The Police, Nabokov y las Lolitas ocultas

 

¿Qué vínculo puede existir entre una canción compuesta por Sting y la más representativa obra de Vladimir Nabokov? En este artículo una historia sobre cómo la experiencia del exvocalista de The Police como profesor dio a entender que él pudo ser un Humbert Humbert.

 

Por Christian Ávalos Sánchez

Años antes de que los integrantes de The Police se revisaran las billeteras y decidieran reunirse «por los fans», Sting, quien ya tenía una sólida carrera como solista, decidió grabar su tercer álbum en vivo en su villa privada Il Palagio, en la Toscana. El día elegido para la grabación fue el 11 de septiembre de 2001, fecha que ya pasó a la historia por la muy conocida tragedia de las Torres Gemelas de Nueva York, lo que claramente influenció en el clima de la grabación.

En este concierto, Gordon Matthew Thomas Sumner (o más cortito, Sting) se despachó con lo mejor de su repertorio en solitario y con las más memorables canciones de The Police. (El remate con Every breath you take es simplemente magistral). Entre ellas no podía faltar Don’t stand so close to me, uno de los primeros número uno que tuvo la banda, allá por el lejano 1980.

Esta canción, que originalmente fuese lanzada en el álbum Zenyattà Mondatta (A&M, 1980), trata de un profesor que tiene un culposo romance con una de sus alumnas, a la cual, según el narrador de la canción, le dobla la edad. Todo esto no tendría relevancia alguna de no ser por el hecho de que, mucho antes de que fuera la voz y líder de The Police, Gordon Picadura Sumner, había errado por muchos empleos para sobrevivir: chofer de bus, obrero de construcción, e incluso oficial de impuestos, todo eso antes de que lograra graduarse de profesor en el Northern Counties College of Education, el que actualmente es conocido como la Universidad de Northumbria, en 1974.

Portada del sencillo lanzado en el Reino Unido, 1980.

Portada del sencillo lanzado en el Reino Unido, 1980.

De este periodo de su vida, se sabe que enseñó literatura durante dos años en la St Paul’s First School, de Cramlington. Se sospecha que el compositor de Don’t stand so close to me extrajo la experiencia que le inspiró dicha canción de su etapa en el magisterio. En palabras quizá muy simples: Sting se hace un canto a sí mismo en el que nos narra cómo ligó con una alumna. Pero, claro, el escándalo sería enorme. Y Sting no podía permitirlo.

En el DVD documental que acompañó a aquel álbum en vivo del 2001, él se encarga de poner el parche y de matar toda especulación al respecto («[It was] totally unbiographical, by the way…», Sting dixit). Ojo: nadie se lo había preguntado.

Y aquí entra, pues, la referencia cultosa a Lolita (1955), la novela de Vladimir Nabokov, la excusa que usa Sting para salir ileso de cualquier sindicación como «robacunas». Aunque la referencia no es muy exacta y no le hace justicia a la novela, Sting acierta en una cosa: involucrarse con una alumna en edad escolar es siempre un escándalo… y un delito, incluso. Pero no entraremos a tratar detalles leguleyos ahora.

Una muy sugerente tapa de Lolita

Una muy sugerente tapa de Lolita

Digo que no le hace justicia, porque más da la impresión que Sting al referirse al «old man» del libro de Nabokov tuviese en mente a James Mason, el actor que personifica a Humbert Humbert en la adaptación cinematográfica dirigida por Stanley Kubrick, en 1962, el cual ya tenía más de cincuenta años cuando empezó la filmación. Sin embargo, el Humbert Humbert de la novela es un personaje mucho más cercano al veinteañero Sting de 1978, año en que compuso la canción.

El profesor H. H. escribe su historia desde la cárcel, donde purga condena y muere por el homicidio de C. Quilty, a quien Humbert responsabiliza por la vida llena de carencias que vivió Lolita luego de que Quilty la abandonara a su suerte —mira, la novela tiene como sesenta años publicada, así que que te «espoiloree» este detalle no tiene la menor importancia—. En ese «alegato de defensa» H. H. nos cuenta, entre otras cosas, su teoría sobre las nínfulas y de cómo la figura celestial y diabólica a la vez de Lolita tuvo incluso una precursora en la vida del profesor de literatura.

Esto no deja de ser irónico, por el hecho de en el 2004 el investigador Michael Maar descubrió que Nabokov probablemente plagió el argumento de Lolita de un cuento escrito en 1916 por el alemán Heinz von Lichberg, seudónimo de Heinz von Eschwege, y que apareció en el libro La Gioconda maldita. Y es irónico porque Nabokov, en palabras de Humbert Humbert, habla de precursoras de su Lolita, cuando él también podría haberlo hecho, respecto a su Lolita y a aquella Lotti del libro en cuestión.

Aquí pareciera que Nabokov dijera: «¿Acusaciones de plagio? ¡Bloqueo!, ¡bloqueo!, ¡bloqueo!»

Aquí pareciera que Nabokov dijera: «¿Acusaciones de plagio? ¡Bloqueo!, ¡bloqueo!, ¡bloqueo!»

¿Será cierto que Nabokov «volteó» este libro de von Eschwege? ¿Por qué el libro de 1916 quedó prácticamente en el olvido y su autor no dijo nada después? Tal vez porque en ese año nadie en Europa tenía mucho tiempo para la actividad editorial o para interesarse por las novedades librescas, circunstancias que bien pudo aprovechar Nabokov para «asimilar» el cuento alemán de dieciocho páginas, cuyo autor fue vecino de Vladi, mientras este vivió en Berlín, en 1922. Quedará para abundar aún más la leyenda negra de la novela.

El video original. Quizá muy nostálgico para Sting, quien relanzara la canción en 1986.

La versión del 2001, del concierto en su villa privada, en Toscana.