Juan Rulfo sobre la creación literaria

El autor de Pedro Páramo era una persona muy pudorosa para hablar de sí mismo. Aunque las obras están allí, siempre es bueno conocer las convicciones del escritor sobre su oficio. Compartimos algunas ideas de este gran escritor mexicano sobre el arte de escribir.

 

LA CREACIÓN LITERARIA

“Uno de los principios de la creación literaria es la invención, la imaginación. Somos mentirosos; todo escritor que crea es un mentiroso, la literatura es mentira; pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación”.

“Considero que hay tres pasos en la creación literaria: el primero de ellos es crear el personaje, el segundo crear el ambiente donde ese personaje se va a mover y el tercero es cómo va a hablar ese personaje, cómo se va a expresar. Esos tres puntos de apoyo son todo lo que se requiere para contar una historia: ahora, yo le tengo temor a la hoja en blanco, y sobre todo al lápiz, porque yo escribo a mano; pero quiero decir, más o menos, cuáles son mis procedimientos en una forma muy personal. Cuando yo empiezo a escribir no creo en la inspiración, jamás he creído en la inspiración, el asunto de escribir es un asunto de trabajo”.

“No se puede concebir el trabajo colectivo en la literatura, y esa soledad lo lleva a uno a convertirse en una especie de médium de cosas que uno mismo desconoce, pero sin saber que solamente el inconsciente o la intuición lo llevan a uno a crear y seguir creando”.

“Ahora, hay otro elemento, otra cosa muy importante también que es el querer contar algo sobre ciertos temas; sabemos perfectamente que no existen más que tres temas básicos: el amor, la vida y la muerte. No hay más, no hay más temas, así es que para captar su desarrollo normal, hay que saber cómo tratarlos, qué forma darles; no repetir lo que han dicho otros”.

(*) Charla de Juan Rulfo en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con el título de El desafío de la creación. Año: 1960.

 

REALIDAD Y LITERATURA

«Para mí el ideal no consiste en reflejar la realidad tal como es, ni mucho menos la realidad -que la estamos viviendo, leyendo en la prensa, viendo en la televisión, sintiéndola en nuestro mundo-, no, no podemos ponernos a repetir lo que está diciéndose. Comparto esa idea que tenía (José María) Arguedas, de que al autor, al escritor, hay que dejarle el mundo de los sueños ya que no puede tomar el mundo de la realidad».

«Lo primero que escribí fue una novela sobre la Ciudad de México, una novela extensa. Fue en 1940. La destruí porque era muy mala. Me sigue pareciendo mala, retórica, alambicada. Una vez entregué un capítulo de la novela para que la publicaran en una revista y nunca lo hicieron porque realmente era mala».

(*) Entrevista con Joaquín Soler Serrano. Televisión Española. Abril de 1977

 

PEDRO PÁRAMO

“Pedro Páramo no tiene origen. Es una de esas cosas que se le ocurren a uno. Producto de la imaginación. Allí utilizo la técnica del contrapunto, porque están rotos el tiempo y el espacio. Es decir, los personajes son todos muertos y los muertos no ocupan lugar en el espacio, ni en el tiempo. Quizás ni en la misma conciencia. Podría haber sido una novela explícita, pero el tema no se prestaba para ello y hubo muchas razones que obligaron al autor a no interferir en varios aspectos de la obra. Las cosas absurdas no son para discutir si están o no dentro de la lógica. En fin, eso lo descubrieron los críticos. Yo eliminé las explicaciones, las moralejas, de que tanto se abusa en nuestra literatura”.

(*) En entrevista realizada por Enrique Santos para el diario El Tiempo de Colombia. Diciembre de 1966.

“Tenía yo los personajes y el ambiente. Estaba familiarizado con esa región del país, donde había pasado la infancia, y tenía muy ahondadas esas situaciones. Pero no encontraba un modo de expresarlas. Entonces simplemente lo intenté hacer con el lenguaje que yo había oído de mi gente, de la gente de mi pueblo. Había hecho otros intentos -de tipo lingüístico- que habían fracasado porque me resultaban poco académicos y más o menos falsos. Eran incomprensibles en el contexto del ambiente donde yo me había desarrollado. Entonces el sistema aplicado finalmente, primero en los cuentos, después en la novela, fue utilizar el lenguaje del pueblo, el lenguaje hablado que yo había oído de mis mayores, y que sigue vivo hasta hoy”.

(*) Entrevista publicada en La cultura en México. Octubre de 1973.

 

LA CREACIÓN DE UN PERSONAJE

“No puedo saber hasta ahora qué es lo que me lleva a tratar los temas de mi obra narrativa. No tengo un sentido crítico-analítico preestablecido. Simplemente me imagino un personaje y trato de ver a dónde este personaje, al seguir su curso, me va a llevar. No trato yo de encauzarlo, sino de seguirlo aunque sea por caminos oscuros. Yo empiezo primero imaginándome un personaje. Tengo la idea exacta de cómo es ese personaje. Y entonces lo sigo. Sé que no me va a llevar de una manera en secuencia, sino que a veces va a dar saltos. Lo cual es natural, pues la vida de un hombre nunca es continua. Sobre todo si se trata de hechos. Los hechos humanos no siempre se dan en secuencia. De modo que yo trato de evitar momentos muertos, en que no sucede nada. Doy el salto hasta el momento cuando al personaje le sucede algo, cuando se inicia una acción, y a él le toca accionar, recorrer los sucesos de su vida”.

(*) Entrevista publicada en La cultura en México. Octubre de 1973.