La Biblioteca Nacional y la recuperación de nuestra memoria escrita

Es la institución cultural más antigua del país y su historia registra algunos episodios trágicos. Su actual director, Ramón Mujica, recibió el apelativo de ‘bibliotecario detective’ porque a los pocos meses que asumió el cargo se descubrió el robo de más de 900 libros antiguos. La entusiasta campaña para recuperar esos tesoros bibliográficos ha avanzado a paso lento. Un blog de libros como este tenía que ocuparse de la Biblioteca Nacional y, a través de esta entrevista con su director, conocer más sobre su situación actual.

 

[youtube width=»640″ height=»480″]http://www.youtube.com/watch?v=5T2ZTl-DPe0[/youtube]

 
La Biblioteca Nacional del Perú padece de lagunas mentales. Depositaria de la memoria escrita del país, no posee todos los libros que debería tener. Esta realidad se hizo más evidente aun el año pasado cuando se reportó un incidente impensable en cualquier país que se respeta: se habían robado más de 900 libros antiguos, muchos de ellos de la época de la Colonia e incluso un incunable de Erasmo de Rotterdam del año 1524. Transcurridos casi 15 meses de este vergonzoso episodio buscamos al doctor Ramón Mujica, director de la Biblioteca Nacional, para conversar sobre esta importante institución, así como de sus problemas y los enormes desafíos que afronta en épocas como esta en la que, por ejemplo, algunos de ustedes están leyendo estas palabras a través de dispositivos como tabletas o smartphones.
 
 
Cuando asumió la dirección de la Biblioteca Nacional hace casi dos años dijo que pensó que se trataba de un cargo académico y que iba poder leer libros maravillosos. ¿Su puesto resultó ser más burocrático de lo que esperaba?
Bueno, definitivamente cuando acepté el cargo nunca imaginé que iba a tener que enfrentar los problemas que he visto. Problemas administrativos, pues la biblioteca era una institución prácticamente colapsada desde todo punto de vista. Había áreas que no estaban en comunicación con otras, había cuatro sindicatos que estaban peleados entre ellos, no existía un inventario de libros ni de manuscritos y los que existían eran catálogos parciales y no sabíamos si los libros registrados en ellos correspondían o no a las existencias que se custodiaban en la bóveda. Para colmo, un día antes de mi juramentación, se descubrió un promedio de 3,500 manuscritos del mariscal (Andrés Avelino) Cáceres metidos en un basurero del cuarto piso del local de la avenida Abancay, y la información me fue dada un mes después de asumir el cargo.
 
Así como a Jorge Basadre le tocó afrontar el incendio de 1943, usted se topó con el robo de libros. Se dijo que se robaron 932 libros, ¿esta cifra es exacta?
Hay más (libros robados). Hace poco nos ha llegado anónimamente una carta donde se describe el robo de unos 110 libros más de los fondos antiguos y, además, estos tienen los códigos de barras, es decir, son libros que estaban inventariados en los fondos antiguos y que ya no están. Ahora estamos corroborando cuáles son estos libros, en qué bóveda estaban y es una investigación que estamos iniciando. Una vez que comprobemos la veracidad de esta información procederemos a hacer la denuncia.
 
¿Y del total de libros robados cuántos finalmente se recuperaron?
A través de la campaña «Se buscan libros perdidos», hemos recuperado un promedio de 28 libros, entre los cuales hay algunas piezas bibliográficas muy importantes como las primeras ediciones de dos libros de León Pinelo: su famoso tratado sobre el chocolate y su tratado sobre los velos. Hay una obra del siglo XVI de un extirpador de idolatrías y una obra de Virgilio con unos grabados estupendos. Además, internacionalmente la campaña está empezando a dar sus frutos porque a través de la Universidad de Austin, en Texas, el responsable de las bibliotecas de esa universidad se ha puesto la camiseta de la Biblioteca Nacional y está comprando por Internet la lista de libros robados. No los mismos libros sino las mismas ediciones. Y luego, y esto es un poco una primicia, a través de César Itier, un amigo peruanista que vive en Francia, se descubrió que se había vendido en un librero de viejo de Buenos Aires un manuscrito de la Biblioteca Nacional del siglo XVIII sobre la catequización de las poblaciones indígenas. Ese libro había sido vendido a una biblioteca de Washington que forma parte de la Universidad de Harvard. Una vez que hemos demostrado que ese manuscrito formaba parte de nuestros fondos, el librero ha devuelto el libro, y este se nos hará llegar a través de la Cancillería.
 
