Volver a la poesía de Vallejo…siempre

Una nueva reedición de la poesía completa de César Vallejo nos remite nuevamente al poeta mayor de la literatura peruana.

 

Por Jaime Cabrera Junco*

Una nueva reedición de la obra poética de César Vallejo (1892-1938) es el mejor pretexto para leerlo en toda su dimensión e ir más allá de los poemas aprendidos en el colegio. Sobre todo para acercarnos a su sensibilidad y paladear, como lectores, la exquisitez de sus versos que lo han convertido unánimemente en nuestro poeta más universal. Esta nueva publicación tiene como editor a Ricardo González Vigil, uno de los vallejistas más eminentes, quien nos ofrece un prólogo didáctico, notas de referencia en varios poemas, como también un amplio glosario que nos ayuda a comprender mucho más el mundo vallejiano.

En Los heraldos negros, tenemos al Vallejo de la evocación de la familia, de la muerte, de Dios, del universo cristiano, del hermano ausente, de la tierra lejana, del mundo andino. La voz poética aquí aún no es densa ni oscura como en Trilce. Hay poemas tan tiernos, contundentes como “Los dados eternos”, “A mi hermano Miguel”, “Idilio muerto”, aquel donde se evoca a la “andina y dulce Rita…”. En Trilce, alcanza la cúspide de su creatividad verbal, con neologismos, poemas articulados en versos de un aparente sinsentido. De este libro destaco los poemas IX, XIII, LXV, y el LXXIV, este último lleno de una extraña belleza y humor negro.

En tanto, el Vallejo de Poemas humanos es el más reflexivo, es el poeta mirando hacia adentro, hacia lo íntimo, hacia la miseria y la vida mundana. En España, aparta de mí este caliz, tenemos al poeta comprometido con la causa republicana, que leído hoy nos remite al artista sensible ante lo que ocurre a su alrededor.

Los poemas de Vallejo nos siguen golpeando, tanto que hoy versos suyos como “perdonen la tristeza”, “ya va a llegar el día, ponte el alma”, “me friegan los cóndores”, “quiero escribir, pero me sale espuma”, “sucedió entre dos párpados” se han incorporado a nuestro lenguaje cotidiano.

Leer a Vallejo es vital y desde aquí les exhorto a que lo hagan, no como saludo a la bandera sino como una manera de leernos a nosotros mismos. Si van a alguna librería, consigan esta obra. Cómprenla, pero sobre todo, léanla. Saboreen nuestra poesía y a su voz más universal.

 

*Publicado originalmente en el diario Perú21 el 3 de agosto de 2018