Félix Terrones: “La escritura no puede ser más que incierta”

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La publicación de su más reciente novela, Ríos de ceniza, nos permite conversar con el escritor y crítico literario Félix Terrones, quien nos habla sobre la premisa de su libro, así como su experiencia como escritor en Francia.

 

 

Por Jaime Cabrera Junco

Pertenece a la generación de escritores peruanos que vive en el extranjero, pero que sigue pendiente de lo que se escribe y publica en el Perú. Vive en Francia desde hace once años. Se ha establecido allá, pues tiene una esposa alemana y una hija. Viajó a Francia para estudiar un doctorado en la ciudad de Bordeaux y actualmente trabaja como profesor en la Université François Rabelais de la ciudad de Tours. La primera vez que tuve noticias de él fue cuando publicó el libro de microrrelatos El viento en tu cara (2014), pero antes ya había publicado las novelas cortas A media luz (2003) y El silencio de la memoria (2008). Estuvo de paso por Lima y participó en la Feria del Libro de Lima y en otros espacios dando a conocer su más reciente novela titulada Ríos de ceniza (Textual 2015), una obra que comenté hace unas semanas y que ha sido un grato descubrimiento. A continuación una conversación con el escritor Félix Terrones (Lima, 1980).

 

La lectura de tu novela nos toca a los que estamos de alguna forma involucrados con la literatura. Luego de su lectura me es inevitable preguntarte si esta novela podría considerarse autorreferencial.
Siempre escribo en primera persona, pero me desmarco de la autobiografía. Si bien incluso cuando alguien escribe ciencia-ficción lo hace de manera personal desde el punto de vista ficcional pero no desde el punto de vista testimonial.

Es que el contexto en el que aparece tu novela, precedida con lo autorreferencial como eje, me llevaba a preguntarte esto
Es singular cómo circunstancias completamente azarosas, como el contexto de publicación, influyen en la recepción del libro. Esta novela la terminé en 2012 y desde ese año la dejé en el refrigerador y me puse a buscar un editor, y ahora, tres años después, la acabo de publicar. Es decir, la terminé en un momento en que esto que ocurre en la literatura peruana le da un sentido.

¿Como el personaje de tu novela te fuiste a Francia para hacerte escritor?
Creo que fui a Francia no tanto para hacerme escritor sino para hacerme lector. A diferencia del narrador, que idealiza a Francia, yo fui al país de mi infancia y adolescencia como lector. De Julio Verne, de Dumas, Stendhal. Yo fui a ese país.

¿Cuál fue el punto de partida de la novela?
A mí lo que me interesaba mostrar en esta novela es cómo uno se hace escritor, todo ese proceso. Por lo general en las ficciones se muestra el momento culminante o el instante previo. Me interesaba ver ese proceso de experiencias, de renuncias, de aceptaciones, dolorosas en muchos aspectos. Claro, que he aprovechado mis experiencias, mis recuerdos, pero las he canibalizado para poder hacer ficción. El exilio me ha permitido darle un orden a la memoria que parte del principio de hacer literatura.

RiosdecenizaPORTADAEl personaje principal de Ríos de ceniza, un joven profesor universitario, va en ese proceso distanciándose de sus recuerdos en el Perú, y también va alejándose de sus afectos, en este caso con las mujeres con las que tiene vínculos emocionales. Sin embargo, la capa más interesante de la novela es la presencia del poeta Paul Celan
Busqué mostrar cómo el exilio de un individuo que quiere hacerse escritor debe ser concebido como una llegada a las tierras de las letras. Si bien en nuestros países hay diferencias diversas, creo que la literatura es un territorio liberado para la imaginación. Esta novela es lo más literario y de literatura francesa que he escrito. Hay allí de Flaubert, de Balzac, Proust, y en términos formales hay guiños a la literatura inglesa, pero hay esta presencia de Paul Celan. El narrador es quien establece este paralelo con el poeta alemán, por su experiencia francesa y por su apuesta estética: darle forma al silencio en un contexto singular en la postguerra.

