Clara Sánchez: “Los seres humanos somos narradores natos”

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Ganadora del Premio Planeta 2013 con su novela El cielo ha vuelto, conversamos con la escritora española Clara Sánchez, quien toma como punto de partida el mundo superficial de una modelo para reflexionar en torno a la vida, la rutina y el miedo a los cambios.

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Por Alberto Rincón Effio

¿Quiénes nos rodean realmente? Parece la interrogante y el eje principal de la última novela de la escritora española Clara Sanchez, con la que obtuvo el prestigioso Premio Planeta 2013. En El cielo ha vuelto, Patricia, una prestigiosa modelo de pasarela recibe la advertencia de Viviana, una vidente, en un vuelo de avión: ‘Alguien desea que no vivas’. Conforme avanza la novela, algunos accidentes fortuitos despiertan la sospecha de Patricia, lo cual, la tendrá expectante, cautelosa de todos alrededor, sospechando de quienes antes confiaba a ciegas. Una novela que escrudiña nuestra visión de lo que creemos confiable y cercano. Una novela policiaca que, como advierte la autora, solo prescinde del cadáver.

Tener un personaje principal como Patricia, ¿fue un doble reto como personaje por su lejanía a usted como perfil y su superficialidad, esa difícil lectura de su interior?
No, qué va. Osea, las personas no nos hace superficiales aquello a que nos dediquemos. Generalmente lo que hace superficial el mundo es la mirada que arrojemos hacia él. Patricia es una chica que trabaja, se dedica a la moda, tiene un marido, una familia, inseguridades, contradicciones, que tiene miedo a perder cosas: el amor, el trabajo, la belleza, porque vive de eso, de la imagen. Entonces, si Patricia es superficial, todos somos superficiales, porque la moda no nos es ajena a ninguno. Todos nos vemos inmersos en el mundo de la moda. Para vestirnos entramos a una tienda elegimos lo que más nos favorece. A veces hay gente que se cambia hasta la nariz, los pechos, los glúteos; es decir, la gente quiere tener modelos a quien parecerse. Si algunos somos superficiales, somos nosotros. Y Patricia es una chica que en el fondo necesita que alguien le abra los ojos, le quite la venda y de alguna manera la obligue a comprender que aquello que a los demás le puede parecer envidiable (la belleza y el éxito), a lo mejor no es lo que más feliz le hace a ella.

Y este artificio, que la vidente era todo lo contrario a lo que es Patricia, en el sentido estético, ¿existe algún juego allí?
Viviana es Sancho Panza y Patricia es Don Quijote en versión femenina. Y Viviana va a ser la que la va a ayudar, la que va a hacer un poco de guía para que Patricia pueda luchar por liberarse de sus ataduras emocionales. Porque el mundo de Patricia está llena de vampiros emocionales, psicológicos, neuronales. Y va a tener que desprenderse de todo eso, por ejemplo, va a tener que comprender que a lo mejor el amor que ella siente no es lo que más le conviene. Porque a veces las personas con las que mantenemos un lazo más fuerte de afecto son las personas que más daño nos pueden hacer. Son las que más felices nos pueden hacer pero son las que nos pueden hacer más daño. Y es que Patricia vive envuelta en drogas adictivas. No me refiero a la droga como la heroína o la cocaína. Sino, al amor y el éxito que son muy adictivos o el trabajo que también lo es. Y a lo mejor lo que necesita Patricia es empezar a desprenderse de todo eso.

