Laurent Binet: “En la novela moderna el autor debe intervenir”

 

Conversamos con Laurent Binet, uno de los escritores más destacados  de la narrativa contemporánea francesa y que vino a la 20ª Feria del Libro de Lima para hablar de su mundialmente famosa obra HHhH.

 

Por Jaime Cabrera Junco
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Cuando en 2010 ganó el Premio Goncourt a la primera novela con HHhH se convirtió en el escritor revelación de Francia. Incluso algunos lo llamaron L’enfant terrible. Y es que ha sido muy polémico con sus declaraciones y puntos de vista sobre la novela. Incluso en una entrevista dijo que la mayoría de los escritores franceses actuales eran unos flojos. Laurent Binet (París, 1972) ha incorporado aspectos de la realidad en la ficción. Él se inmiscuye como personaje y opina, cuenta el proceso de escritura. Pero también es cierto que el tema del libro que lo catapultó literariamente ha tenido que ver con su vida. Cuando hizo el servicio militar en Eslovaquia se volvió a encontrar con la historia del asesinato de Reynhard Heydrich, jefe de la Gestapo nazi y el segundo al mando de las SS. La historia por primera vez se la había contado su padre cuando era adolescente. Volvió a Praga muchas veces a tratar de reconstruir el crimen. Allí tenía el tema de su primera novela que aunque inicialmente se iba a llamar Operación Antropoide por sugerencia de su editor se llamó finalmente HHhH, iniciales de la expresión alemana Himmlers Hirn heißt Heydrich (“el cerebro de Himmler se llama Heydrich”).

Antes de conversar con nosotros Binet ha estado hojeando la edición francesa de El héroe discreto, de Mario Vargas Llosa. Además del Nobel peruano, a quien admira como ensayista, ha leído a Gabriel García Márquez y recientemente ha tenido un flechazo literario con Roberto Bolaño. Considera que la literatura sudamericana tiene un poder de seducción muy fuerte y alguna vez la mencionó para criticar la literatura de sus paisanos a la que consideró apática y poco original. Así es Binet. Nadie podrá decir que es apático. Al menos en esta entrevista así lo demuestra.

 (Agradecimiento especial por la traducción a Claudia Pómez Villanueva)

 

¿En tu vocación literaria influyó el hecho de que tu padre haya sido historiador?
Sí, y en todo caso para HHhH fue muy importante porque él fue el primero en contarme esta historia. Creo que sin él este libro no habría existido.

¿Cómo fue tu primer acercamiento a la literatura?
Digamos, apenas aprendí a leer la lectura se convirtió en la gran pasión de mi vida. Hubo un momento decisivo en mi adolescencia cuando amigos míos me hicieron descubrir el surrealismo. El surrealismo me aportó muchísimo, pero lo que quedó y no aparece necesariamente en HHhH es una desconfianza en la novela clásica o tradicional. Es decir, la novela muy francesa del siglo XIX, la realista y psicológica, que por cierto sigue siendo la predominante actualmente en Francia. Era algo que no quería hacer. No es que haya escrito una novela surrealista sino que había aprendido esta lección de los surrealistas. En pocas palabras no quería hacer lo que hacía Balzac. Lo de él estuvo muy bien para el siglo XIX, pero actualmente no quiero ni hacer ni leer lo que él hizo en su momento.

HHhHportadaY Balzac, como has dicho, tiene un peso muy importante en la tradición literaria francesa. Tú has sido muy crítico con escritores contemporáneos como Michel Houellebecq, a quien has acusado de poco original
Absolutamente. Houllebecq es interesante por algunos aspectos, pero lo que le reproché en su momento es que no renovara las formas literarias con respecto a Balzac. Después que dije esto él ha intentado hacer otras cosas, más modernas, donde pone en escena su asesinato, cosas que se inspiran en otros autores y ya no en Balzac. No he leído su última novela, Sumisión, la cual no estoy seguro que me guste pero parece interesante.