Decía que uno de sus objetivos como director de la Biblioteca Nacional era inventariar todos los libros. ¿Este objetivo ya se cumplió? 
Bueno, hemos terminado una primera etapa y nos ha demorado también algunos meses hacer el control de calidad para asegurarnos que no solamente hemos hecho bien la catalogación sino para asegurarnos que toda la información es correcta. No hemos terminando de inventariar, pero en las próximas semanas vamos a traer del local de la avenida Abancay todo lo que nos queda de los fondos antiguos. El objetivo es ese, inventariar todos los fondos antiguos de la Biblioteca Nacional, inclusive este año estamos dando el gran salto tecnológico con un nuevo software que la biblioteca ha adquirido y la idea es que todos los investigadores, no solo peruanos sino de cualquier lugar del mundo puedan conocer nuestros catálogos.
 
Se calculaba que había 7 millones de libros, ¿ha variado esta estimación?
Son 7 millones de libros que incluyen los libros modernos, pero en cuanto a fondos antiguos, yo diría que hay un millón o un millón 200 mil entre libros  y manuscritos.
 
A propósito de lo del robo de libros, se dijo que no se podía exigir a quienes no utilizan las bibliotecas públicas que se preocupen por lo que allí ocurre. 
Bueno, ahora estamos gestionando una ley en el Congreso, porque la Biblioteca Nacional es el ente rector de las bibliotecas públicas. Y menos de un mes atrás, un grupo de funcionarios -yo mismo incluido-, fuimos a Chimbote a firmar convenios con más de ocho alcaldes distritales para que la Biblioteca Nacional, como gestora de la lectura en el Perú y ente rector de las bibliotecas públicas, pueda capacitar a bibliotecarios y bibliotecólogos para que cada municipalidad tenga su biblioteca sobre todo en las zonas más pobres y también para que los bibliotecólogos se conviertan en gestores culturales.  Las bibliotecas no son depósitos de libros que nadie lee, la función de una biblioteca es convertirse en una suerte de espejo de su propia comunidad. Eso le hemos dicho a los alcaldes, que la biblioteca es el lugar por excelencia de inclusión social, que es uno de los temas centrales de este Gobierno. 
 
Si la gente ya no recurre a las bibliotecas con la urgencia de antes, ¿cómo hacer para que no pierda su esencia, es decir, que  los lectores acudan a ella? Porque la biblioteca es también espacio de lectura y debe propiciarlo. 
Bueno, estamos empezando por las periferias, no por la ciudad de Lima, donde tenemos 850 personas diarias que asisten a la Biblioteca Pública de Lima (se refiere al antiguo local de la avenida Abancay). Entonces lo que estamos haciendo es salir un poco de Lima. Estuvimos en Ica, donde hemos inaugurado dos bibliotecas públicas, lo cual también hemos hecho en Chimbote. Tenemos un mapa donde hemo
s ubicado cuáles son las zonas más pobres del país y es allí donde estamos encaminados a llevar al libro y promover la lectura.
 
¿Pero cómo hacer para acercar a la gente a los libros y que la biblioteca no se convierta solo en un espacio para investigadores o para estudiantes que realizan una tesis?
Bueno, tenemos que seguir el ejemplo de Colombia que tiene las mejores bibliotecas públicas de Latinoamérica. Lo que ellos hacen es salir a las calles y convierten incluso los parques en lugares públicos de lectura. Yo creo que debemos buscar ese tipo de contextos. Además, tenemos que firmar un convenio con la Municipalidad de Lima para poder quizás retomar el antiguo proyecto de Populibros que en su momento lo hizo Manuel Scorza, y llevar los libros a los autobuses, por ejemplo al Metropolitano. Estos son espacios, cuando el viaje es largo, donde la gente puede leer pequeñas novelas, cuentos, y así de alguna forma promover la lectura entre nuestros ciudadanos.
 
 
SOMOS LIBRES, ¿SOMOS LIBROS?
 