¿Encontraste un estímulo a escribir en la distancia? ¿Fue más fácil o acaso complicado o incierto como le ocurre al protagonista de la novela?
(Piensa unos segundos) Creo que la escritura no puede ser más que incierta. Cuando escribes, al menos tal como lo vivo, naufrago en muchas dudas, conflictos, tensiones que toman forma. La distancia, en términos materiales, a mí me dio un orden, un tiempo. Me permitió encerrarme algunas horas diarias y dedicarlas exclusivamente a la literatura. La distancia me ha permitido también mistificar mi experiencia, mi país…darle ese orden ficcional del que acabo de hablar. Creo que la distancia, de manera muy secreta, me ha permitido madurar como persona.

¿Literariamente esta novela representó un reto frente a tus anteriores publicaciones?
La última novela que publiqué fue en 2008 y llevaba por título El silencio de la memoria, que es una novela de corte alegórico, que es el encierro de un individuo que escribe, pero, que a diferencia del narrador de Ríos de ceniza, le da un elemento alegórico e histórico a su narración. Esa una novela que tiene un fuerte componente político. En cambio ahora la apuesta fue más por lo subjetivo, por el tiempo interior. Es una novela de reflexión. Es el yo que se elabora y que se busca con idas y con vueltas y que el lector va a descubrir y que en esa medida construye su relato.

¿Cuál era tu visión de la literatura cuando estabas en Lima y cuál es tu visión de ahora que vives en Francia?
Me ha permitido un acceso más directo a la literatura. Estar un país que está en el centro de Europa, que tiene frontera con España, con Italia, Suiza, Alemania…me permite a mí tener una experiencia más europea.

¿Cómo ves a la distancia la literatura peruana?
Con mucho interés, porque es mi país, mi idioma, mi cultura. Me gusta conocer lo que producen mis contemporáneos y lo que han hecho escritores que han venido antes. No me permitiría la arrogancia de decir que vivimos en un buen momento porque para eso me gustaría conocer lo que se hace en otras ciudades del Perú para poder hablar con conocimiento de causa. Siempre tengo las ganas de descubrir lo que hacen los escritores de ahora y ver cómo abordan la relación con el país y su realidad.

Me parece que tanto tú como otros escritores peruanos que viven en el extranjero están pensando más en el lector de acá. Ríos de ceniza se puede entender mejor en el Perú
No sé qué responderte porque cuando uno escribe no escribe para un lector en particular. Pero, es cierto que los que vivimos afuera siempre regresamos al Perú, es casi un regreso ritual, ya que no podemos estar aquí, mediante los recuerdos o la ficción reelaboramos nuestro país. En ocasiones es un ajuste de cuentas o un homenaje a la infancia que dejamos atrás. De un modo u otro estamos pendientes de lo que sucede en el Perú y siempre estamos con la necesidad de llevarlo a la literatura.

¿Qué estás escribiendo ahora o qué proyectos literarios tienes?
El próximo año aparecerá en España mi nuevo libro de microrrelatos llamado Pequeño tratado de escritores que fueron, que son y que están. Es un libro de homenaje a escritores que me marcaron como lector, y aborda la literatura, cómo se hace la literatura, cómo se hacen los lectores, qué es lo que consagra a un escritor. Por otro lado, estoy a la mitad de una novela que recién está cobrando forma, que estoy viendo un poco de qué va.

¿Qué es lo que te motiva a escribir?
No lo sé. Es un deseo muy profundo. Te puedo contar cómo fue que decidí escribir. De niño he leído mucho y también al final de mi adolescencia, pero como lector nunca sentí la necesidad de escribir. Hasta que cayó a mis manos La ciudad y los perros, que para mí fue un sacudón. Porque cuenta un poco lo que viví en mi colegio, una escuela en el Callao, y tuve consciencia de que también se podía hacer literatura con eso. Fue allí que decidí escribir. La sensación que tengo de escribir no lo tengo todo claro porque creo que es algo más visceral, es un deseo ante todo y como tal no lo puedes explicar.

 

 

LOS CINCO LIBROS FAVORITOS DE FÉLIX TERRONES

«Voy a hacer una lista de clásicos brasileños, cuya literatura me gusta mucho», dice Félix antes de responder.

  1. Los sertones, de Euclides da Cunha.
  1. La hora de la estrella, de Clarice Lispector.
  1. Memorias póstumas de Bras Cubas, de Machado de Assis.
  1. Poesía de Cecilia Meireles.
  1. Poesía de Joao Cabral de Melo Neto.