¿Qué fue lo primero que escribiste? ¿Antes de HHhH intentaste escribir otras obras, y quizás también empezaste probando en otros géneros como el cuento o la poesía?
Sí, por supuesto. HHhH no es mi primer libro, se le considera mi primera novela aunque no lo es de manera tradicional. Mi primer libro es un relato largo, muy surrealista precisamente, y mi segundo libro es un diario de profesor que va a trabajar en las afueras de París.

Por lo que acabas de mencionar del surrealismo, ¿dirías que esta corriente te ha servido al momento de incursionar en la novela?
No podríamos decir eso. A mí lo que me interesa de la narración es cómo contar una historia de manera general. En el caso de HHhH lo que me interesaba era contar una historia verdadera. Yo admiro a los grandes maestros de la narración como Bret Easton Ellis, quien para mí es un maestro absoluto de la novela. He leído hace poco Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño, y me parece una obra extraordinaria. Las formas narrativas me interesan muchísimo, incluso las formas narrativas en las que se desarrollan las series norteamericanas en la actualidad.

Dijiste que gracias a Milan Kundera entendiste para qué sirven las novelas. Te traslado a ti la pregunta, ¿para qué sirven las novelas?
(Ríe) Creo que el punto esencial es que debemos recurrir a las novelas cuando lo que vamos a contar no podríamos hacerlo en cualquier otro género. Por eso hay un tipo de novela muy francesa que es la novela de tesis, es decir aquella que quiere demostrar algo. Por definición Kundera dice que la novela no debe tener ninguna certeza, la novela es el terreno de la ambigüedad. Yo no entendía antes por qué me gustaban las novelas de Kundera, quien de alguna manera hace novelas realistas y psicológicas, es decir el modelo que a mí no me gusta. Sin embargo, existe una dimensión en Kundera que me gusta mucho que es la intervención del autor. Es decir, Kundera es un maestro de la metanovela, y para mí una novela interesante debe tener una dimensión metanarrativa, es decir, el autor debe intervenir. Para mí la definición misma de la novela moderna es aquella que tiene parte de metanarración. Y moderna no quiere decir contemporánea, pues Don Quijote de la Mancha ya tenía esta dimensión, y lo notamos cuando Don Quijote lee sus propias aventuras. La novela moderna es la que se interroga y eso es lo que quise hacer en HHhH. Tenía ganas de presentar esta conversación con el escritor que está preparando esta historia y sobre la manera en que la estaba contando.

BinetLPG2Sostienes que no estás interesado en una ficción realista, ¿dirías entonces que una novela histórica es una manera más cercana de comprender la realidad?
(Piensa unos segundos) Sí, pero no necesariamente. Hay que ver qué se gana o qué se pierde. Lo que se pierde al modificar la realidad en algunos relatos históricos es más importante de que lo que se puede ganar en términos de seducción novelesca. Ahora, depende del objetivo también. Cuando Alejandro Dumas escribió Los tres mosqueteros no creo que él haya querido explicar cómo era el reinado de Luis XIII, él quiso hacer una novela de aventuras y lo logra muy bien. Pero si quieres aprender el siglo XVII en Francia es mejor leer otro libro en lugar de Dumas. Al leer Guerra y Paz, de Tolstói, uno entiende mucho sobre Napoleón, pero se entiende más de Tolstói, sobre Rusia, más que sobre la campaña de Napoleón.

Decías que antes de la publicación de HHhH en Francia se conocía muy poco o casi nada de la Operación Antropoide, aquella que tenía por objetivo asesinar al líder nazi Heydrich. ¿Dirías que con la novela ahora se conoce más sobre este periodo de la historia?
Lo que fue divertido es que muchos periodistas -que incluso hacían críticas muy positivas- decían que esta historia ya se conocía, pero no era así. Yo me daba cuenta perfectamente de que no era así.

¿Y luego del libro se generó algún debate sobre este periodo de la historia universal, especialmente sobre el nazismo?
Para ser honestos, en Francia siempre nos ha interesado este periodo y cuando se publicó el libro había un debate sobre si para comprender el nazismo había que recurrir a la ficción y mi libro estaba en el centro de esta problemática. En Francia más que el nazismo el tema fue la colaboración con los nazis.

