Rescate 7: «Confesión-edición impresa» de Jennifer Thorndike (2010)

El 2012 ha sido, sin duda, un buen año literariamente hablando para Jennifer Thorndike. Su novela (Ella) ha recibido muchos elogios, y no son gratuitos, pues se trata de una gran obra. En este post lo invitamos a leer un cuento que publicara hace dos años para una antología de temática lésbica.

 
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Por Francisco Ángeles*
 
Me gusta este cuento, en primer lugar, porque es pigliano (lo que, al menos en mi caso, es un argumento irrefutable). Danae, la protagonista, trabaja como periodista en la revista S.C.U.M., para la cual planea escribir un largo artículo por los diez años de la muerte de Alessa D. Leguía, escritora lésbica icónica para su comunidad. Y tal como sobre Roberto Arlt hace el crítico literario que toma la voz narrativa en «Nombre falso», la periodista enumera no solo los textos de la escritora fallecida, sino también la lista de sus escasas intervenciones públicas, incluyendo una vieja entrevista concedida a la revista en la que trabaja.
 
Tenemos aquí la típica figura pigliana del crítico (en este caso el periodista) como investigador, el que busca entre papeles y testimonios la verdad de una historia oscura. La vida condensada en aspectos concretos: el resumen, las líneas centrales, los datos objetivos que intentan capturar una vida que, como todas las vidas, implica una permanente resistencia a esa reducción. Y a partir de allí, la investigación para entender qué ocurrió con ella. Y más importante, la decisión final (y moral) de qué hacer con un manuscrito sobre el que existen, aunque en un sentido menos metafórico que en «Nombre falso», problemas de autoría. 
 
Confesión-edición impresa fue publicado inicialmente como parte de la antología de literatura de temática lésbica Voces para Lilith, compilado por Claudia Salazar y Melissa Ghezzi en 2011. Aunque admito haber revisado el volumen solo parcialmente, es probable que el cuento de Thorndike se haya distinguido del conjunto al poner sobre la mesa una cuestión que podría resumirse en la siguiente pregunta: ¿debemos valorar textos literarios solo por los temas que toca, o por las visibilizaciones que permite, sin considerar sus virtudes «propiamente literarias»? Aunque la misma pregunta pareciera llevar implícita una respuesta negativa, el asunto no es en absoluto sencillo. De partida, habría que indicar que este tipo de debate trasciende el caso concreto de las minorías sexuales, y puede extrapolarse a un tema de suma actualidad, que tiene que ver con la atención que en las últimas décadas se ha brindado a las minorías dentro de un discurso que les había dado la espalda. Y por esa razón, a partir del tema lésbico, se puede discutir sobre la relación entre la literatura y la representación de los particularismos a través de ella. ¿Debemos seguir pensando en los valores intrínsecos de lo minoritario, en las agendas parciales de la sociedad civil, en los apoyos por principio a los textos que recojan su voz? ¿O, por el contrario, y como el texto también sugiere, esa representación viene en esta época necesariamente mediada por la fuerza del mercado, lo que anularía cualquier posibilidad de encontrarle un valor intrínseco a las visibilizaciones de lo subalterno? Si, tal como parece avizorarse en el horizonte teórico actual, asistimos a una vuelta a lo económico después del aparente desgaste de lo cultural-identitario como eje de las demandas (palabra que, por la carga jerárquica que implica, resulta también cuestionable), ¿cómo puede responder la literatura a esta situación?  
 
A la luz de estas ideas, Confesión-edición impresa cuestiona la autoría, el culto de la figura individual, la defensa del ícono cultural, instancias todas mucho más cercanas al mercado y a lo neoliberal; pero al mismo tiempo, ese cuestionamiento no necesariamente cancela la validez de las representaciones lésbicas, sino que puede significar también precisamente lo contrario: analizarla para superar sus contradicciones y defender así más acertadamente las ideas en las que se cree. Y por eso el cuento deja abierta la posibilidad de la literatura como militancia. En lugar de defender un «valor estético», cuya definición finalmente es siempre ambigua, podemos entender en este cuento el agotamiento del espacio cerrado de la literatura como práctica aislada, «estética», sin mayor contacto con la realidad extratextual. Y por ello su carácter panfletario podría ser su función de mayor importancia y, en última instancia, su salvación. 
 
Cuento intenso, sorprendente, inteligente, lleno de pistas extraviadas y de secretos a media voces, Confesión-edición impresa devela solo parcialmente la luz de lo que se oculta siempre en el reverso de la historia, la verdad siempre es esquiva, el mito siempre en construcción. Y finalmente, nos pone frente a un compromiso moral: qué hacer cuando la verdad última (la certeza) requiere de una mentira como condición. 
 
 
LA PALABRA DE LA AUTORA:
 
«Escribí Confesión-edición impresa cuando me invitaron a participar en la antología Voces para Lilith. En un principio, me pareció difícil abordar nuevamente el tema de relaciones de pareja entre mujeres. Sentía que ya había agotado el tema en mi primer libro.  Entonces apareció un artículo en la revista Cosas Ecuador donde mencionaban a Cromosoma Z. La nota hablaba del éxito comercial de los temas controversiales. Además, se criticaba a los artistas de ser conscientes de esta situación y de explotar, en este caso el tema lésbico, con fines de lucro. El artículo me pareció ridículo, primero porque nunca publiqué Cromosoma Z con esa intención y, segundo, porque mi éxito comercial resultaba bastante insignificante, tomando en cuenta que otras de las «beneficiadas» que mencionaba el artículo eran Lady Gaga y Britney Spears. A pesar de ello, ahí encontré la idea de «Confesión… quería exponer la construcción de una figura radical: la escritora que asume el papel de lesbiana, se introduce en ese círculo y logra convertirse en mito. Sin embargo, su éxito se basa en una mentira. Todo resulta ser puro marketing, puro teatro, puro interés. La finalidad era cuestionar la sobrevaloración de los discursos ideológicos radicales frente a la calidad literaria y a la veracidad de la propuesta. Confesión… es una crítica a quienes buscan modelos que solamente expongan una idea sin tomar en cuenta la profundidad y veracidad con la que es expuesta. Lo considero también una autocrítica porque no estoy libre de caer en esa tentación».
 
 
EL CUENTO
 
Pueden abrirlo y descargarlo en este enlace. 
 
 
 
 
 
*Francisco Ángeles es escritor, crítico y periodista, con publicaciones en diversos medios académicos y periodísticos peruanos y extranjeros. Su primera novela, La línea en medio del cielo (2008), fue muy bien recibida por la crítica. Creó y dirigió el colectivo literario  Porta 9, y en los últimos años viene ejerciendo como codirector de la revista de literatura El Hablador, en cuyo blog escribe la columna «Doble click». Vive en Filadelfia, donde sigue un doctorado en Estudios Hispánicos en la Universidad de Pennsylvania. Actualmente alista la publicación de su segunda novela.
 


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