Claudia Piñeiro: «El periodismo y lo policial son dos mundos que me interesan»

Esta escritora argentina nos presenta en Betibú (Alfaguara, 2011), su última novela, la relación entre el periodismo y la noticia a partir de un crimen. Los protagonistas son una escritora retirada, un periodista de policiales a punto de jubilarse y un bisoño reportero, un representante de nuestra ‘Generación Google’.

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Ella dice que una imagen es su gatillo disparador de la ficción.
En su nueva novela, la imagen que se le vino a la mente fue la de su protagonista, Nurit Iscat, leyendo
los periódicos. Ella es ‘Betibú’, apodo que le da título a la novela. Antes de entrar en detalles sobre esta obra, conozcamos primero a su
autora: la escritora argentina Claudia Piñeiro.

Usted dice que se
recuerda escribiendo desde muy niña y que esto recién la llevó a la lectura
¿Recuerda también qué tipo de cosas escribía, quizás alguna pequeña historia o
esbozos de poemas?

Como muchos chicos empecé con poemas, y con la presión de
que los versos rimaran como si eso les diera valor. Llevaba unos cuadernos
donde escribía como si fuera un diario pero mezclado con cortas historias. Las
escondía para que nadie los leyera. Lo primero que pude mostrar fue un poema
sobre una rosa solitaria que le envié por correo a un tío cuando se fue de
viaje.

¿Y ya como lectora,
qué libros empezaron a cautivarla?

De la biblioteca de mi casa recuerdo Mujercitas y Corazón.
De los primeros libros escolares recuerdo Chico
Carlo
de la uruguaya Juana de Ibarbourou. Y un poco más grande, Relato de
un náufrago
, de García Márquez; los cuentos de Cortázar, el teatro de Casona.

¿Cómo nace su interés
por la novela policial? Usted se ha declarado admiradora de la obra de Raymond
Chandler, así como de Truman Capote y de Patricia Highsmith.

La literatura policial me interesa como cualquier otro
género. La leo dentro de un universo más general: la literatura a secas, o la
buena literatura. En ese sentido a un libro de Simenon o de Spark (o de
Chandler o de Highsmith o Capote), le puede seguir en mi lectura uno de Lodge o
de Coetzee o de algún autor absolutamente nuevo y desconocido que por algún
motivo quiero explorar.

 

LA CONTADORA QUE
AHORA CUENTA HISTORIAS

Claudia Piñeiro obtuvo el reconocimiento -no solo en su país
sino en Latinoamérica- con su exitosa novela Las viudas de los jueves (ganadora
del Premio Clarín de Novela 2005) y que José Saramago calificara como «un
análisis implacable de un microcosmos social en acelerado proceso de
decadencia». El libro tuvo, además, su versión cinematográfica hecha por
el cineasta argentino Marcelo Piñeyro. Sin embargo, no es la primera novela que
escribió
esta escritora argentina. En 1991, año en que decide apartarse de su trabajo como
contadora, escribió El secreto de las rubias, novela que quedó finalista en un
concurso. Así fue que decide dedicarse de lleno a la escritura, la cual
complementa con su trabajo como guionista teatral y sus columnas periodísticas.
 

Ahora que es una
escritora reconocida y que la publicación de una obra suya genera expectativa,
¿cómo ve a la distancia el giro que le dio a su vida, pues usted era contadora
de profesión y, cosa curiosa, ahora es una contadora de historias.

Creo que uno termina siendo lo que tiene que ser. Siempre
escribí, es la actividad más afín a mi naturaleza que reconozco. Cuando tenés
que elegir una profesión al terminar el colegio secundario muchas veces no
estás preparado. Y en ocasiones se suman hechos externos, por ejemplo cuando
tuve que elegir una profesión, la dictadura militar en la Argentina cerró todas
las carreras de sociales. Uno termina haciendo lo que puede. Pero si el deseo
es fuerte, sigue apareciendo hasta que se le presta debida atención.

 Cree que el éxito que
tuvo su novela Las viudas de los jueves opaca
a otras de sus obras que usted quisiera que merezcan un mayor reconocimiento.

Cuando alguien me para por la calle y me dice «leí tu
novela», así en singular, se refiere a Las
viudas de los jueves
. Recién ahora empiezo a notar que pueden usar una
expresión parecida con respecto a Betibú.
Y en medio de ellas estuvieron Elena sabe,
Las grietas de Jara y Tuya. Las viudas de los jueves me provoca siempre una reacción
ambivalente. Por un lado el agradecimiento, porque gracias a ella me conocen
muchos lectores en Argentina y fuera de mi país, porque me permitió hacer ese
recorrido con mucha rapidez. Pero por otra parte nunca quise quedar encasillada
como «la autora de Las viudas de los
jueves
«. Trabajé mucho para salir de ese lugar y creo que poco a poco
esto va cambiando.