La Biblioteca Nacional es la institución cultural más antigua del Perú. Fue creada el 28 de agosto de 1821 por José de San Martín, exactamente un mes después de proclamada la Independencia política del país. El propio libertador donó 700 libros, lo cual sumado a los libros heredados de la orden jesuita hizo que nuestra incipiente biblioteca tuviera 11 mil libros. La Biblioteca Nacional ha pasado por momentos duros. En 1881, durante la ocupación chilena, de 50 mil volúmenes apenas quedaron 700. El escritor Ricardo Palma, director de esta institución y conocido como El Bibliotecario Mendigo,  solicitó donaciones a los países vecinos y reclamó la devolución de libros a Chile, que en 1884 retornó 10 mil títulos. Muchos años después, exactamente el 5 de noviembre de 2007, el país sureño devolvió 3,788 libros más. Así de complicada ha sido la historia de nuestra biblioteca que, por si fuera poco, en 1943 sufrió un incendio que causó serios daños en su infraestructura. 
 
fachadabiblionacional.jpg
 
A partir de 2006, la Biblioteca Nacional cuenta con un local moderno en el distrito de San Borja. Tiene 20 mil metros cuadrados, y alberga los libros de los fondos antiguos y su archivo hemerográfico (periódicos, revistas, folletos, libelos, etc). El viejo local de la avenida Abancay sigue abierto y atiende principalmente a estudiantes de primaria, secundaria y universitarios. Nuestra conversación con el doctor Mujica transcurre en el moderno edificio de la biblioteca.
 
¿Cuál es el gran problema que afronta la Biblioteca Nacional?
Yo diría que el principal problema era un problema de seguridad, al que estamos atacando. Pero diría que el problema que tenemos es el de los bajos sueldos del personal. Tenemos excelentes profesionales, pero bajos sueldos. Es por eso que no hay una continuidad, pues los mejores profesionales son tentados por las universidades que les pagan mejor.
 
¿Cuánto dinero tiene la Biblioteca Nacional para comprar libros? Tengo entendido que solo contaba con una partida de S/.40 mil (dato de 2008) lo que significa unos S/.100 (37 dólares) para cada uno de los 4,767 de los espacios de lectura del Sistema Nacional de Bibliotecas.  
En realidad estamos en proceso de reestructuración y esto en parte lo hemos podido realizar gracias a un proyecto de ley que se está aprobando en el Congreso que nos va a obligar a declarar a la Biblioteca Nacional en reestructuración, tenemos que hacer un proceso de reingeniería de todo nuestro organigrama y, definitivamente, parte de este proceso va a significar asignar fondos no solo para comprar libros contemporáneos sino también para completar nuestras colecciones antiguas. No es posible que la Biblioteca Nacional no tenga todos los libros que se han editado en el Perú. Yo, en ese sentido, soy muy ambicioso, y creo que debemos tener todos los libros que se ha editado aquí y tenemos que tener un fondo para reconstruir nuestra memoria histórica.
 
Y cuénteme sobre esa ley que está en el Congreso. ¿A qué comisión se ha presentado y cuánto falta para aprobarla?
En realidad existían dos proyectos de ley. Había una iniciativa de un congresista y nosotros nos hemos allanado a la ley y estamos haciendo una serie de modificaciones que están muy bien planteadas. 
 
Se lo preguntaba porque en cuanto a Cultura hay muchas leyes que duermen. La Ley del Libro de 2003, por ejemplo, que iba supuestamente a hacer que los libros cuesten menos, no ha cumplido su cometido
Sí pues, el libro sigue siendo un artículo de lujo. Esta ley la estamos promoviendo porque nosotros la necesitamos para declarar nuestra reorganización. O sea que para nosotros no va a ser letra muerta, necesitamos el apoyo del Estado para poder hacer los cambios que necesitamos.
 
¿La biblioteca planea adquirir libros electrónicos para sus usuarios? ¿La biblioteca puede pasar a convertirse en un espacio virtual en el futuro?
Yo creo que eso es obligatorio. Creo que las bibliotecas del futuro van a ser a través de estas tabletas. Sospecho que la fórmula para darle sostenibilidad debería buscarse una suerte de convenios entre las municipalidades y la Biblioteca Nacional, para que sean estas las que adquieran estas tabletas y la biblioteca pueda digitalizarle libros para que vayan ampliando sus bibliotecas. La idea es también crear una red nacional de bibliotecas en donde todas las bibliotecas regionales van a saber los libros que tiene una y la otra. Ese es el sueño, pero es algo que definitivamente que tenemos que hacer
Pero fíjese que las bibliotecas municipales no compran libros y tienen ejemplares de la década del 90 hacia atrás
Es un problema, por eso se tienen que desarrollar políticas culturales claras. Creo que, con toda humildad, lo que hemos logrado nosotros es colocar la Biblioteca Nacional en la agenda del Estado peruano. Yo llegué a decir que si el Estado no estaba dispuesto a invertir en sus instituciones culturales más representativas como es el Archivo Nacional de la Nación, la Biblioteca Nacional y el Museo de la Nación, pues entonces que no dieran servicios y las enterraran. 
 
