Alberto Benza: “Producir microrrelatos no es fácil”

 

Director de Micrópolis, primer proyecto editorial consagrado íntegramente a la minificción, Alberto Benza González es también autor de Entre vivos muertos, que presentó en la XX FIL-Lima, y organizador de las Jornadas Nacionales de Minificción, cuya quinta edición se realizará este mes.

 

 

Por Dany D’Oria Rodas*

Forma parte de ese momento de gran vitalidad de la minificción peruana que arrancó desde el año 2000 con una fuerza imparable y que cuenta con una lista prolífica de publicaciones hasta el día de hoy. Alberto Benza fundó el primer grupo literario peruano dedicado a la creación y difusión de la minificción, Micrópolis, en 2008, y tres años más tarde funda la editorial homónima y organiza la I Jornada Nacional de Minificción, evento que, cada año desde entonces, reúne a escritores e investigadores de la minificción, tanto nacionales como extranjeros. Mi primer contacto con Beto fue en el verano de 2012, cuando nos reunimos por primera vez, convocados por la minificción; tomamos unas gaseosas y conversamos sobre proyectos editoriales.

 

La minificción es un género que ha tenido un gran despunte últimamente, pero me gustaría empezar con una cuestión terminológica. Sobre los diferentes nombres que se le da a este género, ¿cuál es el que tú prefieres usar y por qué?
Ése es un tema muy interesante que has tocado, porque en los eventos internacionales de minificción a veces se debate. Te dicen minificción, microficción, microrrelato, minicuento, microcuento. Personalmente, yo prefiero denominarlo microrrelato. Para mí, es el término que más se ajusta a este nuevo género. Creo que también, a nivel de Hispanoamérica, deberíamos ya definir el término porque, por ejemplo, en Chile le dicen microcuento, acá le dicen microrrelato, entonces siempre hay esa confusión y se genera un debate. Es un tema de gustos también; por ejemplo, le llama minicuento Violeta Rojo. Pero creo que deberíamos ya uniformizar para denominar a este género que yo pienso que debe ser microrrelato.

Eso podría ser, de repente, por el lado académico. Comercialmente, pensando en que también tienes una editorial, ¿cuál es el término que conviene más? ¿También microrrelato?
Lo que pasa es que en la editorial también hemos empezado a trabajar con microrrelato. Y quizás a algunas cosas más amplias, donde había diferentes tipos de brevedades, hemos estado denominando minificción. Eso es lo que manejamos aquí en Perú. Incluso si revisas el estudio de Rony Vásquez o el de Óscar Gallegos, también hablan de microrrelato y minificción. Entonces, digamos que aquí estamos de acuerdo, no hay ningún problema. Pero también me parece que hay un grupo que sí prefiere llamarlo microcuento, que siempre se le ha escuchado, por ejemplo, a Ricardo Sumalavia en sus talleres o a Sandro Bossio en los artículos que publica en el diario Correo.

