Mempo Giardinelli: “Soy un cuentista que a veces escribe novelas y ensayos”

Conversamos con el escritor argentino Mempo Giardinelli, uno de los invitados a la Feria del Libro Ricardo Palma, quien nos habla de literatura y de su relación con el cuento, un género para él cercano y al que incluso le dedicó una revista llamada Puro cuento.

 

 

Por Jaime Cabrera Junco
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Es la mañana del lunes 23 de noviembre y Mempo Giardinelli –camiseta azul, short beige y zapatillas grises- está fastidiado. Al menos tengo esa impresión. “¿Y esa cámara?”, señala la videograbadora que utilizo para registrar las entrevistas. Le explico de qué se trata y lo indispensable que es para el trabajo y acepta con cierto disfuerzo. “¿Cuántas entrevistas más me quedan?”, le pregunta a mi colega de prensa de la feria Ricardo Palma. Restaban cuatro contando a la mía y el autor de Luna caliente vuelve a dibujar una mueca de fastidio. “Que no sea muy larga, además nadie ve un video que dure mucho”, me dice como si lo estuviera asediando. ¿Por qué Mempo está así? He visto muchos de los videos que le han hecho y percibo que siempre fue muy paciente y colaborativo, pero esa mañana se nota que algo le fastidia. Especulo: debe ser por los resultados de las elecciones argentinas. Un día antes en Página/12, él –considerado como un ‘intelectual K’- escribió: “Creo que nosotros, los que no estamos contentos, somos un poquito más sensatos. Porque si perdemos hoy domingo -para mí algo improbable- aceptaremos la decisión popular con hidalguía y mantendremos la calma. Y desde el lunes empezaremos a resistir”. Por lo menos, ese lunes Mempo estaba empezando a resistirse a ser entrevistado.

Mempo Giardinelli nació, valga la redundancia, en la ciudad argentina de Resistencia, el 2 de agosto de 1947. Es autor de notables novelas como Luna caliente (1983) y Santo Oficio de la Memoria (1991), esta última premiada con el Rómulo Gallegos en 1993. En 1996 donó su biblioteca de 10 mil volúmenes para la fundación que lleva su nombre y que tiene como sede su lugar de nacimiento. Además fue fundador de una revista literaria llamada Puro cuento, entrañable publicación en la cual entrevistaban a escritores y se divulgaban artículos sobre este género, el más querido y cercano para los lectores. Las entrevistas que Mempo hizo y los artículos que escribió se reunieron en el libro Así se escribe un cuento. Un ejemplar está en mis manos y luego el autor me lo firmará.

Enciendo la cámara. Pruebo el micro. Mempo se sienta, resignado, y me dice que solo hablaremos 15 minutos. Accedo. No hay otra. Algunas preguntas quedarán sin hacerse.

 

¿Cómo definirías tu relación con la literatura? Además de escritor tienes una fundación de fomento a la lectura. Cuentas que te hiciste lector gracias a tu madre y hermana mayor.
Siempre narro eso, ¿no? Yo creo que soy escritor porque soy lector. Fui de alguna manera criado y nacido para la literatura. Bueno, eso. He sido un lector toda mi vida. Por influjo de mi madre, de mi hermana muy lectora. Así empecé a escribir de niño. Me pasé la adolescencia intentando escribir poemas y sobre todo leyendo mucho. En realidad la verdadera causa en que devine escritor fue la lectura. Y bueno, hoy en día, sigo leyendo. La pasión, en realidad, es la lectura y la literatura…

Es una consecuencia…
Es una consecuencia y es una tortura también. Soy muy autoexigente. Me gusta trabajar la perfección de la palabra, la armonía del texto y eso requiere tiempo, mucha paciencia, mucho trabajo. Así que soy lector por todo eso. Es algo que no puedo ni quiero explicar.

LunaCalienteMempo¿Y esta autoexigencia de la que hablas tiene que ver con te hayas demorado 10 años en publicar un nuevo libro?
Noo…a ver, un escritor escribe y la publicación va por otro carril. Hay autores que escriben un libro tras otro y publican un libro tras otro. Hay autores que son mucho más morosos y escuetos. En mi caso he estado diez años sin publicar novelas, pero he publicado otras cosas en el camino. No fue una tortura…por momentos sí, he sentido el asedio de la ansiedad, del peligro de la mediocridad, que es un peligro sano; la duda del talento propio, que es un peligro santo también. Todos esos son fantasmas que acompañan el trabajo de la creación. La vida del escritor no es tan forzada como la del minero que está bajo la tierra, pero tiene mucho de angustia. La búsqueda es muy desoladora…qué sé yo. También hay que pensar, yo tengo ya muchos años y cada libro ha sido una experiencia distinta. Ha sido difícil sintetizar una idea única. Soy lo que he escrito, soy lo que he leído, y esa es mi tarjeta de presentación ante el mundo.

¿De dónde salen los temas de tus obras? Se ha hablado mucho de la huella que dejó tu exilio forzado durante la dictadura argentina, así como esta exploración del erotismo…
Nooo…el exilio, el erotismo son como rasgos, pero la escritura no sale de allí.

