Claudia Ulloa: “Me cuesta mucho escribir una novela”

Fue una de las invitadas al Hay Festival Arequipa 2018. Integra la lista de los 39 mejores escritores de ficción menores de 40 años de América Latina, para Bogotá 39 en 2017. Lleva tres libros publicados y conversó con nosotros sobre sus procesos creativos, su relación con el castellano y su inclusión en la lista.

 

Por Ricardo Flores Sarmiento

Hace 18 años vive fuera de Perú. Quince años de ellos en Noruega. Reside actualmente en la ciudad Bodø, ubicada al norte del Círculo Polar Ártico. Estudió Administración Hotelera antes de emigrar y Lingüística en español en la Universidad de Tromsø. Ha publicado los libros de cuentos: El pez que aprendió a caminar (Estruendomudo, 2006) y Pajarito (Libros del Laurel, 2015). Además, de la recopilación de entradas de su blog Séptima madrugada (Estruendomudo, 2007).  Trabaja como profesora de castellano para noruegos y de noruego para inmigrantes.

 

Después de vivir tantos años en un país donde hablan otro idioma, ¿cómo trabajas tu castellano para mantenerlo como tu lengua de escritura?
Creo que es precisamente eso lo que hace que me aferre más a mi lengua. Empecé a escribir en un blog porque llegó un momento donde hablaba muy mal el noruego y un castellano tampoco tan bueno, porque intentaba perfeccionar la lengua noruega. Eso hizo que empiece a escribir muchísimo. El blog lo tuve por tres años y es por querer aferrarse a algo cuando estás en un lugar que es diferente. En este caso, yo siento que la lengua es mi país. Yo estaba en otro país y en otra lengua.

En tu libro de cuentos Pajarito hay un juego con el idioma, hay algunos cuentos con títulos en noruego o con fragmentos en noruego o en inglés, ¿te ha interesado trabajar la traducción?
Sí, he trabajado en traducción, pero no traducción de textos literarios. He traducido facturas documentos, certificados médicos, esas cosas, pero no más allá.

¿Tus proyectos en la web son para mantener el castellano? 
Sí, siempre. Es lo que yo pienso en castellano, lo que sueño en castellano. Constantemente hablo con mi familia, vivo en una ciudad chica en Noruega, por lo tanto ni la vida social ni la manera de relacionarse es como la que tenemos aquí. La lengua no se ha ido. Sé que hay cosas en noruego en el libro, en el blog, también hay cosas en inglés, pero pienso que han salido así porque funcionan en determinado texto o relato, no es que yo tenga una intención o que está siendo un intento de escribir en otro idioma.

 

Proyectos literarios

Has publicado con bastante espacio de tiempo. Primero, un libro de cuentos, luego las entradas de tu blog, luego reeditaste tu primer libro de cuentos con añadidos, y luego editaste (el conjunto de cuentos) Pajarito. Comentaste en el Hay festival que estás trabajando una novela, que ya quieres cerrar.
Sí, (ya quiero cerrarla) porque estoy muy cansada. Fue algo que se me ocurrió hacer y ya he avanzado tanto que no quiero dejarlo.

Hace cinco años (en la entrevista en Lee por gusto) comentaste que habías estado trabajando una novela, pero que la dejaste.
Sí, pero esta es otra.

¿Cómo te enfrentas a este proyecto (la novela)?, porque siempre has estado en el cuento.
Sí, la verdad es que me cuesta mucho. Lo he tomado como una cuestión de reto y sí, debo confesar que a veces uno cede. No es una presión, pero cedes a tu idea de que yo nunca voy a hacer esto y de pronto te encuentras en que sí, ¿por qué no? Vamos a tratar. Yo también leo muchas novelas.

Es muy difícil (escribir una novela). Un cuento lo puedo escribir en doce horas. Puedo sentarme y empezar a las 7 de la mañana y acabar a las 7 de la tarde, pero una novela no me da eso. A veces puede pasar que si dejo de escribir se me olvida un poco la historia. No quiero decir que pierdo el interés, pero yo siempre he considerado la escritura como un punto de vista, como una visión, una imagen, entonces si yo dejo de ver esa cosa, empiezo a ver otras cosas y me distraigo. Con el cuento me puedo distraer todo el tiempo.

¿Cómo te nace la semilla para escribir un cuento?
Siempre o casi siempre tengo una frase y una imagen, primero llega la imagen y de ahí llega la frase, generalmente, esa frase es el final. A partir del final, empieza como a generarse el resto de imágenes y de palabras, yo al menos pienso que lo mejor es escribirlo de un tirón y después irlo revisando, cambiando. Para mí la escritura de cuento o el cuento ha funcionado así. Me he sentado a escribirlo de un tirón, el tiempo que demande, pueden ser cinco horas o diez. Luego lo he dejado así y después he empezado a pulirlo.

 

Bogotá 39

Fuiste seleccionado dentro de la lista de Bogotá 39, ¿qué significo para ti, que eres una escritora peruana que vive en el extranjero?
Mira, hubo dos momentos, porque yo recibí la noticia y estaba en un restaurante abrí mi mail y vi el mail de la organización. Dije: ‘Qué bien’, y se lo comenté a la persona con la que estaba cenando. Así, «qué bien» y seguimos cenando. Ese día me olvidé. Y después cuando pasaron un par de días y empezaron a llegar las noticias fue un poco abrumador.

