Los cuatro años de soledad de Gabriel García Márquez

Conversamos en Bogotá con el periodista Gustavo Castro Caycedo, autor del libro Gabo: Cuatro años de soledad. Su vida en Zipaquirá (Ediciones B), en el que explora un período poco abordado por los biógrafos del Nobel pero que es clave en su vida, pues en Zipaquirá es donde García Márquez empieza a convertirse en escritor.


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Por Jaime Cabrera Junco


Ni Dasso Saldívar ni Gerald Martin, este último considerado el biógrafo oficial de Gabriel García Márquez, repararon en que si bien Gabo había nacido en Aracataca, su nacimiento como escritor ocurrió en Zipaquirá -un pueblo a 50 kilómetros de Bogotá-. Allí fue donde el autor de Cien años de soledad, con 16 años, empezó a cambiar los dibujos por los poemas, donde comenzó a leer a los clásicos de la literatura y, donde gracias a un profesor se le metió en la cabeza «esa vaina de ser escritor».  Gustavo Castro Caycedo, periodista colombiano y hermano de Germán, ha indagado y profundizado sobre esa etapa crucial en la vida del Nobel 1982 y lo ha plasmado en un libro titulado Gabo: Cuatro años de soledad. Su vida en Zipaquirá (Ediciones B). Aquí la conversación que sostuvimos con él durante la Feria del Libro de Bogotá sobre este ‘eslabón perdido’ de la literatura colombiana y universal.



El que haya publicado este libro no es una casualidad. Usted nació en Zipaquirá (pueblo ubicado en las afueras de Bogotá), según cuenta, 50 días antes de que Gabriel García Márquez llegara para estudiar el bachillerato
Sí, realmente hay elementos que se cruzaron y me llevaron a escribir este libro. Como acaba usted de decir, yo nací 50 días antes de que Gabo llegara a Zipaquirá. Él llegó a vivir a cuadra y media de mi casa, yo terminé estudiando en su mismo colegio, los profesores suyos fueron profesores míos, mi mamá lo conoció…es decir, hubo una serie de situaciones que me llevaron a pensar que había una vida tan importante en Zipaquirá -donde a él lo convirtieron en escritor- pero que ningún biógrafo se había preocupado por investigar más sobre ello. 


¿Por qué dice que esos cuatro años que pasó García Márquez en Zipaquirá fueron de soledad?
Digo que esos cuatro años fueron de soledad debido al frío que sintió Gabo, quien era costeño, y por una serie de circunstancias familiares que hicieron que se sintiera solo allí.


¿Cómo así es que se decide a emprender esta empresa que por la documentación que presenta, así como imágenes se ve que no ha sido nada fácil?
La idea de escribir Gabo: cuatro años de soledad…surgió por unos comentarios de mi madre, quien conoció a García Márquez en Zipaquirá en 1943, y además de las coincidencias que le acabo de mencionar. Me puse a pensar en cómo García Márquez, que hasta ese momento había destacado como dibujante y caricaturista, no tenía aún la intención de ser escritor…fue su profesor de Castellano Carlos Julio Calderón Hermida, quien lo saca de los dibujos y lo mete a escribir en prosa. Él captó la capacidad y el talento de Gabo para escribir. Incluso, en 1955, cuando publica La Hojarasca, García Márquez le llevó un ejemplar con la siguiente dedicatoria: «A mi profesor Carlos Julio Calderón Hermida, a quien se le metió en la cabeza esa vaina de que yo escribiera».


El Liceo de Zipaquirá era un colegio atípico. En su autobiografía, Vivir para contarla, Gabo comenta que él en realidad quiso estudiar en el colegio más importante de Bogotá, pero que al final de cuentas haber llegado a Zipaquirá fue una suerte de bendición.
Él tuvo la suerte de llegar a un colegio que más que un colegio era un gran centro literario. Todo lo que se respiraba allí era literatura. Había un periódico literario y en las noches cuando se iban a dormir, un profesor les leía un capítulo de literatura colombiana o universal. Además los profesores que enseñaban allí eran casi todos escritores, que venían de la Universidad Pedagógica de Bogotá, y eran comunistas, entonces los mandaban a Zipaquirá y a otras poblaciones para que no puedan ser revolucionarios en Bogotá, sin embargo ellos eran ante todo intelectuales.