¿De dónde sale?
La escritura, en mi caso, sale de la lectura que es muy motivadora. Digamos, todos los libros que a mí me formaron desde Salgari, Verne, Defoe…hasta aquí todo lo que he leído es una semilla para trabajar en literatura. Otro punto son los sueños, yo sueño mucho, tengo una vida onírica muy intensa. La imaginación a mí se me da más por lo que he soñado que por lo que ando imaginando en la vigilia. Esto también es un estímulo importante, como lo es la observación, soy un tipo observador. En general hablo poco y miro mucho, y esta observación es muy rica, es como la esponja que la vas tocando y siempre cae jugo. Además, está la chismografía, lo que la gente cuenta, tengo un oído atento, sé escuchar. Generalmente cuando estoy con mi familia y amigos soy el silencioso de la mesa. Así que la mezcla de todo esto me provoca escribir.

¿Y un escritor debe estar comprometido con la política? Tú decías que la política te interesa como ciudadano
A mí honestamente la política en la literatura no me interesa. Que un autor o yo tenga una posición ante la vida, la sociedad, que tenga una ideología lo puedo respetar y está muy bien. Ricardo Piglia, un gran escritor y crítico, sostuvo que escribimos contra la política, tratando de que no se meta en nuestras ficciones. Comparto esa idea, creo que tiene razón. Yo no quiero que la política determine nada. Hago política como ciudadano, pero fuera de la literatura.

Además escribes y comentas sobre política en la prensa
Sí, y allí puedo decir lo que quiera, pero no hago literatura. Allí hago comentarios y crítica política, como periodista y ciudadano. Yo estoy escindido, claramente escindido.

Mempofoto2¿Cómo ves al cuento como género? En tu recordada revista Puro Cuento promoviste una estupenda discusión sobre este género con grandes escritores
Puro Cuento fue una experiencia extraordinaria. Yo era muy joven, era una época maravillosa, muy enriquecedora. Leí muchísimo, aprendí muchísimo. Creo que el cuento es el género más gozoso, es el género que me gusta, el más natural. Aunque no escribo tanto cuento, me siento cómodo y me fascina. Me encantaría escribir un gran cuento inolvidable. La vida me llevó, sin embargo, a que fuera más conocido por mis novelas. He sido premiado por mis novelas, nunca me premiaron un cuento. En mi corazón soy un cuentista que a veces escribe novelas y ensayos.

¿Y el cuento en Latinoamérica sigue vital?
El cuento latinoamericano para mí es la maravilla universal. Claro. Bueno, todos los grandes cuentistas contemporáneos una gran porción son latinoamericanos. Será quizás una empatía mía con ellos, pero yo disfruto los grandes cuentos latinoamericanos.

¿Y es verdad que en aquellos años de Puro Cuento fueron cuando menos escribías?
(piensa) Sí, pero era por una cuestión de imposición fáctica. De hecho estaba como editor, tenía que leer el material. Siempre que un editor es escritor, como editor está sacrificando parte de la obra de creación, necesariamente. No te alcanza el tiempo, además estás concentrado leyendo los textos de otros autores.

¿La fundación que lleva tu nombre cómo así decides crearla?
Sí, es una labor social, que tiene que ver con la necesidad de contribuir a la que sociedad, mi sociedad sea una sociedad lectora. Yo escribo y quiero ser leído. Necesito leer para encontrar el goce de la literatura, y bueno es como una tarea paralela. Es como una tarea paralela y me gusta que esto sea específico sobre la literatura, la lectura es una labor que hago, pero lo que me importa es la literatura.

¿Cuál ha sido lo más satisfactorio de lo realizado en la fundación? Hay muchos programas como el de Abuelas cuentacuentos
Lo más satisfactorio de la fundación es que exista. Hemos podido sostenerla por 20 años, es una ONG prestigiada, respetada y es para mí el gran resarcimiento a más de 20 años de un trabajo intenso.

¿Y cómo es trabajar en el fomento de la lectura en tiempos en que se lee poco o se usa más Internet?
Yo no soy un gran navegador de Internet. Me conecto, a veces leo en Internet si estoy viajando. Solo tengo una página en Facebook que no la hago yo, que me la hacen. A mí ese es un mundo que me distrae, pertenezco a una generación que necesita leer en papel. Entiendo que lo que viene es eso. Pero cómo a los 70 años me voy a poner a crear un twitter. No tengo ganas.

Con el dedo índice y medio Mempo hace una señal de corte, simulando una tijera 

¿Cómo trabajas? ¿Escribes mucho, eres obsesivo o concesivo?
Escribo y reescribo mucho y soy obsesivo.

Con la experiencia acumulada, ¿cómo ha cambiado tu relación con la escritura?
No lo sé, que lo digan mis lectores.

 

 

LOS CINCO LIBROS FAVORITOS DE MEMPO GIARDINELLI

  1. Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes.
  1. Gargantúa y Pantagruel, de François Rabelais.
  1. La divina comedia, de Dante Alighieri.
  1. El camino del tabaco, de Erskine Caldwell.
  1. El largo adiós, de Raymond Chandler.