AlaluzdelalunaBenzaTú eres el director de la editorial Micrópolis. ¿Cómo se ha venido desarrollando la editorial en todos estos años? ¿Cuáles son los logros que ha conseguido?
Bueno, definitivamente, soy el director, pero hay un equipo de trabajo detrás de la editorial. Te comento que todo esto nace a raíz de un grupo literario que se forma en 2008: un 5 de enero de 2008 fundamos el grupo literario Micrópolis, donde empezamos cuatro, cinco personas y fue creciendo. Pero encontramos un gran obstáculo: ¿dónde publicamos nuestros libros? Y empezamos a tocar puertas en diferentes editoriales, pero nadie quiso publicar libros de microrrelatos. Querían libros de cuentos, quizás por ahí una novela, pero nadie apostaba. Entonces dijimos: “¿Qué hacemos? Bueno, vamos a ver la manera de buscar otras editoriales”. Y yo tomé la decisión de formar la editorial Micrópolis en 2010, y en 2011 publicamos el primer libro: El dos veces nacido, de Jomar Cristóbal. Pero, curiosamente, en el equipo de trabajo, donde estaban Diego Eguiguren, Rony Vásquez, Jomar Cristóbal, dijimos: “Vamos a hacer una autopublicación con la intención de no volvernos a publicar, que simplemente esto nos sirva como un trampolín y como para mostrar el trabajo y la calidad del papel, del material, de la composición, de la diagramación, del diseño”. Así empezó esta aventura que nos ha abierto muchos caminos. Y mira qué interesante: cuando se abre la editorial, ya empezaron a abrir las editoriales sus catálogos de minificción. Por ejemplo, tienes a Altazor con la colección Átomo; a Acerva Ediciones, que publica microrrelato. En Arequipa tienes Cascahuesos; El Gato Descalzo, aquí en Lima, y así por el estilo. Pienso que esto ha ido creciendo y también la editorial. Gracias al grupo literario Micrópolis y a la editorial, hemos podido, por ejemplo, entregar listas de libros para que puedan importar y vender aquí. Antes tú ibas a las librerías y no encontrabas libros de microrrelatos. En el caso de la librería Sur, Malena Sanseviero, una de las dueñas, nos pidió una lista y ahora sí ya puedes encontrar libros de Páginas de Espuma, de la editorial Menoscuarto, libros de teoría y también de cultores de microrrelato.

Tú habías tenido a tu cargo la sección “El microcuento de la semana” del suplemento Solo 4 del diario Correo de Huancayo. Y ahora tienes a tu cargo la sección “Seré breve” de la revista virtual El hablador.
Me acuerdo mucho, el 2 de octubre de 2010 me pide un microrrelato el suplemento Solo 4 del diario Correo de Huancayo. Yo les envié el microrrelato e inmediatamente me respondieron: “Oye, Beto, no pensábamos que hubieran historias que pudieran ser condensadas en un texto breve”. Entonces empezamos a hablar de abrir una sección y ellos propusieron la sección “El microcuento de la semana”. Empezamos a publicar a muchos escritores que todavía no tenían un libro bajo el brazo. Eso es lo interesante de esta selección. Lamentablemente, después de 3 años, cerraron este suplemento Solo 4, que era el eje de cultura en todo el centro del país: en Huancayo, Junín, Huancavelica, La Oroya. Después, conversando con el editor de la revista virtual, Jack Martínez, intercambiamos ideas para que de nuevo lanzáramos el microrrelato de la semana, pero la sección se iba a llamar “Seré breve”. Y ya empezó a funcionar, con un poco más de exigencia en la calidad de los textos de los escritores que de repente tienen ya un libro publicado. Seguimos avanzando con esto, recién vamos 4 meses con la revista virtual El hablador.

AlbertoBenzaApoyo2¿Cómo ves la relación de la minificción o el microrrelato que se produce en el Perú con la producción en el extranjero? Recuerdo algunos hechos interesantes: Emilio del Carril, por ejemplo, estuvo presente en la FIL el año 2013; este año, Óscar Gallegos presentó su libro sobre el microrrelato en la FIL de este año.
Sí, creo que lo del Emilio del Carril es importante; él es un escritor de Puerto Rico que vino al Perú para participar en cuatro mesas de minificción: la presentación de su libro [El reino de la garúa], para hablar de la minificción en el Perú y Puerto Rico y tuvo otras dos mesas más. Él apertura la minificción en la FIL de Lima, hay que apuntar eso. Después de él, vino Pía Barros para presentar esta colección de microrrelatos sobre el abuso infantil, que es un proyecto fabuloso para formar conciencia sobre todo tipo de violencia en los niños. Después, tenemos los escritores nacionales, como Óscar Gallegos, que ha presentado su antología y su estudio El microrrelato peruano, que le da mucho énfasis a la Generación del 50. Ahora, sobre la producción en el Perú y otros países, el año pasado participamos en la Jornada Trinacional en Chile; participamos tres países: Argentina, Chile y Perú. Y conversando con editores como Fabián Vique, de Macedonia Ediciones, y Lorena Díaz, de ediciones Sherezade, coincidíamos en que el primer obstáculo que tenemos en cada país es la distribución, porque sí hay producción; ésta, con el paso de los años, va creciendo. Es impresionante cómo los cuentistas y los poetas han saltado al género del microrrelato; están desarrollando, están escribiendo; también los novelistas. No es que se vuelvan escritores de minificción, sino que lo están practicando. La producción es creciente, pero hay que ver cómo le damos solución a la distribución de los libros de microrrelatos que se están publicando. Nosotros hemos empezado a trabajar con tres librerías para poder hacer una distribución a nivel local y a nivel nacional.