¿Se siente
encasillada cuando dicen que usted escribe novelas policiales?

Los géneros tienden a encasillar. En realidad la única
novela que escribí con conciencia de que lo hacia dentro del género fue Betibú. En las otras hay elementos del
policial que me aparecieron en medio de la escritura, no al inicio. Solo en Betibú me planté en el género desde el
principio de la escritura.

 

BETIBÚ-PRENSA Y LA
NOTICIA POLICIAL

Betibú parte de la historia de un crimen, hecho del que se
ocupará un diario otrora líder de la prensa policial. El Tribuno es el nombre
de este rotativo que encargará el caso a una escritora retirada y a un
periodista joven e inexperto. Jaime Brena, el ducho exjefe policial a punto de jubilarse
a la fuerza, decide ayudar a ambos a resolver este caso. ¿Por qué Beitbú? Ese
es el apodo de la escritora (Nurit Iscar), quien tiene un parecido a Betty
Boop
, el personaje de dibujo animado.

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Es inevitable al leer
Betibú no vincular la relación que
hay entre la noticia policial y el periodismo. En el Perú, por ejemplo, los
noticieros de la noche inician siempre o casi siempre con noticias policiales,
y sé que en Argentina sucede algo igual. ¿Pensó al momento de escribir la
novela en esta relación entre periodismo y la noticia policial?

Son dos mundos que me interesan particularmente. El
periodismo y lo policial. Además hablar del periodismo policial me permitía
hablar del periodismo sin centrarme en lo político (periodismo y poder) que hoy
está en ebullición en mi país. Decir las mismas cosas pero desde otro lugar a
veces permite meterse más a fondo. La ficción tiene esa ventaja.

 

Sin embargo, Betibú
no es solamente una novela policial, hay también una crítica a la sociedad, a
las relaciones del poder y la prensa, así como los cambios que se han producido
en los medios de comunicación.

Están todos esos temas pero la estructura es de policial. De
todos modos intento no olvidarme de que el mundo, la sociedad, los individuos,
siguen funcionando y viviendo en medio de cualquier drama policial. Al contar
esta historia los personajes se encuentran con el periodismo que hoy se está
desarrollando, en países que puede ser el mío pero también otro, con relaciones
de poder similares para un lado y para el otro. Ya a su vez los protagonistas,
investigadores y también los criminales tienen una vida, se tienen que hacer un
churrasco para comer, se preocupan por sus hijos, cuidan a sus amistades,
administran como pueden su soledad. Me interesa desarrollar con amplitud la curva
dramática de cada personaje, que la trama policial no me arrase y me olvide de
ellos.

La protagonista,
Nurit Iscar (‘Betibú), dice usted que no es un alter ego suyo, pero comparte
algunos temores suyos ¿Cuáles son?

Tener un rotundo fracaso con alguna novela, que mis hijos
cada vez me presten menos atención -a medida de que se hacen adultos-, definir
qué es el amor a determinada altura de la vida, etc.

Esta frase de Jaime
Brena se me ha quedado grabada (y no solo a mí, veo que en otras columnas y
comentarios la mencionan): «Si querés ser
un buen periodista, tenés que leer ficción
«. ¿De dónde sacó esta frase?
¿También como Brena cree esto?

La frase la pensé como algo que podía suscribir mi
personaje, pero yo también la suscribo, sí. Si la escuché alguna vez, no tengo
registro de eso. Pero, a veces, nos pasa a los escritores que usamos una frase
que alguien dijo y quedó en la cabeza a un nivel inconsciente hasta que el día
necesario aparece sin conciencia de su origen.

Le formulo la misma
pregunta que le hacen a ‘Betibú’ en una entrevista. ¿Un libro que se lee
rápido, como su novela por ejemplo, es o no mejor que uno que lleva muchas
horas de lectura, como Los miserables
o Guerra y paz, por ejemplo?

>No, yo he leído con rapidez libros que me parecieron maravillosos
y con dificultad otros que no me parecieron buenos. Esa relación no creo que
sea real.

Veo que usted utiliza
mucho el Twitter, ¿a veces llega a distraerla mucho cuando ha estado
escribiendo una de sus columnas o algún otro texto?  

Me distrae pero también me da material de dónde sacar cosas.
Antes los escritores íbamos mucho a escribir a bares o cafés, ahí también la
gente que entra y sale te distrae, te pones a escuchar las conversaciones de la
mesa de al lado, etc. Pero también te dan material, personajes, gestos, frases
que escuchas. El Twitter, más que el Facebook, es como uno de esos bares de
hoy.

 

CINCO LIBROS
RECOMENDADOS POR CLAUDIA PIÑEIRO

1. Desgracia,  de Coetzee.

2. La vida en sordina, de David Lodge.

3. Cuentos completos de Chéjov.

4. Cuentos completos de Carver.

5. El Buenos Aires affaire de Manuel Puig.



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