Ahora, es interesante cómo luego de la publicación de la novela te fue llegando más información sobre la operación para dar muerte a Reinhard Heydrich
Exactamente. La novela no es para nada un final sino un momento de una investigación infinita. Hace tres meses estuve en Praga y me reuní con historiadores militares que justamente investigaron sobre la Operación Antropoide y me dijeron que las últimas investigaciones daban a pensar que Gabcik, el tercer hombre, no estaba allí el día del atentado. Así que esto muestra que seguimos dibujando este episodio y eso es lo interesante de la historia, es un trabajo en proceso y lo fascinante es que no tiene fin.

Algo que a mí me llamó la atención en HHhH es este testimonio del autor, quien nos va contando el proceso de construcción de la novela. ¿Crees que esto le da un valor a la novela, que la vuelve más empática con el lector?
No sé si llamarla más empática, pero sí creo que permite establecer una conversación con el lector y esto es lo que a mí me gusta particularmente con Kundera. A mí me gusta cuando me da la impresión de que Kundera me está hablando directamente. Esto permite no esconder que lo que estoy contando es una interpretación subjetiva y no la verdad histórica, la cual no existe en realidad.  Al afirmar mi presencia en el libro esto le permite al lector que entienda que esta allí mi opinión y espero que él mismo forme la suya.

¿Por qué escribes? ¿Qué es lo que te motiva a dedicarte a volcarte a trabajar en una historia?
Para mí cualquier proceso artístico consiste en darle cuerpo a una visión. Se puede hacer mediante la pintura, la fotografía… la forma que yo adopté es la escritura y obviamente de vez en cuando tengo visiones que tengo ganas de expresar. La forma que encontré de hacer esto es a través de la escritura de novelas, pero cuando era más joven tocaba guitarra y tenía un grupo de rock, era otro terreno de expresión.

¿El éxito literario te ha permitido escribir mejor, con más soltura, o se ha convertido en una presión?
Creo que es una presión adicional. Es complicado escribir cuando se es un desconocido. Cuando escribí HHhH ni siquiera tenía editor. Escribía desde un rinconcito, era completamente libre y desinhibido. Saber que se espera un libro de uno, que hay críticos que no necesariamente van a ser complacientes, puede tener un efecto inhibidor contra el cual hay que luchar, pero no me quejo (sonríe). Creo que el éxito tiene más ventajas que inconvenientes. Para empezar ha hecho que ya no tenga que trabajar, y que mi nuevo libro haya demorado cinco años y no 10 como HHhH.

Contabas que próximamente vas a publicar un nuevo libro. ¿Puedes contarnos sobre la temática? ¿Si acaso se desmarca totalmente de HHhH o de esta crónica sobre la campaña presidencial de Francois Hollande que publicaste?
Es muy diferente. Es un libro que funciona con pequeños capítulos, en total son 99, pero son más extensos que en HHhH. Es un libro que aborda una vez más la relación entre la realidad y la ficción, pero más desde el ángulo de la ficción. Mi idea era comenzar con la muerte de Roland Barthes, el crítico francés, quien murió en un accidente automovilístico en la década del 80 e imaginar que este accidente fue un asesinato. Así que mi libro es una suerte de novela policiaca que tiene lugar en los medios políticos e intelectuales de esa época. Y entre toda esa gente está el culpable. Están Deleuze, Derrida, Foucault, Eco, todo el medio de la llamada French Theory. Más allá de una novela policial mi libro es una reflexión sobre el poder del lenguaje por eso el título es La séptima función del lenguaje.

 

 

LOS LIBROS FAVORITOS DE LAURENT BINET

  1. Glamourama y Lunar Park, de Bret Easton Ellis.
  1. Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño.
  1. Todas las obras de Milan Kundera. “A los que quieran escribir les recomiendo sus ensayos sobre literatura”, dice.
  1. La verdad de las mentiras, de Mario Vargas Llosa.

 

Se queda pensando en el quinto título, pero el tiempo para la entrevista se acaba.