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Cuéntenos algunos detalles del proceso de investigación. Tengo entendido que le ha tomado 14 años recopilar la información, no solo los viajes a Zipaquirá sino también reunir los testimonios de 83 personas, entre amigos, profesores y novias de Gabo…
Sí, efectivamente, fueron 14 años de investigación para reunir estos testimonios de 83 personas, de las cuales ya murieron 31. Incluso llegué a ubicar en Pasadena (California), a la primera novia «duradera» de García Márquez, aunque en realidad fue la segunda novia porque la primera, Lolita Porras, murió al poco tiempo de conocerlo en Zipaquirá. 


En el libro usted nos presenta algunas facetas de García Márquez en Zipaquirá. El Gabo enamoradizo, el Gabo poeta y el Gabo orador…
Gabo tuvo dos personalidades distintas. Una la del tímido y retraído dedicado a la lectura, y la otra la del hombre extrovertido, fiestero y ‘mamagallista’. Él tenía como característica ser cálido, sin embargo nunca había escrito poemas y la primera vez que lo hace es cuando se enamora. El primer poema de Gabo fue publicado en el diario El Tiempo el 31 de diciembre de 1944, un año después de la muerte de Lolita Porras, su primera novia, quien murió de tifo. Luego él conoció a una niña muy linda llamada Berenice Martínez, a quien ubiqué en el año 2000. Yo hice una crónica de este encuentro y a través de una emisora Gabriel García Márquez obtuvo el número de ella y hablaron por teléfono durante más de dos horas.


Todo tan garciamarquiano…
Ella me llamó para contarme y en el libro está todo lo que habla
ron ellos dos durante ese reencuentro.


Para los que todavía no han visto su libro es necesario mencionar que en este usted ha publicado no solo la información sino también fotografías de las novias de Gabo, algunos poemas de su puño y letra, incluso los correos electrónicos que usted intercambió con la agente Carmen Balcells para contarle sobre estos versos…
Me preocupé mucho porque el libro tuviera ilustraciones, que es el complemento para que uno pueda conocer una historia. Sin embargo, no quiero dejar de mencionarle otro tema de la vida de Gabo en Zipaquirá que es totalmente desconocido, que es el de las tragedias, las cuales comenzaron con la muerte de Lolita Porras, la segunda fue el suicido del rector del colegio, lo cual dio pie a que García Márquez empiece a dar discursos. Además hubo otras dos muertes que impactaron mucho al joven Gabo. 


Permítame regresar a los poemas de amor. Usted le informó sobre este hallazgo a Carmen Balcells y ella le dice que García Márquez no está muy seguro de haber escrito esos versos.
Sí, pero no hay lugar a dudas, pues porque tienen la letra de él, la firma de él, que en ese entonces firmaba como Javier Garcés, y las personas que me entregaron los poemas eran sus compañeros, su novia y otras personas cercanas que guardaron algunos poemas, aunque otras personas los botaron.


¿Tuvo algún contacto directo con García Márquez para escribir este libro?
No, toda consulta fue realizada a través de Carmen Balcells. Aunque alguna vez le comenté a él que estuve investigando sobre ese periodo, pero no había pensado todavía en hacer un libro. Comencé a escribir crónicas y cuando tomé la decisión de hacer el libro, Gabo ya no estaba tan bien (de salud). Nunca hablé con él a fondo sobre sus años en Zipaquirá, quien sí conversó a fondo con él fue mi hermano Germán Castro Caycedo, que hizo la crónica de televisión más extensa sobre la vida de Gabo, que duró 12 horas, la cual se publicó luego en el diario El Espectador.


Usted en el libro se refiere a García Márquez como «Maestro»
García Márquez es un inmortal de la literatura, yo creo que allí se encierra todo. Morirá García Márquez, pero no sus historias ni su fama.


¿Y qué libro de él le ha gustado más?
Para mí el libro ideal es El coronel no tiene quien le escriba. Sí, me ha gustado más incluso que Cien años de soledad.


¿Piensa escribir algo más sobre García Márquez?
Ya no. Aunque me ha quedado material en esta investigación, quizás lo difunda a través de crónicas. 





CINCO LIBROS RECOMENDADOS POR GUSTAVO CASTRO CAYCEDO

1. El Quijote, de Miguel de Cervantes.

2. El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry

3. Piel de asno, del libro Cuentos de mamá oca, de  Charles Perrault.

4. El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez.

5. El Karina, de Germán Castro Caycedo.







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