Las librerías de Buenos Aires: imposible visitarlas todas

Esta es una guía resumida y totalmente aleatoria de las librerías que nos recomendaron visitar. Aún quedan muchos puntos pendientes más, pero no queríamos irnos sin dejar de ir al encuentro de estos templos libreros.

 

Por Jaime Cabrera Junco, desde la capital de Argentina
[email protected]

No hay 467 librerías en Buenos Aires como señala una encuesta internacional. Eso al menos dicen los libreros porteños que prácticamente se conocen entre sí, sobre todo aquellos que llevan varias décadas en este trabajo-pasión. Lo digo así porque ser librero no se parece a cualquier oficio, porque aquí mismo no da para vivir holgadamente, si acaso alguien lo creía. En total, solo en la capital federal habrá poco más de 200 librerías, lo cual es bastante para los 2 millones de porteños. En Lima, por ejemplo, tenemos aproximadamente 10 librerías y otros espacios de venta de libros como las ferias de Amazonas, Quilca y Camaná. Todo esto para un total de 10 millones de habitantes. La desproporción salta a la vista.

Recorrer las más de 200 librerías de Buenos Aires es una tarea  complicada. Por eso la mejor alternativa que encontré fue pedir recomendaciones. Quien mejor me asesoró, en este sentido, fue el periodista Diego Erlan, redactor de la revista Ñ y autor de la novela El amor nos destrozará (Tusquets, 2012). Él nos trazó un imaginario mapa de librerías que empezamos a recorrer.

 

1. EL ATENEO GRAND SPLENDID

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Considerada como una de las librerías más bellas del mundo, El Ateneo Grand Splendid se ubica en un antiguo teatro llamado precisamente Grand Splendid que fue inaugurado en 1919. Como librería funciona desde el año 2000 y ha respetado la estructura original del espacio, lo cual resalta su esplendor arquitectónico. Es como tener como actores estelares a los libros, que se encuentran repartidos en todas las zonas del teatro, salvo en el escenario, donde funciona un café.

Ubicada en la avenida Santa Fe 1860, en el barrio de Recoleta –una zona chic de la ciudad-, la librería pertenece a la cadena El Ateneo, que además cuenta con una editorial. En ella encontramos principalmente las novedades en todos los ámbitos –desde literatura hasta autoayuda, espiritismo y demás temas místicos-, pero también tiene una sala de venta de discos y videos. Hay un rincón para que el público se siente a leer los libros sin necesidad de haberlos comprado. Como para pasar un día entero allí.

Recorrí sus tres niveles y desde arriba la vista es espectacular. Aquí les dejo un video de la visita.

 

2. GUADALQUIVIR

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Unas cuadras más allá, en el mismo barrio, otra librería de paso obligado es Guadalquivir. Ubicada en la avenida Callao 1012, Guadalquivir es una librería pequeña, pero cuyo punto fuerte es su catálogo en literatura, filosofía y ciencias sociales. Es un rincón para conocedores. No por algo la frecuentan periodistas y escritores como Ricardo Piglia, quien actualmente se encuentra muy mal de salud y ya no la visita. El librero encargado se llama Carlos, un tipo parco que responde a mis preguntas sin entusiasmo, pero con discreta cortesía. La librería fue creada en 2001 en la misma calle donde se encuentra ahora. Los dueños son españoles, de la editorial Trotta, de allí que el nombre aluda al Guadalquivir, el río que atraviesa Sevilla y Córdoba. Guadalquivir ofrece muchos libros importados, de allí que para el estándar argentino sus precios sean altos, pero el fondo en historia, filosofía y literatura ofrece algunas joyas, sobre todo en los clásicos griegos, latinos y europeos. Esta librería figura en todos los rankings que se hacen sobre las librerías que no se debe dejar de visitar cuando se está de paso por Buenos Aires.

