Marcela Robles: «Cada día me siento más insegura de lo que escribo»

Poeta, periodista e hija de un gran cineasta como fue Armando Robles Godoy, con quien tuvo una relación muy especial. Empezó a escribir a los 11 años y dice que a pesar del tiempo que lleva escribiendo mantiene la misma inseguridad de esa época cuando tiraba al tacho de basura sus primeros poemas.

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Conversamos con ella a fines del año pasado cuando
publicó su poemario Hotel Planeta y ahora, luego que este blog se resistiera a morir, cumplimos con una deuda atrasada: publicar
por fin la entrevista. Marcela Robles nos recibió en su casa de Miraflores y he
aquí lo conversado.

 

Su primer
acercamiento a la escritura fue a los 11 años cuando su padre le regaló una
máquina de escribir. Dice usted que al no estar convencida de lo que escribía botaba
muchos de sus poemas y su mamá era quien los rescataba de la basura ¿Ahora ya se
siente más segura de los poemas que escribe?

(Se carcajea) Cada día me siento más insegura. Esto lo he
comentado mucho. Siempre pensé que era al revés, que con la experiencia uno se
iba afianzando más en la escritura. Voy por el noveno poemario, pero la verdad
es que la inseguridad sigue siendo la misma y tal vez mayor. Pienso quizás por
la responsabilidad que uno siente frente a su público lector…quizás parte del
asunto sea eso. He visto a muchos poetas declinar, lamentablemente, a medida
que avanzaban en su proceso y sus últimos libros eran muy inferiores a los
primeros. Entonces uno siempre tiene ese miedo.

 Hotel Planeta
(Editorial Mesa Redonda), su noveno poemario, tiene algo muy especial que es la
dedicatoria a don Armando Robles Godoy. Si bien la dedicatoria la escribió
después de su muerte ¿Hay algún vínculo entre el tema del libro y la partida de
su padre?

Lo que pasa es que esto forma parte de la gran confusión
emocional que me causó la muerte de mi padre. No sabría distinguir en este
momento racionalmente este paralelo que tú tratas de establecer. Simplemente
una vez concluido el poemario y fallecido mi padre sentí la necesidad emocional
de rendirle este último tributo de esta manera, pero fue una cosa profundamente
emotiva.

 
Y hablando de
emotividades, ¿qué es lo que más extraña usted de su padre?

Todo (hace una pausa)…Todo porque así como en el cine o
en el teatro uno se queda con la escena final, aun cuando incluso la película
es mediocre, si esta tiene un buen final eso es lo que se nos queda grabado. Por
eso son tan importantes los finales en el arte y en la vida. Los últimos meses
con mi padre fueron los mejores de nuestra vida y de nuestra relación.
Estuvimos muy unidos, muy cercanos el uno al otro. Entonces ahí se condensó
toda nuestra historia y por eso lo extraño tanto. Lo bueno es que no quedó
mucho por decir, no hay culpa…cuando en los últimos meses muere un ser querido
y tú estás un poco alejado sientes que debiste estar más ahí. En este caso fue
tan intenso todo que parecía que él ya sabía que iba a morir y entonces nos
despedimos muy bien.

 Escribir Hotel
Planeta
le llevó tres años, ¿A veces tardan en llegar las musas?

No solo se tardan, sino que a veces no vienen (ríe). Yo
también creo que la inspiración solo llega cuando uno está sentado trabajando.

 ¿Cuál fue el punto
de partida para escribir este libro?

Fue un poema de amor. Me enamoré y escribí un poema a mi
pareja de entonces y ese poema fue el que dio inicio a lo que luego decidí que podía
convertirse en una estructura trabajable para un libro. 

 Es difícil decir
de qué trata un poemario y en esa línea, dice usted, no se puede decir de qué
trata Hotel Planeta. Sin embargo, hay una metáfora entre el tránsito de esta
suerte de habitación que es el cuerpo de la persona. ¿Cómo fueron saliendo
estos versos?

Lo que pasa es que he tomado conciencia de esto luego de
terminado el libro. Como siempre he dicho, yo leo mis libros como si fueran de
otro autor y luego digo «¿quién ha escrito esto?». He descubierto que hay una
línea, como la continuidad en una película… hay una continuidad casi
cinematográfica en todos mis poemarios y he ido encontrando huellas de mis
obsesiones desde el primer hasta el último libro. Hotel Planeta es básicamente
lo mismo que vengo tratando en mis libros desde hace 20 años.

 Pero esta vez con la metáfora entre el cuerpo y el hotel…
La asociación que he hecho aquí es el acabamiento del
planeta y el acabamiento del cuerpo como estructura física. Porque el cuerpo
con los años se va deteriorando…yo me he ido convirtiendo en voyerista de
este proceso y puedo nombrar con mucha honestidad lo que veo que ocurre con mi
cuerpo físico.

 También está presente el amor o el desamor ¿El amor es un tema inevitable en la poesía?
Creo que es el gran tema. Para mí por lo menos, el amor y la muerte que van de la mano: eros y tánatos. Estos han estado siempre presentes en mi poesía. La persecución del erotismo más que incluso el mismo amor. Es el eros asociado al tánatos que es la forma elevada de la sexualidad que es el erotismo.

 Las poetas siempre
tienen relación muy intensa con su cuerpo….

Eso ocurrió especialmente en la década de los ochenta. Las poetas como una forma de reafirmarse nombraron mucho el cuerpo femenino. Creo
que era una necesidad importante en ese momento, pero pienso que ahora las
poetas hemos pasado, sin abandonarlo,  a otros temas más universales.

 ¿La gente lee muy
poca poesía actualmente?

Lamentablemente es así. Pero la gente que lee poesía es un
público muy apasionado. La gente que lee poesía es devota de la poesía. Yo diría
que la gente empieza a ir dejando de lado a la poesía a partir del siglo XX,
ahora en este mundo mediático que habitamos, la televisión o los medios masivos
capturan mucho más nuestra atención y luego de eso la narrativa, la
prosa…creo que desde el colegio los profesores deberían preocuparse por
inculcar la lectura de poesía y saber escogerla bien.

 Aunque sea difícil
para un escolar leer a Vallejo…

¡Imagínate leer Trilce cuando tienes doce o trece años! A esa edad no eres capaz de
entender muy bien, pero sí podrían leerse a poetas más asequibles… Además, esto
nos enriquecería y nos ayudaría a ver la vida de una manera más poética, no tan
crudamente como es ahora la narrativa que tiende a ser descarnada o violenta.

 

 

CINCO LIBROS
RECOMENDAMOS POR MARCELA ROBLES

 «Es imposible escoger cinco entre 20,000, por eso diré al
azar cinco libros que casi son fetiches en mis listas de libros favoritos».

1. Sin sangre, novela de Alessandro Baricco. «Se la
recomiendo a todo aquel que sea devoto de la narrativa porque esta novela es de
una belleza incomparable».

2. Vox horrísona, de Luis Hernández. «No puedo dejar de
mencionar a Luchito. Este es un libro hermosamente imperfecto y es de una
belleza y una sencillez que duele».

3. Los cuentos de Raymond Carver y de J.D. Sallinger.
«Sus cuentos son perfectos».

4. La trilogía de Paul Auster. «Auster me parece un
escritor notable».

5. Los poemas de Emily Dickinson.  «Ella construyó un universo particular sin
salir de su casa… construyó un mundo extraordinario».



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