¿A quiénes consideras los autores más representativos del género a nivel latinoamericano?
Uf, difícil. A nivel latinoamericano, siempre es ineludible mencionar a Ana María Shua; Pía Barros, Gabriela Aguilera, Lilian Elphick en Chile; en México tienes a Javier Perucho, José Manuel Ortiz. En Perú también hay escritores que están sobresaliendo. No podemos dejar de mencionar a Fernando Iwasaki, Ricardo Sumalavia… Pero quizás la generación —yo le digo generación—, el grupo que viene atrás, viene con mucha fuerza: [Christian] Solano, César Klauer, Andrea Marinelli, Maritza Iriarte, Ana María Intili, Jomar Cristóbal, Diego Eguiguren, es un grupo que viene con mucha fuerza, con una constancia que quizás no la he encontrado, por ejemplo, en estos tres escritores: Pepe Donayre, Fernando Iwasaki, Ricardo Sumalavia, que han hecho un alto quizás porque su carrera ya se amplió y están escribiendo novelas; pero en el otro grupo también podemos agregar a William Guillén, prolífico, a Ítalo Morales, Ricardo Calderón Inca, Pablo Nicoli. Definitivamente son muchos los escritores que podemos mencionar que están trabajando muy bien el género y que vienen, como te digo, con mucha fuerza, con la mejor preparación, porque ahora ya cuentan con toda la teoría, con toda la diversidad de libros para que te puedas nutrir.

EntrevivosymuertosBenzaHablemos ahora del Alberto Benza escritor. Has escrito ya varios libros de minificción: A la luz de la luna, Señales de humo y has publicado hace poco…
La antología Entre vivos y muertos. Este año yo pensaba publicar mi libro Hojas de otoño, que está listo, pero la editorial La Nave me propuso hacer una antología de los tres libros, como preámbulo al último libro, para que se promocione, digamos… Cada editorial maneja su estrategia de publicación y de venta. Me pareció válido y salió esta antología Entre vivos y muertos, donde, para ellos, están los mejores microrrelatos de estos 3 libros. El próximo año pienso publicar Hojas de otoño y tengo una micronovela, Sarah Ellen, que estoy terminando y debe estar publicándose también el próximo año. Y está en espera el libro de “El microcuento de la semana”, que es una antología, como te mencionaba, de estos microrrelatos que fueron publicados en el suplemento Solo 4.

