Los desafíos de la Feria del Libro de Lima

Esta semana fue el lanzamiento de la 18 Feria Internacional del Libro de Lima, que se realizará del 19 de julio al 4 de agosto próximos. Acudimos a la conferencia y sin el ánimo de ser aguafiestas preguntamos a los representantes de la Cámara Peruana del Libro ¿qué falta para que nuestro evento reciba la visita de un premio Nobel de Literatura?

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La próxima Feria Internacional del Libro de Lima tendrá como país invitado a Puerto Rico y entre las figuras que nos visiten estará el reciente ganador del Premio Rómulo Gallegos, el puertorriqueño Eduardo Lalo. Azar o no, definitivamente será un inicio distinto al de hace un par de años cuando la inauguración estuvo a cargo del argentino Luis Corbacho.



Hace unos días se realizó la conferencia de prensa de lanzamiento de este evento que por tercer año consecutivo se realizará en el Parque de los Próceres, del distrito de Jesús María, y que se extenderá del 19 de julio al 4 de agosto. Al final de la presentación y del recuento de novedades, del que nos ocupamos en un anterior post, decidimos abordar al presidente de la Cámara Peruana del Libro, Jaime Carbajal, y a la directora cultural de la feria, Doris Moromisato, para hacerle ahora directamente la pregunta que fue materia de un artículo publicado hace tres meses¿Qué falta para que en nuestra feria nos visite un premio Nobel? 


Las razones las podrán escuchar en el video que está arriba, pero en resumen ambos coinciden en que nuestro mercado editorial es muy pequeño. Incluso, más que apoyo del Gobierno y de las embajadas del país del escritor involucrado, aparentemente somos una plaza poco atractiva para escritores como J.M. Coetzee, Paul Auster o Haruki Murakami, y según afirman así se lo han hecho saber los agentes literariosPor otro lado,  Carbajal y Moromisato también hicieron notar la necesidad de tener un centro de convenciones para la feria y evitar así el gasto -según esta última- de un millón de soles en la instalación de los stands y toldos en el Parque de los Próceres.


El panorama no es muy alentador entonces y todavía habrá que esperar (ojalá no mucho) para que nuestra feria deje de ser pequeñita no solo en metros cuadrados sino por el nombre de las figuras que la visiten.






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