El coronel sí tiene quien le escriba (con bolígrafo)

Presentamos un análisis literario y político sobre la obra de Mo Yan, el escritor chino que recientemente ganó el Nobel de Literatura. Criticado y acusado de ser escritor del régimen, su obra nos muestra a la China feudal, tan lejana pero a la vez tan cercana a nuestras tierras.


MoYanPolitica.jpg


Por César Sánchez Olivencia* 

«-¿Eres tú, Tío Jinjiao? Pasa.

Ahora la voz sonó más amable:

-Gao Yang, sal aquí un momento. Tengo que hablarte de algo. Sabiendo las consecuencias que acarrearía menospreciar al jefe de la aldea, Gao Yang se volvió hacia su hija ciega de ocho años, (…)» 

(Las baladas del ajo).


Por esta virtud rarísima en los narradores, la crítica dice que el coronel Mo Yan es un experto en combinar la política con la crisis social que aún viven los campesinos chinos en el régimen neocomunista. Aquí está el jefe político del partido (tío de Mo Yan), quien impone la línea del partido en la comuna, por la amenaza de su poder; allá está la hija ciega de Gao Yang, que revela su drama familiar; (en plena época del cultivo irracional del ajo). El partido y la familia, frente a frente, a través de una sola frase escrita en pocos segundos por el ‘mágico’ bolígrafo del Nobel chino. 


LA POLÍTICA Y LA LITERATURA

La política no se puede separar  de la literatura china. En cambio, pueden convivir en armonía, si se aplica el estilo adaptado a los tiempos pos-Mao. Esta es una de las enseñanzas del premio Nobel de Literatura 2012, el chino Mo Yan, que escribe con bolígrafo. Y esto es tan cierto como que dos de sus obras fueron criticadas por el régimen, pero continuó en el Ejército Popular de Liberación de China, hasta llegar al grado de coronel.En la actualidad,  el escritor dice: «En mi caso, mi vocación no pudo desarrollarse hasta que no tuve la vida solucionada. Y a mí me la solucionó el Ejército».

«-¿Qué ocurre, Tío? -preguntó-. ¡Ay, Dios mío…!

Unos destellos del color de la esmeralda pasaron ante sus ojos, como si fueran millones de tallos verdes de ajo flotando en el aire. Algo le golpeó en el tobillo derecho, un golpe pesado y sordo que le retorció las tripas. Momentáneamente aturdido, cerró los ojos y advirtió que el sonido que había escuchado era su propio grito mientras se desplomaba hacia un costado. (…)»


La Academia Sueca, al concederle el premio, dice que Mo Yan conjuga a la perfección «en un realismo alucinatorio, los relatos tradicionales, la historia y lo contemporáneo». Al mismo tiempo destaca su estilo «descriptivo, cruel y muy bello para narrar la cruda historia». La mezcla de fantasía y de realidad, de perspectiva histórica y social, ha originado un universo literario complejo. Aunque no lo mencionan, el estilo narrativo de Mo Yan es un  pariente de lo que conocemos clásicamente como costumbrismo, en su camino hacia el realismo literario, que también invade al Quijote.

labaladadelajo.jpg

La novela,  Las baladas del ajo, cuenta una historia real: trasluce un enfoque de conflicto  económico-social, provocado por una política irracional del régimen chino, que impuso a los campesinos el cultivo desmesurado del ajo, cobrando elevados impuestos;y cuando trataron de vender el producto al Estado, éste no se lo compró por tener sobreestock en sus almacenes. Esta situación arruinó al campesino,  originando una mortal hambruna, que terminó con la sublevación de esta gente contra el gobierno. 

La intención estético-social  de Mo Yan en Las Baladas del ajo, ha sido escribir una novela en la que la belleza está descrita con lirismo y la brutalidad con un realismo sin compasión. La trama se ubica en el Condado Paraíso, una zona rural de China que apenas ha recibido el beneficio del nuevo régimen hasta la actualidad. Un drama que tiene mucho de costumbrista -y por eso aquello de ‘mágico’- y de fabulación -y por eso aquello de ‘alucinante’.

«-Es-estás detenido.

Entonces advirtió las brillantes esposas de acero que tenía en sus bronceadas muñecas. Estaban unidas por una cadena plateada, laxa y pesada, que se balanceó perezosamente cuando levantó las manos. Un fuerte escalofrío le recorrió entero (…)». 

