Una novela sobre el mundillo del arte

El solar de los tres patios (Ediciones El Nocedal), de Gonzalo Mariátegui, es una novela que recorre aquellos pasillos del mundo del arte. Uno puede ver los cuadros u obras del artista, dice el autor, pero ignora qué hay detrás de ese proceso creativo.

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Gonzalo Mariátegui (Lima, 1943) es un abogado de profesión que en la madurez decidió dedicarse de lleno al arte. Cayó en la cuenta -dice- que solo tenemos una vida y por eso de un aficionado a la escritura decidió tomarse más en serio el oficio de escritor. A la par es pintor y, según cuenta, está por inaugurar una exposición de esculturas. Acaba de publicar su tercera novela titulada El solar de los tres patios (Ediciones El Nocedal, 2012), obra que presentará este jueves 21 de junio en la sala de conferencias del Centro Cultural de la Universidad Católica (Av. Camino Real 1075, San Isidro), a las 7 p.m.

¿Cómo así llegó así al convencimiento de que quería ser escritor?
En un momento de mi vida me di cuenta de que había una serie de cosas que quería decir, de vivencias que quería compartir, y sabía que la única manera de poder hacerlo era a través de la escritura. Es así como un día, después de darle vuelta a esto, encontré entre los papeles de mi padre el libro Estampas mulatas, de José Diez Canseco. Lo leí de cabo a rabo y me di cuenta de que quería hacer lo mismo.

¿Y empezó escribiendo cuentos o poemas?
Bueno, en el colegio todos empezamos escribiendo poemas. En la universidad escribí un par de cuentos, pero lo dejé porque me dediqué a una cosa más formal que fue ser abogado. Cuando me di cuenta de que solo tenía una vida y que en esa vida tenía que hacer algo que me satisfaga a mí, entonces empecé a escribir cuentos. Primero empecé a escribir cuentos realistas y luego cuentos fantásticos.

Luego vino el salto a la novela…
Yo entré a la novela de una manera muy curiosa porque le envié mi primer libro, La cuerda floja, a Carmen Balcells, la gran agente literaria, y ella me escribió una carta en la que me dijo «muchas gracias, Gonzalo. Tengo tu libro en mi velador. Envíame una novela». Estaba escribiendo mi segundo libro de cuentos y no me atrevía a escribir una novela. Luego me lancé a escribir mi primera novela La virtud de Alexandra y cuando le mandé el libro a Carmen Balcells, ella en ese momento se había retirado temporalmente de su agencia literaria.

¿Y a qué se debe a que se demoró en publicar? (Nota de referencia: su primer libro lo publicó en 1996, a los 53 años)
Yo siempre he sido un admirador de los escritores, pero nunca se me ocurrió que pudiera hacer una carrera, que se podía vivir de eso, simplemente no pasó por mi cabeza.

¿Veía entonces a la literatura como una afición?
Este oficio me parecía interesante, pero no lo veía como algo que yo podía hacer. Cuando mi madre, que era chilena, me contaba sobre sus vivencias en su país yo le decía «¿por qué no escribes sobre eso?», y ella me respondió «tú lo vas a escribir». Yo tenía ya 35 años. Luego empecé a escribir, fui a talleres y me di cuenta de que quería ser escritor.

EL SOLAR DE LOS TRES PATIOS

caratulaMariategui.jpgEstamos en el departamento del escritor, cerca de la avenida Javier Prado, la avenida donde más vehículos transitan en Lima. En esa tarde, para variar, reina el ruido. Pareciera que vivir allí es cosa de locos, sin embargo las ventanas con doble vidrio aíslan la casa del concierto de bocinazos, silbatos de los policías de tránsito y ruidos de motor. Don Gonzalo Mariátegui cuenta que su padre, un diplomático que conoció a su madre en Chile, no quería que fuera escritor. Aunque era amigo de escritores, como José Diez Canseco, no quería que su hijo se pierda en la bohemia o que tuviera «una vida sufrida».

El solar de los tres patios, su nueva novela, retrata el mundo de las artes plásticas en el Perú. Da una mirada al mundo de pintores, galeristas, profesores de pintura, críticos, etc. El conflicto de la obra se centra en dos personajes: el director de la Escuela de Bellas Artes, Conrado Antequera y el estudiante de la escuela y talentoso pintor, Joaquín Lázaro. Un viejo artista que ha dejado de crear y una joven promesa de las artes plásticas. Él primero quiere, cual vampiro, absorber del talento de este.

¿Cuál fue el punto de partida, el gatillo disparador de esta novela?
En el 1977 y 1978 fui director y creador de una galería de arte llamada Panorama y allí conocí a muchos pintores peruanos importantes como Víctor Humareda, Carlos Quizpez Asín, entre otros, que me permitieron ingresar a sus talleres y responder a todas mis inquietudes. Y poco a poco fui incorporando esta información hasta que sentí la necesidad de darla a conocer. Conocemos a los pintores por sus cuadros pero no se conoce cómo es el proceso de creación de sus obras. Conociendo el mundillo en que se mueven quise dar testimonio de eso.

En esta novela se muestra cómo funciona este engranaje o circuito del arte, el creador quiere que todos aprecien sus obras. En esa línea está el artista que aspira a ser famoso, tener dinero, en contraposición con el director de la escuela de Bellas Artes, que ya no produce y se dedica ahora a labores burocráticas
Uno de los problemas existenciales que golpean a la puerta de mucha gente es «¿qué pasará después que me vaya?» «Cuando muera. ¿Se acordarán de mí?». Entonces se me ocurrió construir un personaje que lo tuviera todo (dinero, comodidades), pero lo que quería era ser recordado. Se trata de Conrado Antequera, el director de la Escuela de Bellas Artes, que alguna vez fue un gran pintor y que al descubrir a un muchacho que tiene igual o más talento que él quiere robarle esa capacidad.

¿Cómo definiría esta novela?
Es una nouvelle, alguien me dijo que era una novela de suspenso, otro me dijo que era un thriller. Yo no la podría definir.

¿Podría ser una suerte de alegoría sobre la vocación del artista?
Así es. Estamos frente a dos artistas que, a través del mismo medio, pretenden cosas diferentes.

¿Y usted siente que ya ha confirmado su vocación de escritor?
Hay escritores que han escrito muchas novelas, pero ¿acaso (Juan) Rulfo no logró la inmortalidad con una novela? Yo estoy contento, me parece que estoy escribiendo mejor. Hay escritores que su primera novela fue buena pero las siguientes no. Creo que estoy mejorando. Además, tengo esa novela que le tengo prometida a mi madre y que me dijo que yo tenía que escribirla. Sé que no me voy a ir de este mundo hasta que lo consiga.

CINCO LIBROS RECOMENDADOS POR GONZALO MARIÁTEGUI

1. El Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes.
2. El filo de la navaja, de William Somerset Maugham.
3. El Aleph, de Jorge Luis Borges,
4. El lazarillo de Tormes, Anónimo.
5. El amor en los tiempos del cólera, Gabriel García Márquez.



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