Federico Moccia: “Escribir tiene que ser para ti un suceso”

¿Cómo así un escritor logra tener tanto éxito entre los jóvenes? El italiano Federico Moccia estuvo en la Feria del Libro de Lima y conversamos con él. 

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Por Luis Rodríguez Pastor
Fotos: Diana Pflücker

 

El escritor italiano Federico Moccia, autor de conocidas obras como A tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti, estuvo en la 18º Feria Internacional del Libro de Lima para presentar su más reciente novela, Esta noche dime que me quieres (Planeta, 2012). Tuvimos la ocasión de conversar con él y este es el resultado.

 

En la feria más de 500 personas han hecho cola para que les firmes un libro; tengo entendido que en algunos puentes se lee la frase “A tres metros sobre el cielo”; y si bien en Lima todavía no cuelgan candados, tal vez podamos hablar de un “fenómeno Moccia”, como en otros países. ¿A qué crees que se debe el éxito de tus libros, que han tenido tanta repercusión sobre todo en los jóvenes?
Yo creo que siempre es muy extraño lo que pasa cuando escribes una historia porque no puedes imaginar que va a gustarle a la gente, que van a escribir en las paredes de Roma o que van a poner candados en Europa. Pero creo que era un momento particular en el que sentía la necesidad del amor, y en estas historias muchos chicos ―pero también gente mayor, de repente acordándose de los que le pasó antes en su vida― se encontraron con sus mismas historias. Un libro es algo que de manera educada está cerca de ti, como un amigo que te sabe escuchar, que siente que está sufriendo por una persona.

 

Ahora, veinte años después de tu primer libro, y habiendo publicado varias novelas, todas ellas de mucho éxito y llevadas al cine, ¿podrías contarnos el recuerdo de tu primera novela? Nadie te la quería publicar, tú mismo tuviste que financiarla, cosa curiosa comparando cómo le va ahora a tus libros.
Había leído un libro muy lindo cuando estaba yendo a Anzio para verme con mis padres durante el verano, que se llamaba Por este lado del Paraíso, de Francis Scott Fitzgerald, y cuando lo terminé pensé: “Este señor tiene que ser muy grande, muy adulto, para haber escrito un libro tan bello”, pero era muy joven, tenía 22 años. Yo ya tenía 27 y me dije: “Tengo que escribir una novela antes de los 30”, y entonces me puse a escribir en esos años y terminé la novela A tres metros sobre el cielo. La copié y la mandé a las editoriales más importantes, y llegaban las respuestas, me decían: “No, no nos interesa, es una historia demasiado exagerada, no parece muy creíble”. Pero era algo mío, que yo había vivido, mi propia historia, y lo más extraño era que yo pensaba que me gustaría mucho leer un libro así. Y entonces, como había empezado a trabajar para la televisión, con mis primeros ahorros lo publiqué con una pequeña editorial que se llamaba Il Ventagio, y tomé unos 200 ejemplares y los llevé a una librería cerca de mi casa, donde normalmente compraba los libros, ahí me conocen muy bien, y les dije: “Este es mi libro, tienen que promoverlo”. Se los dejé y volví después de tres semanas para ver qué tal, y dijeron que estaba muy bien, que la gente estaba hablando de él, que ya se estaban acabando las copias, y entonces volví a Il Ventagio, pero había publicado dos libros más y había quebrado. Yo pensé que ahí se acababa la historia y que mi sueño volvía a casa; pero los chicos que no lo encontraban, poco a poco, empezaban a fotocopiarlo. Diez años después recibí una llamada, porque un señor había encontrado una copia del libro para su hijo, y el mensaje decía: “Si eres Federico Moccia, llama a este número”. Yo pensaba al inicio que era una broma de mis amigos, y después de comprobar que no lo era llamé al señor, que decidió hacer la película. Y todas las editoriales que diez años antes no habían querido publicarla, volvieron pidiendo publicarla. Y la publiqué con la única editorial a la que no había enviado porque era muy difícil publicar con ellos. El libro fue un gran suceso, van 38 ediciones.

 

Moccia3Publicaste en el 92 tu primera novela, pero recién en 2004 te haces conocido. ¿Es gracias al cine que tu literatura se hace popular?
No. Digamos que así nació la oportunidad a través de la cual se publicó el libro; en realidad, esta primera película nadie la ve [la primera versión de A tres metros sobre el cielo es italiana y fue estrenada en 2004; hay una segunda versión, lanzada en España en 2010]. Todo el mundo que leía el libro decía: “Bello, bellísimo, ¿por qué no hacen una película?”, yo decía: “La película ya la hicieron hace un año”. No la habían visto porque no se conocía la historia.

 

Tu padre ha sido guionista de cine, has tenido mucha cercanía con el cine desde joven. ¿Cuánto crees que él ha influenciado en tus novelas?
Seguramente me ha enseñado el método para contar mis historias, porque aunque estén escritas son muy cinematográficas. Durante la lectura estás en la escena, ves lo que pasa, escuchas la música, escuchas los diálogos, exactamente como cuando estás en el cine. Es muy simple, muy directa, pero, aunque la construcción es muy cinematográfica, cambia. Cuando empiezas un libro tienes la curiosidad de seguir, de saber lo que va a pasar, y también por eso tuvo tanto éxito entre los jóvenes; tienes que hacerlos reflexionar durante ciertos momentos, pero no durante mucho tiempo, y de repente tiene que pasar algo en seguida.

 

Acabas de publicar en 2012 Esta noche dime que me quieres. ¿Ya estás preparando algo nuevo?
Sí. La nueva novela se llama Ese instante de felicidad; es una novela muy diferente porque trabajando este invierno conocí a unos chicos en la universidad y me pregunté cuán difícil puede ser este momento para ellos, cómo puede ser la vida de uno de ellos, que, como a menudo pasa, pierde a su padre muy joven. Yo perdí a mi papá cuando ya tenía 43 años, ya había hecho muchas cosas, pero él fue muy importante en mi vida, porque fue un amigo, un maestro, y si no hubiera estado mi papá cuando tenía 20 años no me habría enseñado a razonar como en realidad hizo. Es un libro mucho más nuevo porque va a lo profundo.

 

A partir de tu experiencia, ¿qué le dirías a una persona que tiene el sueño de publicar un libro?
Yo creo que la cosa más importante es tener una bella historia, que te envuelva, como diría Ernest Hemingway: “Escribe sobre lo que conoces”, que es algo que te toca directamente. Cuando publiqué mi primera novela ―el 16 de noviembre de 1992―, vi a una chica que lo estaba leyendo en la playa; era julio, estaba en la playa, y esta chica no me conocía, estaba leyendo el libro, y no vio la foto, no sabía que yo era el escritor. Pasé dos veces, para ver en qué punto estaba del libro, porque la chica se estaba riendo, para entender si era un momento dramático o un momento justo para que se riera. La emoción de ver a una persona que no conocía que estaba leyendo mi libro para mí es una gran emoción, un gran éxito. Para quien escriba un libro no tiene que pensar en el resultado, sino que escribir tiene que ser para ti un suceso. Cuando escribí A tres metros sobre el cielo no tenía un contrato, no tenía nada, quería contar una historia porque me hacía falta una historia de ese tipo.

 

 



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