Tres poemas de «Los monstruos frente al espejo», de Paul Montjoy Forti

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Presentamos tres poemas y un testimonio de Paul Montjoy Forti sobre su poemario «Los monstruos frente al espejo».


Por Paul Montjoy Forti*

Escribí este poemario cuando viví en Piura en el año 2016. Estas letras representan para mí un descubrimiento personal: Darme cuenta de que no era otra cosa que un escritor. En sus versos se puede notar la angustia, la pena, la rabia de una persona que está sumida en un espacio incómodo. Así, el poemario termina siendo un camino hacía el autodescubrimiento del cuerpo, la identidad, los miedos y la fragilidad masculina.  Este poemario, descrito como asertivamente homoerotico por la poeta Victoria Mallorga, es el descubrimiento del propio cuerpo como un objeto bello, la sexualidad como un canal para conocerse uno mismo y la identidad como algo que debe ser deconstruido para que pueda funcionar. En ese sentido, escribir este poemario fue ingresar en un proceso de sanación. Darme cuenta de qué cosas de la moral impuesta (por la sociedad, por mis padres, por el sistema educativo religioso) funcionaban para mí y que cosas no. Tener ese poder de decisión lo hace ser a uno verdaderamente libre. Además, publicar un poemario sobre la desnudez del cuerpo en los tiempos en los cuales se prohíbe la educación sexual integral en las escuelas resulta combativo, lo cual me llena de orgullo. 


Sobre el poemario

En este libro, el autor nos presenta un escenario donde el cuerpo es abyecto y hermoso, donde el reflejo en el espejo resulta muchas veces el otro, el monstruo. Así, Paul Montjoy desarrolla la noción del cuerpo, no uno ideal, sino uno humano, que recorre estos versos y se muestra a sí mismo. Y en esa humanidad, están los monstruos, quienes tienen más de una forma. Desgarrador en ocasiones, pero sobre todo íntimo, este poemario no será indiferente al lector.

«Con una sensibilidad sardónica, Paul Montjoy se adentra en el espejo de Alicia en busca de los monstruos, huyendo de estos, hilando un universo homoerótico que interroga lo social y lo religioso. Sus versos, de una lucidez y franqueza desgarradoras, revelan a un Narciso que adora y rehúye su reflejo a veces monstruo, a veces hombre. Griego y furiosamente de ensueño, este libro es un grito cansado, un sentarse con un cigarrillo a esperar el regreso del amor o de la muerte» Víctoria Mallorga (poeta).


2. Poema sin nombre

La casa es una pared de cuadros
Que, dibujados en la prehistoria,
Sonríen con la luz de la mañana.
Cuando entra la luz de la mañana,
Se prepara el café en la cocina
y estalla un corazón en el pasillo.
Si pasa delirante delante de ellos,
Los cuadros le saludan y las flores
Se desnudan para mostrar sus yemas.
Cavernícolas.


Nadie conoce al dios que eligió
El itinerante orden de las cosas
O nombró a las cosas por su nombre.
Ni tampoco se sabe el porqué
Él solamente ingresa a la casa
Con su saco, camisa y espada
Cruza el pasillo y la Historia
Rompe las maldiciones de los dioses
Arrastra sus pies sobre la alfombra.


Existe el hombre al igual que la casa
Y fecunda violento miles de países
Cuando entra la luz de la mañana.
Sobre la cama.


5. Decidirse cruzar

Miles de años han pasado
Y sigue el hombre frente al espejo
Mostrando su torso desnudo
Sin saber si cruzar o no cruzar.
El hombre se siente huérfano
No sabe de dónde viene ni dónde va
Llora por las noches mirando sus templos
Y estrellas.


¿Y si cruza?


Quién sabe de los reinos y monstruos
Que habitan detrás de los reflejos.


El hombre duda y se siente vacío
El hombre se siente pirámide.
Quién sabe si esta vida tormentosa
Se trate solamente de cruzar el espejo.


6. Penúltima palabra

Nunca sabré qué he sido frente al espejo

Además de un cúmulo de carnes descomponiéndose

O un alma sumamente triste que al atardecer

Fuma un cigarrillo o bebe un poco de alcohol.

En una habitación rodeada de libros.

Nunca sabré qué he sido frente al espejo

Además de un cuerpo desmembrado y aturdido

Por sus pulsiones sexuales de púber eterno

Que es una larga carretera sin luces

O por su gris vello público.

De mujer o de hombre,

De niño o de anciano,

Que es lo mismo.

Nunca sabré qué he sido frente al espejo

Un nudo de corbata

Un pantalón planchado

Una putifalda amarilla

Un reloj de marca

Unos labios

El monstruo.

Hoy es el penúltimo día sin respuesta.

Tampoco sabré qué habrá sido el espejo

Para mí.


*Paul Montjoy Forti (Chiclayo, 1994). Desde la aparición del poemario Quijotes ultramarinos (2016) ha mantenido una intensa actividad cultural en diversos recitales, tertulias y eventos realizados por diversas organizaciones culturales. En el 2020 publicó su novela En la última noche yo te amé, la misma que fue destacada por Perú21 como uno de los libros más vendidos por esta casa editorial en su año de lanzamiento y como uno de los mejores libros peruanos del 2021 por el portal internacional Infobae. Montjoy es considerado como una de las voces más interesantes de su generación. Los monstruos frente al espejo (2022) es su segundo poemario.



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