 

3. ARCADIA LIBROS

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Apenas unas tres cuadras, en la calle Marcelo T. de Alvéar 1548, se encuentra una librería cuyo propietario es considerado uno de los mejores libreros de la ciudad. Pablo Pazos tiene 25 años en el oficio y no solo conoce de libros sino que habla con mucho entusiasmo de ellos. Ya había escrito anteriormente que a él le debo la información casi en detalle de la difícil situación del libro en Argentina, la cual él confía en que será pasajera. Anteriormente fue librero en el Fondo de Cultura Económica y fundó la librería Guadalquivir. Con toda esa experiencia abrió Arcadia/Libros en 2009, una librería creada a la medida de su librero. “Una vez un medio definió a la librería como una librería de autor, que se maneja como en un restaurant en el que yo elijo el plato”, nos dice Pablo, quien recibe la visita de periodistas, escritores y público universitario.

“Es una pasión medio enferma, pero lo hago porque me gusta”, dice este amable y atento librero, quien para difundir las novedades de la librería utiliza el Facebook, pero principalmente el boca a boca. La librería se ha ganado sola su prestigio. No solo hay las últimas publicaciones en literatura sino aquellos textos que uno no encuentra en la feria. Aquí se hallan textos de editorial Cátedra o de otros sellos españoles y, claro está, lo que se produce en Argentina. Conocedor de la movida editorial independiente en el Perú, Pablo lamenta las restricciones a las importaciones a las cuales hay que sumarle el alto flete que se debe pagar en Lima. “Esto encarece y dificulta mucho más el intercambio”, añade.

 

4. LAS LIBRERÍAS DE CORRIENTES

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Siguiendo con este imaginario mapa de librerías, a algunas cuadras de la avenida Marcelo T. de Alvear, llego hasta la avenida Corrientes. Una calle con muchas salas de teatro, con restaurantes para todos los gustos y bolsillos, pero también con una variada oferta de libros. Allí hay librerías de viejo como Sudeste, o librerías con textos variopintos como Adán Buenosayres, entre otros. En realidad uno puede pasarse una mañana entera buceando y quizás llevarse una gran sorpresa.

En Corrientes también está la sede la legendaria editorial Losada que ofrece reediciones de obras literarias de diversas nacionalidades –la mayoría clásicos- a un precio bajo. Son ediciones sencillas, pero que hacen el libro muchísimo más accesible. Sin en Lima los textos que llegan son considerados relativamente baratos, en Argentina, obviamente, lo son mucho más. allí están, por mencionar algunos, Dublineses, de James Joyce; La cartuja de Parma, de Stendhal; obras de Kafka y la poesía completa de César Vallejo con prólogo de César Miró. Pero en Losada librería también ofrecen textos de otras casas editoriales. Su ubicación estratégica, en plena zona comercial de Buenos Aires, hace que muy pocos dejen de entrar a echar una mirada.

También en esta avenida con aire a Broadway encontramos cadenas como la mexicana Gandhi, que tiene una bella sede en Corrientes, que aprovecha muy bien el estrecho espacio que tiene. Aquí, como se entenderá, se encuentran básicamente las novedades, pero la disposición de los libros atrae la mirada. Hay muchas más librerías, pero recorrerlas expone a no poder recorrer otras. Sobre todo las recomendadas.

 

5. EL TÚNEL

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En otro sector de la ciudad, cruzando la avenida 9 de Julio, considerada la más ancha del mundo, se llega hasta la Avenida de Mayo, célebre porque a unas cuadras está la Plaza de Mayo, donde además de la Casa Rosada –sede del Gobierno-, nació el movimiento de madres de los niños desaparecidos durante la dictadura militar. Aún es punto de concentración para manifestaciones sociales aunque por ahora la situación está en calma. Antes de llegar a la plaza, el visitante curioso no resistirá la tentación de ingresar a una librería cuyos libros son más viejos que ella. Se trata de la librería El Túnel, un rincón del libro añejo e ideal para cazadores de antigüedades y con paciencia para buscar alguna sorpresa de papel.

Abrió en 1992 y el nombre no es un homenaje a la emblemática novela de Ernesto Sabato sino más bien alude al pasaje estrecho que espera al visitante, que a diestra y siniestra tiene a la mano textos de literatura, historia, filosofía y derecho. Hay harto ripio, es cierto, pero la gracia de recorrer estos rincones está en bucear. No apta para alérgicos al polvillo.