LA CHINA FEUDAL EN ‘SORGO ROJO’

En Sorgo rojo, Mo Yan relata por medio de continuos cambios de voces y saltos en el tiempo, escenas repetidas, desde un punto de vista diferente. La técnica que utiliza el autor -a contrario sensu de lo que  ocurre con los lectores de Conversación en La Catedral, de Mario Vargas Llosa- no complica  la lectura de la obra. Sin embargo, Sorgo rojo es un libro difícil de soportar por la crudeza de la violencia que desnuda sin compasión. 

Con criterio objetivo, debemos señalar que Mo Yan publica este libro cuando ya la revolución china de Mao en 1949, ha ‘superado’ -digo es un decir- estos rezagos de aquella China tradicional, sostenida por el confucionismo, que inculcaba al pueblo la sumisión a las jerarquías políticas, sociales y familiares. Parte de la crítica se pregunta si esta clase de China aún existe a pesar de ser una potencia mundial. Y siguiendo al estilo de Faulkner, pensamos: «¿quiénes fabrican los politos tan baratos made in  China? 


EL ESTILO DE MO YAN

A raíz del premio Nob
el, Mo Yan, ha sido objeto de múltiples calificativos acerca de su estilo narrativo. Parte de la crítica afirma que se parece a García Márquez. Lo cierto es que el escritor chino coincide en el origen rural de su vivencia narrativa la influencia de los cuentos tradicionales que conoció en su infancia. Por eso el presidente de la Academia Sueca objetó la caracterización de su estilo como «realismo mágico». 

MOYANdIBUJO.jpg

Fundamentó el colegiado sobre Mo Yan,  que «él no escribe así porque imitó a García Márquez, sino porque la experiencia de lo sobrenatural actuando sobre lo cotidiano es una experiencia propia, y su literatura algo original». El pensamiento mágico recurre en sus interpretaciones causales a la supuesta acción de potencias ocultas o de fuerzas imperceptibles a los sentidos. Punto de intersección entre el pensamiento concreto y abstracto.

-¡Le-levántate! -volvió a sonar la voz del policía.

Consiguió incorporarse con esfuerzo, pero en cuanto se puso de pie notó un fuerte dolor en el tobillo. Se tambaleó lateralmente y se cayó intentando apoyar las manos y las rodillas sobre los escalones de piedra.

Los policías le sujetaron por debajo de los brazos y le levantaron. Pero tenía las piernas tan flojas que su desgarbado esqueleto se tambaleaba mientras le sujetaban como si fuera un péndulo. El policía que estaba situado a la derecha clavó la rodilla sobre el coxis de Gao Yang.

-¡Levántate! -ordenó-. ¿Qué ha pasado con el héroe que demolió las oficinas de la provincia?

Gao Yang obvió ese último comentario, y la dura rodilla contra su coxis le ayudó a olvidar el dolor que sentía en el tobillo. Mientras se estremecía, consiguió plantar los pies en el suelo e incorporarse. Los policías aflojaron su sujeción y el que tartamudeaba dijo suavemente:

-Mu-muévete, y da-date prisa.


Describe al personaje en sus mundos  físico y psicológico; en su realidad y su irrealidad. La verdad es que su estilo se inspira en la estructura novelística de William Faulkner, y no, precisamente, en García Márquez. Aquél escribió varias de sus novelas en el condado ficticio de Yoknapatawpha,  que posteriormente inspiraría a García Márquezpara crear Macondo.

El narrador declaró hace poco tiempo que «Tenemos menos libertad que los occidentales y todavía hay cosas sobre las que no se pueden escribir, temas delicados sobre las minorías, narraciones que tengan sexo o sobre la vida privada de los que fueron jefes revolucionarios del Partido Comunista», aclaró. «En mi caso, mi vocación no pudo desarrollarse hasta que no tuve la vida solucionada. Y a mí me la solucionó el Ejército», enfatiza el escritor chino.

-Tío, ¿por qué me detienen? No he hecho nada malo…



*César Sánchez Olivencia. Periodista, licenciado en administración pública. Autor de siete libros, entre ellos: Hezpez (ganador del concurso universitario de poesía y cuento 1985); Pasado presente y futuro del Callao (reportaje histórico); Historia del Callao (historia). Fue director de la revista peruana de cultura ‘Creación’.



No hay comentarios

Añadir más