Comenzó la Feria del Libro de Buenos Aires

Hay un fervor de Buenos Aires por los libros que se percibe incluso en las librerías pequeñas, así como en los quioscos de periódicos. La capital argentina, que vive días tensos en lo político y económico, recibe con entusiasmo la 38 edición de su Feria del Libro que se realizará hasta el 7 de mayo y en la cual Lee por gusto ha querido ser partícipe este año.


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Jaime Cabrera, desde
Buenos Aires

Un menú término medio en Buenos Aires puede costar 45 pesos
(9.35 dólares) y una carrera de taxi (con el taxímetro como juez ‘imparcial’)
es prácticamente un lujo. Sin embargo, los libros pueden valer dicha suma o incluso
menos, y eso lo hemos comprobado en nuestro primer día en la capital argentina
que acaba de inaugurar la 38 edición de su Feria del Libro que irá hasta el 7
de mayo y en la que estaremos doce días.

El cambio de estar en otro país se siente, además por la
gente y su manera de hablar, en la arquitectura del centro de la ciudad ­­­-con
aire europeo y bien conservado- pero sobre todo en el transporte, que con el
subterráneo y los buses (que aquí llaman colectivos) hacen que movilizarse por
esta enorme metrópoli sea menos estresante. Esto nos hace pensar que una ciudad
desarrollada y moderna para llamarse tal debe empezar a regular su
transporte.

Pero vayamos a los libros que para eso hemos venido desde
tan lejos. En un breve recorrido por el centro de Buenos Aires llama la
atención los numerosos quioscos, que no solo venden los diarios del día y
revistas, sino también están surtidos de libros, claro, no tanto como en las
librerías. Siguiendo nuestro paso por estas calles antiguas, que nos hacían
acordar a la avenida Colmena del Centro de Lima, encontramos algunas
librerías, sin embargo una en particular captó nuestra atención. Se trata de una llamada
El túnel -como la novela de Sábato-, ubicada en la avenida de Mayo,  y en la que venden libros antiguos que datan
en su mayoría de inicios del siglo XX e incluso algunos ejemplares del siglo
XIX, generalmente de historia y filosofía. Las filas de libros de pasta dura y
el olor a papel añejo dan una sensación de solemnidad al ambiente.

El predio La Rural, ubicado en el tradicional barrio de
Palermo, es el lugar donde cada año se desarrolla la feria. «Buenos Aires,
Buenos Libros», se lee en uno los paneles que da la bienvenida a este evento considerado como uno de los más importantes de América Latina. Hay mucha gente
haciendo cola para comprar sus entradas. El público mayoritariamente es joven, también
hay muchos adultos, pero principalmente los jóvenes en edad universitaria son
los que colman el recinto, cuya área es cuatro veces más que el terreno de la
Feria del Libro de Lima. La entrada cuesta 20 pesos (4 dólares) de lunes a
jueves, y 26 pesos de viernes a domingos. Pese a ello hay largas filas para comprar
los boletos, tanto así que incluso han dispuesto de puntos de venta descentralizados para
evitar tanta congestión.

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El costo de vida de esta ciudad es alto, sobre todo la
comida y el hospedaje, pero el precio de los libros están como indemnes a esto.
De todos los numerosos stands que tiene la feria, el que se lleva todas las
palmas es el de la tradicional editorial Losada. Esa casa editora ofrece en su
stand la mayoría de clásicos que todo buen lector tendría que haber leído. Camus
se codea con Kafka, Proust y Roberto Arlt. Y lo bueno de todo es que los
precios son los más baratos que se ofrece en la feria. Por ejemplo, un libro de
cuentos de Guy de Maupassant, está 60 pesos (12.5 dólares) y un libro de
relatos de José María Arguedas, 30 pesos.

Hay mucho todavía por contar y recorrer, y apenas bajamos del avión empezamos este recorrido agotador. Aún falta escribir sobre las actividades
paralelas que hay en la feria, como los conversatorios y más. Esto será ya materia para los próximos post.

 Mañana el plato fuerte será
la conferencia del ensayista uruguayo Eduardo Galeano y allí estaremos para
escucharlo. 



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