 

6. EL RUFIÁN MELANCÓLICO

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De la Avenida de Mayo, en el corazón político de la ciudad, avanzando unos metros se llega a la calle Defensa, donde ya comienza San Telmo. Este barrio debe su nombre al sacerdote español Pedro González Telmo, nacido en el siglo XII y que luego sería considerado patrono de los marineros. Su arquitectura antigua y sus cafés, bares y boliches –como llaman a las discotecas- lo convierten en el barrio más bohemio de Buenos Aires. Pero entre bares, cafés y otros negocios en San Telmo hay librerías, sobre todo librerías de viejo.

En este tour librero uno no debe dejar de visitar un lugar que se llama El Rufián Melancólico. Ubicada en la calle Bolívar 857, este espacio te devuelve a mediados del siglo XX o incluso antes si ves los afiches de las películas hollywodenses o un retrato de Carlos Gardel.

“¿Te puedo ayudar en algo?”, se dirige Hernán al visitante que ingresa a este reino del libro añejo. Él es el librero encargado de la librería que funciona desde 2002 y donde se puede encontrar rarezas. Como mapas de inicios del siglo pasado, álbumes de fotos de una familia cualquiera, o textos en distintos idiomas.

-¿Cómo así se surten de libros?, le pregunto a Hernán.

-La manera más divertida es cuando vamos a comprar bibliotecas. Allí te encontrás cosas curiosas –dice el librero-. Desde libros de historia o joyas literarias.

Eso pasa cuando los dueños de las bibliotecas mueren y deja huérfanos a los libros que ha ido atesorando casi toda su vida.

Si tiene alguna rareza que anda buscando, a lo mejor podría intentar conseguirla allí. La librería tiene un correo electrónico: [email protected]. Servido.

 

7. CLUB BURTON

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La calle donde está El Rufián Melancólico es intersectada por otra llamada Estados Unidos, y en el número 700 nos topamos con otro rincón de antigüedades. Se llama Club Burton, pero no se crea que el nombre hace alusión al director de cine Tim Burton, sino más bien al explorador y viajero Sir Richard Francis Burton. Cuando uno entra tiene como música de fondo alguna sinfonía clásica. Una pieza de Brahms nos recibe y el ruido de la puerta delata nuestro ingreso.

Quizás lo que más llame la atención del Club Burton para el visitante extranjero sea los ejemplares de la mítica revista Sur que uno puede comprar. Para el lector con búsquedas específicas puede consultar al correo [email protected], o de lo contrario pasar el día hojeando las novedades. Adentro se percibe una calma que contrasta con el dinamismo que hay afuera, en las calles de San Telmo.

 

8. LA LIBRE

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Ya camino a dejar San Telmo, en la calle Bolívar 646 está la librería La Libre. Este espacio fue abierto en abril de 2010 por tres jóvenes socios, cuyo propósito es ofrecer libros de sellos independientes y alternativos. Este proyecto se germinó en 2006 cuando estos jóvenes libreros organizaron las ferias de libros alternativas en distintas zonas de Buenos Aires. Las FLIA (Feria del Libro Independientes y Alternativas) se realizan además en otras ciudades de Argentina y todos coinciden en que han ayudado a darle mayor dinamismo al mercado editorial sobre todo frente a las trasnacionales que manejan un aparato de márketing costoso.

 

9. ETERNA CADENCIA

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De regreso en el barrio de Palermo, hay una librería que no solo es bella como espacio sino que es de las mejores de Buenos Aires. Se trata de Eterna Cadencia. En la calle Honduras 5582, en una casona antigua, se encuentra este rincón que además de novedades literarias y textos de filosofía y ciencias sociales, ofrece los textos que produce. Como librería funciona desde 2005 en el mismo lugar, y como editorial desde el 2008. En este último rubro no solo ha reeditado a autores como Juan Carlos Onetti Jorge Baron Biza, sino que también a autores contemporáneos como Martín Kohan.

La librería tiene dentro un café en el que después de deleitarse la vista y el alma el lector puede satisfacer su apetito. Eterna Cadencia, además, tiene un blog muy activo y una cuenta de Twitter que es manejada con dinamismo y humor fino.

 

Esta es una guía reducida, lo sé. Hay muchas librerías que no he podido visitar y queda como tarea pendiente hacerlo. Sin embargo, el lector impenitente que caiga por Buenos Aires no debe dejar de visitar estas librerías.

 



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