Un poemario para desesperados románticos

¿Por qué cuando dejamos de ser jóvenes los poemas de amor nos parecen cursis? ¿Por qué los jóvenes adoran a Cortázar y cuando adultos toman distancia? Despedesencuentros y Esperencuentros es un poemario que quizás resulte enternecedor para los jóvenes y demasiado empalagoso para los adultos.

DespedencuentrosRIGOPSOT

 

Aunque su nombre suene a un trabalenguas, Despedesencuentros y Esperencuentros (Editoral Casatomada, 2014) es un poemario -el tercero en su haber- de Rigobero Zúñiga Maravi, quien con tufillo nerudiano y cortazariano vuelve a escribir sobre el amor y el desamor, acaso los dos temas más recurrentes en la poesía.

«Despedesencuentros» es la fusión de «desesperación» y «encuentros», mientras que «Esperencuentros» alude a «esperanza» y «encuentros». En la primera parte del libro el autor nos presenta versos que abordan el final de una relación amorosa y el proceso de olvido. En la segunda, expresa la espera ansiosa por el ser amado.

Para evitar caer en excesivo juicio de valor, compartimos tres poemas del libro:

 

SI ESTOY YO O ESTÁ MI SOMBRA

En la casa grande,
sonriente y garbosa,
en donde cómo tú, vivieron otras,
en donde no cómo tú, otras me abandonaron,
en esa misma casa,
cálida y rocosa,
tú te quedaste a vivir conmigo
y sin embargo te quedaste sola.

La casa elevada y flotante me mira desde su fuente,
me mira entristecida y temerosa,
tú te confundes con esa fuente que en simultáneo transpira y llora,
tú eres una niña triste y asustada que corre en círculos
que cree escapar, pero no escapa,
porque solo huye de su sombra.
Entonces solo te queda la oscuridad como refugio amigable
pero trágicamente en esa oscuridad te conviertes tú misma
en tu sombra viva que pernocta.

La casa que es tan grande siempre se pierde en sí misma,
permanentemente sufre para encontrarse,
así como es difícil encontrar un recuerdo antiguo
en un tiempo cercano,
y en esa búsqueda sufrida
tú me miras al igual que ella me mira,
me miras tú, me miras en conjunto y por partes,
con el afán atemporal y detallista de alguien que diseca una sombra, un recuerdo, un antes.

Porque así como tu sombra en lo oscuro,
tú estás perdida en la casa.
Y cuando te pierdes te recuestas sobre la cama
como si fueras un sueño profundo.

Y desde ahí,
y desde fuera de ahí,
me preguntas siempre,
en horas inapropiadas
y en horas propias,
si estoy yo en casa
o está mi sombra,
si estoy a tu lado
o solo es tu sombra.

 

**

UNA SOLITARIA Y UN SOLITARIO

Sobre nuestras bocas escribimos nuestros nombres,
los escribimos a ciegas,
Tú con mis cenizas y Yo con tus pintalabios,
los escribimos para saber
a dónde huir cuando nadie nos ama,
a dónde huir cuando alguien no nos ama.

Recuerdo que
te miré
y
Yo escribí: tú, es decir, Tú.
Recuerdo que
me miraste
y
Tú escribiste: tú, es decir, Yo.

Sin embargo,
recuerdo que
Tú y Yo
nos miramos
y
Tú y Yo
jamás escribimos: Nosotros.

El azar del desamor nos puso frente a frente,
fuimos solamente dos extraños
que se sonreían mutuamente creyendo verse en un espejo.

Porque a pesar de dormir juntos
una solitaria y un solitario
jamás podrán hacerse compañía,
porque no es lo mismo dormir juntos
que dormir ambos sobre la misma soledad.

Entonces era necesario alejarnos,
ocultarnos uno del otro,
ocultarnos tan bien que a fin de cuentas
nos perdamos de Nosotros mismos.

A fin de cuentas era necesario
sentir la desesperanzadora esperanza
de quien se pierde del resto
para encontrarse a sí mismo.

Entonces era indispensable la urgente separación,
esa que llega sufriendo,
como la pausa que sufre ansiosa por dejar de ser pausa.
Esa que llega como una fábula cruel,
donde un cuento muere para que otro cuento nazca.

 

**

AMOR

Y es el amor
lo queda presente después de tanta ausencia,
porque lo que no está
habría de no estar presente
justamente para estar ausente,
para que lo que habría de venir venga.

Todo falta
para que otro todo colme,
así como la sombra se aleja
cuando el cuerpo llega.

Todo huye, todo,
para que el amor alcance
precisamente un significado
que exista y no vuele,
que no vuelva,
justamente porque siempre permanece.

Y es el amor lo que persiste en estar vivo
a pesar de estar rodeado de tanta muerte,
como el fénix que nace de la paloma que muere.

Por eso es que tú llegaste viva para vivir conmigo,
para que mi vida no muera y yo no viva una vida muerta.

Resucitó en ti mi vida
solamente para que yo pudiera vivirla contigo.

 

***

Rigoberto Zúñiga es abogado, graduado en la Universidad Católica, y el ámbito en el que se desenvuelve es el de la resolución de conflictos. Si uno observa su vida quizás crea que el principal conflicto en ella sea conciliar el Derecho y la poesía, sin embargo afirma que para él no hay una tensión entre estos dos ámbitos. Incluso encuentra algo de poético en el Derecho. ¿Qué de poético hay en el Derecho? «La contradicción», responde.

Se considera un tipo romántico, admite que algunas veces ha utilizado la poesía para conquistar una chica. Admirador de Joaquín Sabina, contrariamente a lo que podríamos creer no escucha baladas sino tango electrónico. Le gusta Bajofondo y Gotan Project. Y si creía que le gustaban los poemas de Benedetti, una vez más se habrá equivocado. Considera sobre todo como grandes poetas a Pablo Neruda, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges y César Vallejo. Publicó su primer poemario a los 13 años y luego dejó de escribir poesía. Recién en la universidad volvió a hacerlo. A los 30 años asegura que es un poeta aunque sus modales y facha elegante digan lo contrario. Cree que su próximo libro ya no se centrará en el amor. Aún le falta mucho por vivir y escribir.

Su libro está a la venta en Librería Contracultura, Librería El Virrey, Librería Sur, Librería Selecta e Ibero (Huancayo).

 

BONUS TRACK:

Vea y escuche aquí nuestra charla con Rigoberto Zúñiga Maravi

 

 



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