El balance del Hay Arequipa: una fiesta que vino para quedarse

 

Comentamos brevemente lo que fue este primer Hay Festival Arequipa, cuya segunda edición volverá en 2016. Han participado 15,205 personas de estos cuatro días que han tenido como escenario distintas sedes del centro histórico de la Ciudad Blanca.

 

Por Jaime Cabrera Junco, desde Arequipa

Definitivamente el balance del Hay Festival Arequipa es positivo. ¿Cuándo han estado reunidos en nuestro país tantos escritores y artistas internacionales de primera línea? Fernando Savater, Irvine Welsh, Martin Amis y Gerald Martin han destacado entre estos, pero también otros autores como el chileno Alberto Fuguet o el periodista estadounidense Jon Lee Anderson, si bien algunos pasaron un tanto desapercibidos –quizás a propósito- como Mario Bellatin. Desde allí el saldo es positivo. El hecho de que el Hay Festival arequipeño lo organice una fundación internacional ha hecho posible una inversión que, aunque no sepamos las cifras, es evidente que ha sido muy importante para poder traer a escritores y artistas de distintos países del mundo, así como a autores peruanos que radican fuera. Además de hacerlos interactuar en generosos almuerzos y cócteles durante todos los días que duró el festival.

Han sido 57 actividades en solo cuatro días, varias de ellas en paralelo, así que ha sido imposible asistir a todas, si bien junto a Christian Ávalos y Ricardo Flores nos dividimos esta tarea, hemos conversado con aquellos que asistieron a otras para poder tener una idea global de este primer Hay Festival Arequipa. Es necesario resaltar, en ese sentido, la entusiasta participación del público arequipeño, especialmente por parte de los jóvenes, casi todos estudiantes universitarios. Aunque parecía que la respuesta no iba a ser óptima, lo cierto es que los arequipeños acudieron en buen número a las distintas actividades, siendo la presentación del filósofo Fernando Savater del sábado 5 de diciembre la que más público congregó al llenar el Teatro Municipal, cuya capacidad total es de 600 personas.

Según nos informó la organización, en total han asistido a estas jornadas 15,205 personas, sin contar a los periodistas acreditados que hemos sido 132. “La respuesta del público ha sido espectacular. Para ser una primera edición, hemos quedado todos –equipo organizador e invitados–  gratamente sorprendidos”, ha dicho la directora del festival, Cristina Fuentes La Roche, quien ha subrayado que este festival volverá en 2016 aunque no se sabe aún si en este mismo mes.

Y la participación del público ha sido importante también por las preguntas que le han hecho a los escritores invitados, en algunos casos ayudaron a salvar las mesas cuando el presentador o moderador no hizo bien su tarea, o también cuando el tema de las mesas no aterrizaba o no se cumpliera a cabalidad –en una mesa incluso le cambiaron de nombre para que una invitada no se quedara en el aire-. El público ayudó a que este festival no solo fuera participativo sino en hacerlo más suyo. Si alguna deuda ha tenido este exitoso encuentro cultural es el de poder ajustar mejor la temática de las mesas y combinar mejor la participación de los invitados. A Oswaldo Reynoso y a Miguel Gutiérrez, por ejemplo, debió aprovechárseles mejor y no solo en una mesa para cada uno, bien pudieron dialogar con otros autores –no decimos juntos, pues hay discrepancias entre ellos-. Una mesa potente hubiera sido, por mencionar solo un ejemplo, Oswaldo Reynoso y Fernando Savater. O abrir un poco más el diálogo en mesas como aquella denominada ¿Existe la literatura peruana?, y no reducirla a una conversación entre parte de los escritores que participaron en la antología de cuentos publicada por Estruendomudo. Al menos, el resultado (ver nota aquí) arrojó que el tema era muy amplio y no hubo consensos. Entendemos que el objetivo era conversar y no hacer una discusión académica, pero tampoco puede relajarse tanto el asunto y volverse un diálogo de ‘patas’, sobre todo cuando –hemos visto- que el público arequipeño es exigente y no tan pasivo o complaciente como el limeño.

La coordinación de prensa nos ayudó mucho para la cobertura, por lo cual no quiero dejar de agradecer especialmente a Carlo Trivelli y a Diana Gonzales Obando por las facilidades y la programación de las entrevistas con algunos de estos destacados escritores que han visitado esta ciudad –casi todos por primera vez- y poder realizar nuestro trabajo sin contratiempos. De allí que esta visita de nuestra parte haya sido muy provechosa y satisfactoria. Esperemos que la segunda edición sea mucho mejor y siga creciendo. Desde ya es un éxito que el Hay Festival sea en Arequipa, no solo por la belleza de su centro histórico o por ser tierra de Mario Vargas Llosa, sino porque es necesario descentralizar la cultura y dejar que Lima lo acapare todo.