Llegamos a México para cubrir la feria del libro más importante de habla hispana.
Por Jaime Cabrera Junco, desde Guadalajara, México
Apenas bajado del avión y en contacto con el acento mexicano, reflexionaba sobre la dimensión y alcance que tiene nuestra lengua. No solo eso nos une. Desde el Aerotren, ese servicio de bus que lleva de un terminal a otro del aeropuerto, apreciaba el caos vehicular de viernes por la tarde en una de sus autopistas. Tal como en Lima, Bogotá o Santiago. Al fin y al cabo estamos en Latinoamérica. Esto calza muy bien con el espíritu de esta 30° edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la más importante de Hispanoamérica, además de su carácter comercial por la participación del público. En este año especial, como suelen ser los números redondos, el invitado de honor no es un país sino una región: Latinoamérica.
Pero la feria del libro, como toda actividad cultural, tiene sus bemoles. Por fortuna no es el aspecto económico, puesto que su facturación es enorme, se calcula que mueve unos 330 millones de dólares. Su talón de Aquiles es lo que recuerdan algunos medios mexicanos: la feria más importante de Hispanoamérica no ha hecho que el país que la acoge tenga más lectores. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), cada mexicano lee al año un promedio de 3.8 libros, una cifra inferior a la de países como Argentina, Colombia y Chile.
Por encima de esto, la FIL Guadalajara es, sin duda, para los que nos interesan los libros, el gran evento hispanoamericano. La cantidad de escritores invitados y sus nombres nos dan ya una idea de esto: 120 autores de distintos países, destacando entre ellos el Nobel Mario Vargas Llosa, a quien la feria le ha reservado un homenaje por sus 80 años a través de mesas de diálogo, además de intervenciones suyas, una de ellas sobre su reciente novela, Cinco esquinas. Otro invitado que destaca por el impacto de su obra, catapultada por la serie inspirada en ella, es el estadounidense George R.R. Martin, el autor de Juego de tronos.
Volviendo a Latinoamérica, el eje no solo será literario sino también desde las identidades culturales. Habrá mesas con reflexiones sobre la lengua, espacios para presentaciones musicales y una retrospectiva cinematográfica de la región.
Si de nombres se trata, entre los escritores invitados podemos mencionar a los chilenos Alejandro Zambra, Alberto Fuguet y Alejandra Costamagna. De Colombia, a Héctor Abad Faciolince, Laura Restrepo y Juan Gabriel Vásquez. De España, Arturo Pérez-Reverte y Rosa Montero. El rumano Norman Manea, quien recibirá el Premio FIL 2016. Entre los peruanos figuran Santiago Roncagliolo, Alonso Cueto, Fernando Ampuero, Jeremías Gamboa, así también Karina Pacheco y Victoria Guerrero, quienes presentarán sus respectivos libros ‒La voluntad del molle y En un mundo de abdicaciones‒, que fueron editados por la filial peruana del Fondo de Cultura Económica. También Jennifer Thorndike, quien ha sido seleccionada en el grupo de narradores latinoamericanos nacidos en la década del 80. Y así hay otros nombres más.
Un aspecto interesante de la FIL Guadalajara es la atención que le pone a la discusión sobre el panorama del sector editorial. Esto, a través de las jornadas profesionales en la que participan distintos invitados, siendo uno de los más reconocidos, Andrew Wylie, agente estadounidense considerado el más influyente y poderoso del mundo, además de representar a más de 200 escritores a nivel internacional, algunos de ellos premios Nobel. Así también se abordará el papel de las editoriales independientes, quienes además de diversidad han innovado el sector editorial y facilitado el acercamiento entre autores y lectores. En la edición de noviembre de la revista Gatopardo, Diego Rabasa, editor del sello mexicano Sexto piso, afirma: “(Las editoriales independientes) sobreviven a base de economías ajustadas, tirajes bajos, libros austeros y mucho dinamismo y movilidad para encontrar canales alternativos”.
Hablando de canales alternativos, antes de emprender el viaje a Guadalajara le hicimos llegar un breve cuestionario a Marisol Schulz, directora de la FIL. Es comprensible que en medio de tanto ajetreo no nos haya podido contestar aún. Ojalá haya oportunidad de abordarla unos minutos o ir en busca de las respuestas a nuestras preguntas en los próximos días de visita en esta feria, enorme y variada. Este gran evento va hasta el 4 de diciembre.
