Vallejo en nuestro pellejo

Este viernes 16 de marzo se cumplen 120 años del nacimiento de nuestro mayor poeta. En esta afirmación prácticamente hay unanimidad. Qué mejor pretexto para volverlo a leer, para reencontrarnos con los poemas que en la escuela nos obligaban a memorizar. Hay, hermanos, muchísimo por leer.

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Si tuviéramos que escoger a uno de los poetas que más
evocamos
y el que más presente está en nuestros actos, creo -aunque suene
exagerado- ese es César Vallejo. Decir que es el mejor poeta puede suscitar discusión,
pues también tenemos a Martín Adán y a José María Eguren. Pero ahora centramos
nuestra atención en el autor de Poemas
humanos
porque este 16 de marzo  se
cumplen 120 años de su natalicio. Siempre los números redondos son la excusa
ideal para escribir sobre un artista y su obra.

Decía que Vallejo está presente en nuestros actos, pues
siempre lo mencionamos para sintetizar algunas sensaciones o sucesos. Sino que
lo diga la prensa, que también lo hace y mucho. Por ejemplo, ante una situación
adversa decimos «Hay golpes en la vida, tan fuertes…». Cuando queremos dar una
opinión contraria
o políticamente incorrecta citamos el «digo es un decir». Si estamos
en el extranjero y nos invade la nostalgia recordamos el verso «Qué estará
haciendo a esta hora mi andina y dulce Rita de junco y capulí»
. O si el
desánimo y la apatía nos asaltan, nos viene a la mente el «hoy me gusta la vida
mucho menos, pero siempre me gusta vivir»
. Y, siempre que nos referimos a las tareas
pendientes
como país evocamos el «hay, hermanos, muchísimo que hacer».

César Abraham Vallejo Mendoza es nuestro poeta más universal.
No solo lo admiran en el Perú, sino también en España y en México. Es el poeta al
que en la etapa escolar nos imponían memorizar y recitar sus versos -hasta había
concursos de declamación-, aunque no nos explicaran el significado de Los heraldos negros, o que esa «Rita de
junco y capulí» es el Perú, o quizás más precisamente Santiago de Chuco, la
tierra del poeta. La poesía hay que sentirla y eso no se enseña, pero se
motiva. ¿Por qué leer a Vallejo? Porque en su obra no solo hay verso o estados
de ánimos, hay una percepción del mundo.

Durante esta semana más que evocar los versos arriba
mencionados, leamos los poemas completos que dan pie a esas frases. Toda conmemoración
no solo debe servir para decir que admiramos a un artista sino para que
nosotros mismos -y esto es un acto personal- nos acerquemos a su obra. Que para
eso los escritores publican: para que los leamos.

Postdata: Si se acuerdan de más versos que siempre mencionamos, comenten. Me acabo de acordar de otro «Jamas, señor ministro de Salud, fue la salud más mortal».



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