Carlos Franz: “En la ficción se da la oportunidad de vengarse de la realidad”

 

Una conversación con el escritor chileno Carlos Franz, quien obtuvo el II Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa por su libro «Si te vieras con mis ojos» (Alfaguara, 2015).

 

 

Por Jaime Cabrera Junco
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Por diversas razones esta entrevista de fines de 2015 recién puede ver la luz hoy. Fue una conversación prácticamente al paso cuando aún no tenía la notoriedad que suelen otorgan los premios. Carlos Franz (Ginebra, 1959), escritor chileno quien recientemente obtuvo el II Premio de Novela Bienal Mario Vargas Llosa por su libro Si te vieras con mis ojos estuvo (Alfaguara, 2015) nos presenta en 380 páginas la historia de un triángulo amoroso que tiene como protagonistas al naturalista inglés Charles Darwin y al pintor alemán Mauricio Rugendas. La manzana de la discordia es la escritora chilena Carmen Arriagada. Si bien el intercambio epistolar entre Rugendas y Arriagada fue real, el narrador incluye a Darwin como personaje haciéndolo encajar con su visita a Chile en 1830. Lo demás es ficción.

 

Has dicho que escribes ficciones porque tu “existencia real” carece de todo interés. Me llamó la atención esa descripción que haces de ti, pues has viajado mucho, has estado en Suiza, España, conoces el Perú, Ecuador, entre otros países. ¿Cómo llegas a esta conclusión?
Bueno, no sé…esto es cuestión de percepciones muy personales, pues también pienso que toda vida es interesante, incluso la vida de Segismundo, de La vida es sueño, quien se lo pasa encerrado en una celda, puede ser muy interesante. Tengo la percepción de que mi vida real no es una vida que provea muchos materiales, no es la vida de un aventurero o esa vida que le gusta poner a los autores clichés en las solapas de sus libros: «ha ejercido todos los oficios. Ha sido marinero…». No soy ninguna de esas cosas, solo he sido un escritor, si algo he querido ser es escritor y como tal he vivido muchas cosas, pero la vida del escritor es la vida de la imaginación.

Estudiaste Derecho, pero ya tenías predilección por la lectura, ¿pero cómo surge esta vocación literaria? Los escritores suelen decir que no hay un momento exacto.
No, yo sí. Te diría que a los 14 o 15 años me dije a mí mismo: «esto es lo que quiero hacer. Quiero ser escritor». Fui bastante precoz probablemente. Estuve leyendo siempre, en mi casa se leía mucho, había una buena biblioteca. Mi madre era actriz de teatro y a mi padre le gustaba mucho la literatura. A los 12 años descubrí que podía escribir algunos cuentecillos, algunas cosas que eran bien recibidas por unos pocos compañeros de curso y un profesor que me dijo que había cierto talento allí. Como te decía, a los 15 años dije quiero ser escritor y todo lo que vino después ha sido maneras de eludir esa vocación.

¿Cómo empieza tu exploración formal por la escritura?
Junto con la escritura de cuentos escribía mucha poesía hasta los 20 o 21 años. No publiqué nunca un libro, de lo cual estoy contento ahora porque me arrepentiría, me avergonzaría de estos poemas que los he vuelto a revisar por ahí. Dentro de la poca de la vida literaria que había a fines de los años 70 en Chile, había algunos talleres literarios y empecé a asistir a algunos. No diría que la vida literaria fue lo más interesante sino que el desarrollo de la vocación a pesar de la falta de vida literaria, de oportunidades: casi no había editoriales, las librerías eran cuatro o cinco. En general había una vida cultural muy deprimida.