PortadaElCieloHavueltoEl extremo de desconfianza que termina sufriendo Patricia es también un retrato crítico de la actual situación española, ¿cómo tomaste la decisión de abordar ese eje en particular?
Y mundial. Patricia es una chica que tiene un antes y un después en su vida. Después de conocer a Viviana y de lo que ha vivido. Patricia es una chica confiada que trata de contentar a todos a su alrededor porque considera que ha tenido más suerte que los demás y siente como que les debe algo a todos ellos. Pero cuando conoce a Viviana y le dice esa frase (“Alguien quiere que no vivas”) y le suceden esa serie de accidentes, ella empieza como una pesquisa policial en busca de aquella persona que no la quiere bien. Y en esa pesquisa, en esa aventura de lo que se va a ir dando cuenta, es que el amor no nos fortalece, sino, nos debilita. Y todo va a caer en el mundo de la desconfianza. Primero es una chica muy confiada y después va a mirar a todo el mundo que hay a su alrededor con más dudas y sospechas. Va a tratar de ver qué hay detrás de cada una de esas personas. A lo mejor su marido no es exactamente como ella cree que es, incluso sus padres. Y se va a dar cuenta que no somos lo que nos parecemos. Es una novela policiaca en que ella se convierte en detective de sí mismo y tiene que empezar a desenmascarar su vida y a todos los que tiene alrededor y de allí saldrá más débil o más fuerte. Y este es un reflejo de la sociedad española como tú decías. Porque nosotros (los españoles) éramos como Patricia: confiados. Nos habíamos entregado en los brazos de los poderes económicos y políticos y Patricia se entrega en los brazos de su marido, de su amor. Y luego ocurrió algo –como le pasa a Patricia- que nos quitó la venda de los ojos. Nos sentimos engañados, estafados, y hemos caído en la desconfianza. Ya no nos fiamos de todo el mundo. Nos hemos dado cuenta que debemos leer la letra pequeña. Cuando vamos al banco y la letra pequeña del mundo, como le pasa a Patricia.

Tu novela es de alguna forma una crítica y una advertencia de las malas consecuencias que trae también el éxito…
Claro, es una novela sobre el éxito y el fracaso. Porque el éxito es la droga más dura que existe. Quien ha probado el éxito muy difícilmente lo puede rechazar o puede desengancharse de él. Entonces, también, Patricia cuando escribía la novela me ha dado una lección. Un aprendizaje de que quizás el éxito es muy envidiable pero a lo mejor no es lo que más feliz nos hace.

Tú eres hace años una escritora exitosa, ¿cómo huyes de tus propias advertencias?
Bueno, yo huyo de esa advertencia tratando de ver lo que me hace más feliz en la vida. A mí me hace feliz escribir y llegar al corazón de los lectores, que los lectores me lean. Digamos que ya he vencido esa tentación de ser famosa o de estar en los medios. Lo que entendemos por éxito. Eso es parte de mi trabajo pero no es lo que más feliz me hace.

Es interesante esa fórmula ‘Una novela policiaca sin cadáver’ que utilizó para describir El cielo ha vuelto, ¿cuál es la constante que busca como escritora en cada una de sus obras?
Sin proponérmelo, está mi manera de ver la vida, de ver el mundo. Y en todas ellas de lo que estoy hablando es que no somos lo que parecemos, detrás de un viajecito puede haber un asesino. Detrás de una cara muy amable puede haber un monstruo, detrás de algo que nos asusta puede haber una alma muy noble. Tenemos que romper lo que podemos llamar los estereotipos, los prejuicios, lo que llamamos, la superficialidad. En realidad, lo que nos hace superficiales no es tanto la moda, sino, la insistencia a pensar, a ser críticos, a abrirnos a cosas nuevas. Incluso, en nuestra propia vida. A veces, esto es algo que hace Patricia en la novela. Patricia prueba algo nuevo. Se da cuenta de que tiene que darle un giro a su vida y eso es muy importante.

Podría decirse que sus novelas intentan siempre desenmascarar…
Exactamente. Yo parto de la sensación de que la vida todo es camuflaje. Además, los seres humanos somos narradores natos. Desde que nos levantamos por la mañana hasta que nos acostamos estamos narrando nuestra vida, lo que vemos, y eso enmascara mucho la situación. Es muy difícil ver la luz, la verdad, lo que hay detrás de cada cosa. Y de eso es de lo que se aprovechan los políticos y los poderes. Nos venden unas imágenes, todo viene muy camuflado, muy envasado, y cuesta trabajo llegar a quitar todas las hojas de la coliflor hasta que vemos eso. Yo creo que los ciudadanos en general estamos obligados a tratar de deshojar. A no dejarnos convencer por las buenas, a ser más críticos, digamos que esa es una constante en mis novelas. No es que yo quiera dar moralina, nada de eso. Siempre eso va envuelto en una historia entretenida y sencilla. Pero es mi manera de ver las cosas.

