Algunos escritores peruanos y sus huellas en el mundo

¿Sabías que en el hotel parisino donde se alojó César Vallejo hay una placa que da fe de ello? ¿Es verdad que en Portugal tienen más presente al Inca Garcilaso de la Vega que en España? Este artículo nos hace reflexionar sobre el valor literario y monetario de una casa.

 

Desde el pasado mes de setiembre, la residencia de verano del eminente escritor inglés T.S. Eliot se encuentra en venta por la inmobiliaria estadounidense Coldwell Banker. Para sus más devotos admiradores, que son innumerables, esta es la ocasión venturosa de hacerse con un bien muy preciado por el autor de The Waste Land ya que allí Eliot pasó sus veranos de infancia.

La venta de una propiedad como esta que perteneció a uno de los más brillantes poetas del siglo pasado nos sugiere la pregunta: ¿el hecho de que en dicho inmueble haya vivido un artista consagrado aumenta su valor? Ciertamente, aunque la infancia tan añorada por Eliot en poemas como Animula sea preciosa, no existe una respuesta tajante sobre la relación entre el valor literario de un escritor y el valor monetario de una casa.

Según sostiene el portal La Mudi, la vivienda ubicada en el barrio de San Miguel en México, donde Gabriel García Márquez comenzó a escribir su obra maestra Cien años de soledad (1967), no se distingue de las demás de la misma zona y no existe ningún interés en convertirla a algo parecido a una casa-museo. Aun así, por lo que se puede ver por internet en páginas como esta, donde se publica información acerca de bienes raíces en venta y pertenecientes a celebridades, se podría decir que la idea de adquirir una casa que alguna vez albergó a alguien que nos suscita fascinación es agradable y, consecuentemente, puede hacer en ciertos casos que el comprador esté dispuesto a desembolsar más dinero de lo que gastaría en cualquier inmueble común.

El hotel donde se hospedó Vallejo ahora se llama Pavillon Louvre Rivoli. (Foto: ©Easyvoyage)

El hotel donde se hospedó Vallejo ahora se llama Pavillon Louvre Rivoli. (Foto: ©Easyvoyage)

Felizmente, para saciar a los curiosos que nunca podrán comprarse una casa de un T.S. Eliot, existen actualmente muchas casas-museo, hoteles, apartamentos o simples estatuas en jardines relacionados con estas personalidades que admiramos. Incluso, si se da el caso, se puede conocer las cartas o las versiones manuscritas de novelas y otros documentos que son el espolio que evoca la presencia y la personalidad del escritor al cual pertenecen.

En el caso de los escritores peruanos, podemos mencionar los siguientes lugares donde encontraremos cosas que nos alegrarán.

El primer edificio que nos llama la atención y es imprescindible, tal vez para los peruanos, se encuentra en París, en la Calle Molière n. 20. Se trata del Hotel Pavillon Louvre Rivoli, antiguo Hotel Richelieu, donde César Vallejo estuvo alojado en sus primeros años parisinos (1924-1927). De hecho, en la entrada del hotel se puede encontrar una placa conmemorativa de la estadía del vate de Santiago de Chuco.

Otro lugar que resulta atractivo está en Portugal. Si sucede que nos hallamos visitando la distinguida y adorable capital de este país, Lisboa, podremos evocar nuestra peruanidad visitando un jardín emblemático de la ciudad del Fado, este es el jardín Braancamp Freire. Aquí, en medio de un ambiente verde acogedor donde abundan los llamados cedros del Himalaya, encontraremos un busto de bronce del Inca Garcilaso de la Vega. Esto se explica, principalmente, porque el Inca dedicó su magnánima obra Los comentarios reales de los incas a la princesa Catalina de Portugal, además de haber publicado por primera vez este libro en Lisboa en 1609. Otro dato de interés es que el Inca estuvo en esta ciudad antes de llegar al destino del viaje que lo alejó del Perú para siempre: España.

 

 Busto de bronce del Inca Garcilaso en un jardín emblemático de Portugal. (Foto: @Wikicommons).


Busto de bronce del Inca Garcilaso en un jardín emblemático de Portugal. (Foto: @Wikicommons).

Desde que se hizo con el Premio Nobel de Literatura de 2010, el interés por el escritor Mario Vargas Llosa se ha incrementado considerablemente y en Arequipa ahora se puede visitar una casa-museo dedicada a la vida y la obra de este novelista. Pero, para el que sienta la necesidad de hurgar en los manuscritos de obras maestras como Conversación en La Catedral (1969) o La guerra del fin del mundo (1981), se sentirá satisfecho de saber que existe tal posibilidad en la biblioteca Firestone de la ilustre Universidad de Princeton en los Estados Unidos de América. Aquí se almacenan más de 350 cajas con los manuscritos del Nobel que la universidad comenzó a adquirir desde mediados de los años 70 del siglo pasado. Podremos encontrar cuadernos con contenidos diversos, versiones manuscritas de sus novelas, cartas y otros documentos importantes.

El permiso para estudiar estos papeles no requiere de muchos trámites, pues el acceso a la biblioteca es público y lo único que se necesita es algún tipo de identificación personal, y el en caso de los peruanos que deseen consultar éstos archivos, bastará el pasaporte.

Esto ha sido apenas una muestra de la huella de escritores peruanos en el extranjero. La lista, sin duda, podría continuar.

 

 



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