Hablemos sobre el origen de tus Libros. Tienes novelas como Santiago cero (1988), ambientada a fines de los 70 en los años de la dictadura de Pinochet; El lugar donde estuvo el Paraíso (1996), ambientada en Iquitos. ¿Hasta qué punto la realidad o tu experiencia es el motor de tus ficciones?
Nos nutrimos de la realidad, nos nutrimos no necesariamente de lo que nos ha pasado sino también de lo que hemos visto u oído. Creo que a veces se mistifica esto de que el escritor debe haber vivido grandes cosas. No, debe ser ante todo un buen observador. Alguien que ha escuchado con los oídos abiertos y visto con los ojos abiertos y que es capaz a partir de estas experiencias, quizás algunas propias e imaginar cómo se desarrollarían. En el caso de la novela peruana, la que ocurre en Iquitos, estuve allí una semana cuando era muy joven, me fascinó el ambiente, el paisaje y cuando quise contar una historia, que es una relación de amor filial entre una hija y su padre, este era un diplomático. Quería que la historia ocurriera en un lugar distante y remoto y lo más remoto que conocía era Iquitos.

 SitevierasconmisojosportadaSi te vieras con mis ojos es una novela histórica en la que como personajes principales aparecen un joven Charles Darwin y el pintor viajero Johan Mortiz Rugendas que aparecen en Chile del siglo XIX. ¿Cuál fue el origen de esta novela?
No diría que es de género histórico, porque este se caracteriza por ser desde la literatura una ilustración de la historia. Entonces, el novelista de género histórico respeta la historia y lo que hace es animarla un poco. Se pone además esos límites. Yo no hago eso y me tomo todas las libertades del mundo y hago que Darwin, que es uno de los personajes, haga cosas que a los darwinistas seguro ha puesto furiosos, pues ridiculizo a su héroe. Lo mismo hago con el pintor Rugendas, quien también es un personaje histórico, no tan famoso como Darwin, y Carmen, la mujer, quien es la dueña de la historia. Con ella también me tomo todas las libertades del mundo. En la ficción se da la oportunidad de vengarse de la realidad. La realidad tiene una característica que es única, se da solo de un modo y para siempre, así es la historia. Pero la ficción puede experimentar lo que no fue, las posibilidades que no se dieron, de recorrer esos caminos negados. Y eso es un poder que tiene un oficio tan irreal, tan carentes de poderes materiales, me parece que debemos ampliarlo.

Si  bien ficcionalizas la historia, cómo ha sido el proceso de investigación para darle verosimilitud al libro
Leí mucho sobre los personajes, me entretuve leyendo. Creo que en esta novela en particular fue un pretexto para estudiar temas que me fascinan como La teoría de la evolución, la cual me parece un concepto fundamental en la idea que tenemos del mundo desde hace más de cien años. Es algo que no asumimos debidamente: el tremendo choque que el desarrollo de la vida en el planeta ha sido producto de esta lentísima evolución, en la que los hombres no somos la culminación de nada, creo que es un golpe psicológico en la noción del ser humano de sí mismo y poner esto en juego en una novela sobre el amor precisamente, eso implica un concepto del amor como mera reproducción, pero por otro lado está el pintor que cree en el amor como una fuerza que se justifica en sí mismo y existe como tal.

¿A qué escritores dirías que le tienes una deuda literaria?
Bueno, son muchos y además no son escritores sino algunas de sus obras, aunque en realidad no son todas sus obras sino parte de ellas. Por ejemplo, me gusta mucho Cervantes, me encanta la primera parte del Quijote, la segunda mucho más. Ahora mismo estaba pensando en Milan Kundera, quien es un escritor que me encanta por la mezcla que hace de ensayo con novelas, muchas de esas novelas de amor. Kundera tiene la capacidad de poner en juego ideas en una trama que no deja de ser novelística y es lo que trato en cierta medida de hacer con Si te vieras con mis ojos.

 

LOS CINCO LIBROS FAVORITOS DE CARLOS FRANZ

  1. Vida, de Benvenuto Cellini.
  2. Los papeles de Aspern, de Henry James
  3. Siete cuentos góticos, de Isak Dinesen.
  4. Un asunto sentimental, de Jorge Eduardo Benavides.
  5. La hora azul, de Alonso Cueto.