Alfredo Bryce Echenique presentó su novela «Dándole pena a la tristeza»

«Parece que yo no paro de escribir a pesar de mi mala fama», dijo el escritor peruano, quien lleva ya 26 obras publicadas y compartió una velada con sus amigos y admiradores. Eso sí, él no habló nada sobre su nueva obra.

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Había mucha gente, mucha expectativa pero faltaba el autor. En el salón Independencia del Hotel Country -aquel viejo edificio donde transitara el orejón Julius- todo estaba dispuesto para la presentación de su nueva novela, pero el protagonista de la noche no estaba. Eran más de las ocho, pero Alfredo Bryce no aparecía. No faltó alguien que sonriendo comentó que lo buscaran en el bar del hotel. El cese de los murmullos y el sonido de los aplausos anunciaron la llegada del escritor.

«Parece que yo no paro de escribir a pesar de mi mala fama. Pero en realidad no hay nada más aburrido en la vida que soportar una buena reputación», dijo Bryce, cuya gracia fue celebrada por sus amigos y admiradores. «Estoy fregado porque tengo títulos para dos o tres novelas, más cuatro etapas de memorias», anticipó y para tomar más viada sorbía un líquido color transparente que no parecía agua.

Acompañaban en la mesa al narrador de 73 años,  el escritor Alonso Cueto, los filósofos Fernando Carvallo, Federico Camino -amigo de la infancia- y el editor de Peisa, Germán Coronado. Ellos antecedieron en el uso de la palabra a Bryce y cada uno compartió su interpretación de Dándole pena a la tristeza, obra considerada como una continuación -o acaso ampliación- de Un mundo para Julius, obra que lo catapultara a las ligas mayores de la literatura.

presentaciondandopena.jpg«Querido Alfredo, Dándole pena a la tristeza es la más reciente carta de amor y de protesta que le has escrito al Perú, a la historia, a la sociedad, a la identidad siempre esquiva de nuestro país. En esta novela nos muestras a muchos personajes peruanos de antes y de ahora, que piensan que el Perú es su universo y viven pendientes de las apariencias», apuntó Cueto, quien previamente recordó que le debe a Bryce el hecho de haberle propuesto matrimonio a su esposa estadounidense hace 27 años.

Dándole pena a la tristeza se centra la historia de una aristocrática familia limeña, los De Ontañeda Tristán, a lo largo de su enriquecimiento por la actividad de la minería y su decadencia. La historia empieza desde fines del siglo XIX y acaba en los años ochenta del siglo XX.

Lo curioso de la noche fue que todos en la mesa hablaron de la novela menos Bryce. El escritor empezó sus reminiscencias cuando en la casa de La Punta que alquilaba para recluirse a escribir dedicaba sus ratos libres para contemplar en sus diversas películas a la bella actriz Katharine Ross. Pese a que no hizo mención sobre su reciente obra ni hubo tiempo para más comentarios, igual el público celebró sus ocurrencias de este viejo autor que lleva ya 26 obras publicadas.



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