ClaraSanchezPost3“No es fácil reprimir un deseo y los deseos lamentablemente se hacen realidad con demasiada frecuencia”. ¿También cree que hoy la gente desea más el mal que el bien?
Incluso cuando se desea algo bueno. El deseo es una construcción del alma, es como un mundo que nosotros nos fabricamos para nosotros mismos. Yo deseo una mansión con empleados, piscina, ese es el deseo, pero si ese deseo se vuelve realidad, a lo mejor yo tengo que hipotecarme, no sé, viene alguien a robarme y me mata. Los deseos con demasiada frecuencia se vuelven realidad pero hay una división que a los seres humanos nos crea mucha angustia entre la realidad y los deseos y mis novelas tratan de eso en el fondo. Patricia representa ese deseo de los demás, pero luego su vida, lo que ella siente, es otra cosa diferente. Por eso decimos eso del mundo de la moda, que Patricia es superficial, pero nos parece superficial porque es lo que nosotros deseamos. ¿Por qué los actores de Hollywood no se parecen a nosotros, que son guapos que son no sé qué?, ¿por qué nos gusta que salga alguien guapo a que alguien feo? Porque es un arquetipo de lo que deseamos, lo que no significa que esa vida sea después como la imaginamos.

Pienso en dos novelas de autores españoles que usted debe conocer muy bien, Javier Marías y José Ovejero, en sus novelas Mañana en la batalla piensa en mí y La invención del amor respectivamente, ambos personajes principales sufren un acontecimiento inesperado que los conduce a recomponer su propia vida, su propia visión del mundo. En “El cielo ha vuelto” el mensaje de una vidente transforma también la vida de Patricia. ¿Este coincidente arranque de novela responde a una interpretación de los novelistas con la España actual? Una recomposición de una sociedad que ha variado su perspectiva en muy poco tiempo…
Pues no lo sé porque esa ha sido una constante de mis novelas que parte de mi propia vida. Tiene una cotidianidad, una rutina, pero de repente sucede algo que te cambia la existencia. Por ejemplo cuando hace algunos años mi madre enfermó, yo tenía una rutina y de repente ocurrió algo muy grave y eso me obligó a verlo todo de una manera diferente. En casi todas mis novelas está eso, es una constante en mí, una constante personal que a lo mejor tienen otros escritores. Y en este caso, es lo que la pasa a Patricia en la novela, tiene una rutina, cree que todo le va bien pero en el fondo casi provoca, casi está pidiendo a gritos algo que la saque de esa manera de ver las cosas, que le haga ver todo con un pensamiento más maduro.

¿Cómo retoma la escritura y el trabajo luego de un premio como el Planeta que, supongo, ha pervertido su libertad, sus momentos de trabajo?
Ocurre con el Planeta, con la promoción de mis novelas. No es nada nuevo en mi carrera, yo ya sé lo que me espera cuando sale una novela porque cuesta hacer llegar los libros a los lectores. Todos tenemos que colaborar. Hay mucha gente detrás de un libro, no solamente el escritor, sino los editores, los comerciantes, distribuidores. Entonces, yo me siento obligada a colaborar con ellos. Lo que pasa es que no es donde yo me siento más yo porque en el fondo a mí lo que me gusta es estar en mi escritorio escribiendo. Es así, pero también me da la oportunidad de encontrarme con lectores, de poder visitar otros países, de hacer amigos, también tiene muchísimas ventajas.

Tal vez este ajetreo ha interrumpido algún trabajo, ¿está trabajando algún libro?
Todavía no, no ha interrumpido nada por el momento. Es más, con este ajetreo de aviones, a veces tengo ratos de darle vuelta a cosas que me apetece trabajar en un futuro.

 

CINCO LIBROS RECOMENDADOS POR CLARA SÁNCHEZ

[youtube width=»480″ height=»240″]http://www.youtube.com/watch?v=_vH78sF4A7U[/youtube]

 

 

1. Planilandia, de Edwin Abbott Abbott.

2. Otra vuelta de tuerca, de Henry James.

3. Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de Robert L. Stevenson.

4. El capote, de Nikolai Gógol.

5. El extranjero, de Albert Camus.

 

 



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