

¿Ves que buen hermano sería yo?

Me habría perdido en la quietud de un cuarto ordenado, encerrado en algún juego solitario, hubiera aprendido a navegar como hacen los grandes piratas y en horas de comidas pondría otro cubierto en la mesa diciéndome a mí mismo, que si no existieras te habría inventado, hermano… pues tardas tanto en nacer que ya estoy perdiendo las esperanzas.

 



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