¿Qué significó? Significa mucho en el plano de escritor, como el escritor que publica, no el escritor que escribe. Esto genera una serie de eventos y de cosas. […] En mi caso creo que se hizo más visible. Como tú me decías, yo dejé de escribir un buen tiempo: siete años.  Creo que estar en esa lista, para mí personalmente hizo que se visibilizara un poco lo que estaba haciendo, además, el libro (Pajarito que enviaron) lo publiqué en Chile, por una cuestión de azar nada más.

Dentro de este grupo de Bogotá 39 hay muchos escritores con registros muy variados, ¿con cuál te sientes más cercana?
No lo sé la verdad. Como tú dices son muy variados. Me hicieron una pregunta parecida en la mañana y yo dije «a mí no me gusta dar nombres», porque hay muchos escritores con que tengo mucha cercanía de amistad. No lo sé, me gustaría que los lectores hicieran esa comparación. Yo podría comparar este cuento mío con el cuento de mi compañero o compañera.

 

Literatura

Comentaste que, durante tu paso por España, te sentiste un poco influenciada por Juan José Millás, ahora que estás en Noruega bastante tiempo, ¿hay algún escritor que llamé la atención?
He leído los cuentos de Kjell Askildsen y me han gustado mucho, los he leído tanto en noruego como en español, prefiero siempre leer en español, en castellano. He leído también libros en noruego. Hay un escritor noruego que me gusta mucho que se llama Tom Espedal y otro que se llama Per Petterson, él tiene libros traducidos al español.

¿Cómo han influido? No creo que haya influido demasiado la literatura noruega, pero ha influido mi vida noruega, al final y al cabo uno escribe en general sobre la vida. Creo que hay una influencia, pero todo es muy inconsciente.

Hace algunos años falleció en un accidente tu esposo, ¿te interesó escribir sobre ello como ficción o no ficción?
Sí y no, es una pregunta difícil. Cada vez pienso que se aleja mucho de ser una historia, de hecho, a mí no me gusta escribir sobre mi misma y mi vida, realmente yo escribo sobre lo que veo, pero no lo sé. Es una pregunta muy difícil, porque es duro hasta ahora.

¿Cuál es la literatura que a ti te gusta leer?
A mí me gusta mucho la poesía y le tengo mucho cariño a la poesía porque fueron mis primeras lecturas, las rimas, las cosas que leemos de chicos, los cuentos también y en tercer lugar diría la novela, pero depende un poco de mi estado de ánimo. […] Me gusta obviamente leer mucho y leo cosas que no solamente es ficción, leo revistas de ciencia, gastronomía, porque me llama la atención.

Al comienzo estudiaste Hotelería y Turismo, luego estudiaste Sociología, ¿por qué no te interesó estudiar Literatura?
Porque me decepcioné un poco. Estudié un semestre en España y me acuerdo clarito, estábamos analizando poemas como tratando el contexto en relación con otros autores, contexto histórico y sentí como estuviera desarmando ese objeto tan bonito que siempre me atrajo. Como cuando el mago te hace un truco y tú te das cuenta de cómo lo hace. Eso me decepcionó, pero en ese mismo semestre me di cuenta de que nunca lo había pensado, interiorizado al menos, que mi atracción era por la palabra en sí. La palabra como una unidad, la palabra como una imagen, la palabra como un sonido, la palabra como esta que nos permite acércanos y entonces, me mudé y empecé a estudiar para ser profesora de español y luego hice una maestría en español en la Universidad de Tromsø en Lingüística. No estudié literatura, pero estudié lingüística.

Comentaste en la mesa del Hay festival que te sientes de muchos lados porque tu familia es de Ecuador y Chile, has vivido en España y ahora en Noruega, ¿te consideras una escritora peruana?
Sí, me siente una escritora peruana. No me siento una escritora ecuatoriana ni chilena, pero la lengua es la misma. Cómo te explico eso no sé. Pero sí, claro, me siento una escritora peruana porque quizás es porque yo me formé aquí, yo nací aquí, crecí, mi educación tanto académica como de familia ha sido de aquí y esa base es como la esencia de una persona. Mi vida adulta la he pasado en otro lado, pero la vida adulta es como un accesorio, es como traje que te pones si es que vas a trabajar en un banco o la bata de médico si es que vas a un hospital. Eso es para mí la vida adulta, pero la base, lo sólido y si no hubiese tenido esa crianza aquí en Perú, en mi familia, mi barrio, no estaría escribiendo, estaría haciendo otra cosa.

 

¿Cuáles son tus cinco libros favoritos?*
*Mencionó los libros dentro de sus lecturas recientes

  1. Solenoide, de Mircea Cartarescu.
  2. No contar todo, de Emiliano Monge.
  3. La poesía de Frank O’Hara
  4. Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enríquez
  5. Una soledad demasiado ruidosa, de Bohumil Hrabal.