No es muy atractivo para el lector acudir a una biblioteca que no tiene libros actuales y el ambiente no es el adecuado. ¿La Biblioteca Nacional cuenta con nuevas publicaciones? ¿Hay libros recientemente editados de diversas especialidades?
La idea es que todo libro que es publicado en el Perú debe estar en la biblioteca. Las publicaciones extranjeras nuevas definitivamente no están. El asunto es que no siempre los libros nuevos están registrados en el depósito legal. Los autores nos obsequian también sus propios libros que han escrito luego de usar nuestros fondos bibliográficos.
 
 
EL DIRECTOR QUE POR AHORA NO PUEDE INVESTIGAR
 

direbiblio.jpg

Tiene un parecido a Salman Rushdie, el autor de Los versos satánicos, aunque lo suyo no es la ficción. Ramón Mujica Pinilla nació en Lima, en 1956. Es antropólogo e historiador. De sus publicaciones destaca Rosa Limensis. Mística, política e iconografía en torno a la patrona de América (2001), ensayo sobre los orígenes religiosos del nacionalismo peruano. Al momento de recibirnos, el doctor Mujica tiene sobre su mesa de trabajo unos ejemplares del diario El Comercio del año 1865. Nos cuenta que la Biblioteca Nacional se alista a editar un libro sobre la historia de la caricatura política en el Perú desde 1821 hasta 1900. Nos habla con entusiasmo de ello y desde ya da curiosidad ver el resultado.
 
¿Su labor de director de la Biblioteca Nacional le ha impedido seguir con su trabajo de investigador? Curiosamente tiene todo nuestro tesoro bibliográfico a la mano.
Sí, definitivamente. Uno es director de la Biblioteca Nacional o uno hace investigación histórica. Pasan frente a mí las joyas bibliográficas más extraordinarias que uno pueda imaginar y sin embargo las guardo bajo siete llaves esperanzado en consultarlas en mis momentos libres que al final nunca llegan. Siento que estoy aportando mi grano de arena al Perú y es algo que me toca hacer, es un alto sacrificio a un nivel porque es poner de lado mis intereses personales, incluso he tenido que poner de lado a mi familia.
 
¿Tiene tiempo para leer? 
No, no hay posibilidad. Cuando leo es de dos a cinco de la mañana y sé que ese día voy a estar medio drogui durante el día. Y eso ocurre también cuando tengo que escribir los catálogos o prólogos para libros que edita la Biblioteca Nacional, pues no me gusta improvisar.
 
¿Se siente conforme con lo hecho en la dirección de la Biblioteca Nacional? ¿Qué cosa lo dejaría satisfecho?
A mí lo que me gustaría es lograr inventariar todos los fondos antiguos, que incluye partituras de música, libros de acuarelas, volantes del siglo XVI, los archivos presidenciales, el archivo fotográfico. Definitivamente voy a tener que tercerizar parte del trabajo para que venga gente de San Marcos y de la Católica y nos ayuden con el inventario. A mí me gustaría también consolidar los convenios con las bibliotecas municipales. Luego sería muy importante lograr una homologación de los sueldos de los trabajadores, pues sus sueldos no son reales.
 
Siempre se recuerdan las gestiones de Ricardo Palma y  Jorge Basadre al frente de la biblioteca. ¿Cómo le gustaría que sea recordada su labor?
Como un servidor, como un investigador que llegó a la Biblioteca Nacional y que tuvo que detener su propia carrera para apoyar a esta institución del Estado tan importante. Custodiamos la memoria escrita del país y la recuperación de ese fondo es vital. Es un honor nacional.
 
 
CINCO LIBROS RECOMENDADOS 
 
1. Poética de la verdad. (Es un libro que recoge las exposiciones de diversos especialistas editado en 2011 por el centenario del nacimiento de José María Arguedas). 
 
2. Conversación en La Catedral, de Mario Vargas Llosa. 
 
3. Los Comentarios Reales, del Inca Garcilaso de la Vega.
 
4. Nueva corónica y buen gobierno, de Guamán Poma de Ayala.
 
5. Contrarreforma y barroco, de Santiago Sebastián. («Para los que les interesa el arte virreinal, yo creo que da las claves para entender el proceso artístico peruano desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII»).
 
 
 


No hay comentarios

Añadir más