Impresiones al vuelo sobre la Feria del Libro del Cusco

 

Participamos de una actividad durante la V Feria Internacional del Libro del Cusco, que se realiza en la Plaza de Armas de la ciudad y que se desarrollará hasta el 2 de setiembre.

 

Por Jaime Cabrera Junco

He estado más de tres veces en Cusco y esta ha sido la primera estancia en la ciudad para participar en su feria del libro. Como mis visitas tenían principalmente fines turísticos y familiares, no le había prestado mucha atención a una particularidad: Cusco, la ciudad de una gran y variada oferta turística, apenas y tiene tres librerías que podría considerarse como tales. Partiendo de allí, una feria como esta es importante que exista y se mantenga.

Fui invitado por el Ministerio de Cultura de la sede Cusco, la cual organiza esta actividad que empezó el 24 de agosto y se realizará hasta el 2 de setiembre. Sin dejar de agradecerles esta inesperada y grata convocatoria, quedé preocupado por el poco impacto que la feria tiene en la ciudad. Hubo también una demora en el armado de los stands y algunas descoordinaciones en la programación, pero la única que me consta realmente fue la de esa mesa en la que participé. La persona designada para acompañarme nunca llegó y me enteré de eso cuando ya habían pasado más de diez minutos de programado el evento. Felizmente entre el público estaba mi colega Jaime Vargas Luna, a quien animé a improvisar una charla que salió mucho mejor de lo que esperaba. Sin embargo, creo que hubiera sido más enriquecedor conversar con otros colegas difusores de la literatura en Cusco. Por lo menos no estuvieron entre el público, pues apenas habían tres personas en la Casa Garcilaso donde se realizó la charla. La elaboración del programa cultural es otro punto a mejorar. Ojalá que esta feria pronto pueda proponer diálogos entre escritores, editores, investigadores y gestores culturales cusqueños.

El esfuerzo del Ministerio de Cultura, sede Cusco, por organizar esta feria es loable. Para esta edición han convocado a Mario Bellatin y esto le da un realce a la FIL. De otro lado, me fui de Cusco con la duda si realmente a los cusqueños de a pie les interesa su feria. Ojalá que pronto eso sea mucho más evidente. Algo que, por ejemplo, se logró con la FELIZH en Huancayo, aunque ahora por obstrucciones de la municipalidad provincial se ha tenido que aplazar de manera indefinida.

No todo es sombrío, felizmente, y he encontrado editoriales muy activas como Ceques, así como un sello y revista de historiestas llamada Qosqómic; así también a muchos jóvenes viendo libros y comprando. La ubicación de la FIL, en la Plaza de Armas, es clave, pues allí circulan muchas personas a diferencia de un estacionamiento del centro comercial donde se realizaba en sus primeras tres ediciones. La disposición de los stands, que forman una «L», no permiten un recorrido continúo, y ese es otro detalle a mejorar.

En Cusco hay, por cierto, una revista cultural persistente y de valía: Sieteculebras, dirigida por Mario Guevara. La publicación lleva ya 43 números y 27 años de labor de difusión. Además, tienen a autores como Enrique Rosas Paravicino, al que deberíamos prestarle mucho más atención desde la distante Lima.

Aunque me voy no tan satisfecho de esta visita, solo me queda expresar mi esperanza para que la feria sea más de los cusqueños y sirva de estímulo para la creación literaria, pues la ciudad bella y de magnificencia arquitectónica debe tener también quienes les escriban.