Sarah Ellen es un personaje que ya ha aparecido en otros microrrelatos tuyos. Esas obsesiones entre la vida y muerte, los límites entre una y otra, es algo bastante recurrente en tu producción. ¿Tienes así obsesiones fuertes, motivaciones literarias? ¿Cómo escribes un microrrelato?
A ver. Yo creo que estoy inmerso en el género fantástico, la mayoría de mis textos son fantásticos. En el caso de Sarah Ellen, el personaje siempre me llamó mucho la atención. Este libro, que es inédito, se lo dedico a Carlos Calderón Fajardo. Fui investigando un poco sobre este personaje curioso, que al final decían que era una vampiresa, la tercera esposa de Drácula… Al final, me parece que eso fue más político que otra cosa, que el personaje que sale en este programa de Cristina diciendo que en Perú estaba enterrada la tercera esposa de Drácula era una gran cortina de humo. Bueno, yo tomo el personaje y me baso en Sarah Ellen, que vive en Blackburn, Inglaterra; cerca de allí hay un pueblo que se llama Dent y ahí sí existió un vampiro, el vampiro de Dent, que, curiosamente, era una persona que vivió más de noventa años, inusual para la época; tenía los caninos más desarrollados que lo normal y tomaba sangre. Entonces, yo hago una ficción, hago una relación con este vampiro con quien sí hay un nexo, porque si tú sacas la fecha de nacimiento y la vida que vivió Sarah Ellen, no coincide con Drácula, hay más de un siglo de diferencia. Pero con este vampiro de Dent sí hay contemporaneidad y juego un poco eso. Al final, Sarah Ellen y su familia eran personas que se dedicaban a la importación de algodón de Chincha a su país. Yo he llegado a investigar tanto el tema que he logrado conversar con gente de Blackburn, donde no hay ningún rastro ni documentos ni pruebas de que haya sido vampira o que en su época haya sido asesinada por hechicería y brujería; no hay nada de eso.

¿Qué significa para ti escribir un microrrelato?
El microrrelato para mí no es nada fácil. Yo creo que el microrrelato hay que escribirlo, hay que dejarlo reposar, y el microrrelato tiene que ser redondo, o sea, tiene que ser breve, tiene que tener concisión, la síntesis, obviamente tiene que tener la narratividad, para mí eso es básico en un microrrelato. Yo soy de las personas que anda con el celular apuntando ideas que se me vienen a la mente para después desarrollarlas en un microrrelato. Mucha gente, y está sucediendo, quizás mucha gente produce microrrelatos porque cree que es fácil, pero también hay que tomar conciencia y pensar mucho en que las historias sean buenas. Como en todo género: hay poesía buena, hay poesía mala; hay cuentos malos y buenos. Yo creo que lo deben tomar de la mejor manera, profesionalmente, para desarrollar el género.

¿Cómo ha sido la recepción de tu obra entre los lectores, la crítica u otros autores?
A ver. De los dos primeros libros, casi no tengo muchos ejemplares. Emilio del Carril, para sus cursos o la cátedra en la Universidad Sagrado Corazón de Puerto Rico, se llevó mi libro Señales de humo, que le parece fabuloso. Quizás para el público en general, A la luz de la luna es un libro que más gusta por la diversidad temática, donde los microrrelatos no son tan hiperbreves como en Señales de humo. Pero yo pienso que ahora en Hojas de otoño van a ver un balance, de repente una madurez, tanto en los temas como también en el desarrollo de la escritura. Para mí va a ser importante ver la recepción de este tercer libro. La antología va bien porque siempre lo que busca un lector es que exista variedad, y siempre las antologías van a tener una buena recepción.

 

LOS CINCO LIBROS FAVORITOS DE ALBERTO BENZA

“Complicado, hay que ser un poco egoístas”, piensa Benza antes de dar una respuesta. “Esos libros, para mí, en mi vida, han sido fabulosos y me han marcado mucho”, cierra Benza su selección.

  1. Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.
  2. Conversación en La Catedral, de Mario Vargas Llosa.
  3. Demian, de Hermann Hesse.
  4. Confabulario, de Juan José Arreola. (“Fabuloso”, apunta Benza).
  5. Ficciones, de Jorge Luis Borges.

 

 

*Dany Doria Rodas (Lima, 1987). Bachiller en Literatura por la UNMSM. Fue organizador del evento «Narradores en San Marcos. Un espacio para la prosa» (2007) y del Coloquio Internacional de Minificción (2012). Dirigió la revista de creación Bosque de Latidos (2007-2008) y es editor de Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve peruana desde 2008 y diagramador de Editorial Micrópolis. Dirige el Club de Lectura de la Casa de la Literatura Peruana.